domingo, 1 de enero de 2012


Bolivia, Chile y el mar


Bolivia quiere una salida soberana al mar y Chile pretende que todo se mantenga tal como hasta ahora, lo cual enfrió hasta hoy las relaciones entre los dos países vecinos.
El gobierno boliviano reclama unos 400 kilómetros de costa -y otros 120 mil kilómetros cuadrados- que le arrebató su vecino en una guerra en el siglo XIX, pero desde La Moneda advierten que todo quedó claro en un acuerdo firmado a principios del siglo pasado.
Incluso, el titular de defensa chileno Andrés Allamand, recordó a mediados del año que recién termina, que el ejército de su país tiene el poderío suficiente para hacer respetar los acuerdos firmados en dos siglos de existencia.
Evo Morales, el mandatario boliviano, insiste en que, entonces, Bolivia firmó bajo presión e intenta convencer a sus vecinos de la justeza de su reclamo, el cual no tiene otra opción que prosperar.
De la otra parte, creen todo lo contrario: es ilegal y todo seguirá tal como hasta ahora. Y en ese ir y venir se tensan las relaciones entre ambos países.
Morales aseguró que llevará su reclamación al Tribunal Internacional de Justicia de La Haya (Holanda)aunque un viaje previsto a la referida ciudad en el primer trimestre de 2012 será solo en busca de información.
El anuncio del mandatario boliviano encontró eco rápidamente en Chile y el canciller de aquel país, Alfredo Moreno, advirtió entonces que Bolivia pagaría las consecuencias.
La postura del diplomático chileno fue, tal vez, el último balde de agua fría a las relaciones entre los dos países, las cuales habían mejorado sustancialmente durante el gobierno de la ex presidente Michelle Bachelet.
Bachelet y Morales establecieron en 2006 una agenda de 13 puntos, en la cual se incluyó por primera vez la reclamación marítima y hasta el momento el gobierno boliviano trató el asunto con delicadeza y mucho respeto.
El vicecanciller Juan Carlos Iturralde recordó en más de una oportunidad que Bolivia actúa “dentro de los mecanismos pacíficos de acudir a cualquier corte internacional, que es un espacio de derecho internacional” y enfatizó que la demanda en La Haya no constituye una agresión.
Mientras, las relaciones siguen tensas y solo los muy optimistas esperan que desde Santiago haya algún gesto de buena voluntad a favor de los reclamos de Bolivia, respaldados por otros países de la región.
Otros consideran que solo la vuelta al poder de Bachelet, lo cual podría ocurrir dentro de dos años, le devolvería a Bolivia la posibilidad de recuperar el territorio perdido, o al menos de contar con una salida soberana al Océano Pacífico.
Bachelet no ha hecho firmes aún sus intenciones de postularse en los comicios venideros, pero su popularidad supera por mucho a las del actual mandatario chileno, Sebastián Piñera.
Bolivia y Chile rompieron relaciones diplomáticas en 1978./PL

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