LA HISTORIA DE SIEMPRE
Rafael Vasquez
La historia de nuestra América Latina y del Caribe, es la historia de las luchas de los imperios contra los pueblos de nuestra región para arrebatarle sus ricas tierras, colmadas de impresionantes recursos naturales que le son escasos en sus países de origen.
A la llegada de Cristobal Colón en 1492, a la isla de La Española, hoy República Dominicana, también se trasladó a estas tierras las luchas de los imperios, unos contra otros, para arrebatarse porciones de cada uno de los territorios conquistados y por último siempre será la historia de estos pueblos por liberarse de sus amos imperiales.
Se trata pues de una lucha tripartita, que cambia de contenido según sus contrincantes: los depredadores por el dominio de sus presa, la presa en autodefensa ante los depredadores y los depredadores entre sí, por la supremacía, de sus territorios conquistados.
Hoy cinco siglos después vemos a la misma España, Portugal, Francia, Inglaterra, Alemania con los gringos a la cabeza, como una jauría hambrienta y con sed de sangre, para luego pelearse entre ellos mismos por la rica presa conquistada, llamada siempre, Venezuela.
Esta crisis que hoy estamos padeciendo es la continuación histórica, de quienes siempre nos han atacado, de quienes siempre han querido arrebatarnos nuestros recursos naturales.
Si, es la misma historia, es la misma lucha, es el mismo Bolívar que todavía anda por aquí, luchando con su espada, bregando, tratando de aglutinarnos, de que formemos una unidad, para que evitemos las traiciones y podamos dar golpes duros y certeros al verdadero enemigo.
Es el mismo Bolívar que con el mismo fragor de la guerra vio perder la primera, la segunda y la tercera república, pero continuaba, no desmayaba y tenía claro los causales, que habían logrado este retroceso.
Es el mismo Bolívar decretando la pena de muerte ante los corruptos del erario público que horadaban el proceso de emancipación.
Son los mismos imperios de ayer, ni siquiera han cambiado de nombre, los que le laten en la cueva a este proceso revolucionario de emancipación, que también es el mismo de ayer y el mismo que soñó Bolívar.
Son los mismos traidores, cipayos y malinches, o es que acaso, los realistas que combatían a Bolívar no estuvieron acompañados de numerosos venezolanos, colombianos, peruanos, ecuatorianos, por solo citar a los que hoy están más activos, pidiendo a gritos la invasión a nuestro país, y también hay que recordar que Bóves nutrió su ejército con campesinos y llaneros venezolanos, para luchar en contra de Bolívar.
Es la misma gente y el mismo Bolívar, que hoy está encarnado en nosotros, luchando contra el mismo vendaval de traidores y apátridas que quieren entregar nuestro territorio a los imperios de siempre.
Es el mismo proceso de ayer y que cuando hemos tenido avances victoriosos nos engolosinamos y cometemos errores garrafales que nos originan retrocesos y traiciones.
Así como Bolívar sufrió mucho por ese cúmulo de traiciones y errores que le laceraron el alma y corazón, así le pasó tambien a nuestro comandante Chávez, el más bolivariano de todos, el que rescató a nuestro padre libertador y nos lo colocó en la primera linea de fuego y hoy es nuestro primer combatiente y nuestro ejemplo a seguir, pero hoy ésta rica presa que nuevamente quieren conquistar, ha despertado, son muchos los Jesucristos, los Bolívar, los Ché, los Fidel y los Chávez, que no nos rendimos y que aún en medio de tantos traidores, cipayos y malinches ellos, ¡NO PASARAN!.
A la llegada de Cristobal Colón en 1492, a la isla de La Española, hoy República Dominicana, también se trasladó a estas tierras las luchas de los imperios, unos contra otros, para arrebatarse porciones de cada uno de los territorios conquistados y por último siempre será la historia de estos pueblos por liberarse de sus amos imperiales.
Se trata pues de una lucha tripartita, que cambia de contenido según sus contrincantes: los depredadores por el dominio de sus presa, la presa en autodefensa ante los depredadores y los depredadores entre sí, por la supremacía, de sus territorios conquistados.
Hoy cinco siglos después vemos a la misma España, Portugal, Francia, Inglaterra, Alemania con los gringos a la cabeza, como una jauría hambrienta y con sed de sangre, para luego pelearse entre ellos mismos por la rica presa conquistada, llamada siempre, Venezuela.
Esta crisis que hoy estamos padeciendo es la continuación histórica, de quienes siempre nos han atacado, de quienes siempre han querido arrebatarnos nuestros recursos naturales.
Si, es la misma historia, es la misma lucha, es el mismo Bolívar que todavía anda por aquí, luchando con su espada, bregando, tratando de aglutinarnos, de que formemos una unidad, para que evitemos las traiciones y podamos dar golpes duros y certeros al verdadero enemigo.
Es el mismo Bolívar que con el mismo fragor de la guerra vio perder la primera, la segunda y la tercera república, pero continuaba, no desmayaba y tenía claro los causales, que habían logrado este retroceso.
Es el mismo Bolívar decretando la pena de muerte ante los corruptos del erario público que horadaban el proceso de emancipación.
Son los mismos imperios de ayer, ni siquiera han cambiado de nombre, los que le laten en la cueva a este proceso revolucionario de emancipación, que también es el mismo de ayer y el mismo que soñó Bolívar.
Son los mismos traidores, cipayos y malinches, o es que acaso, los realistas que combatían a Bolívar no estuvieron acompañados de numerosos venezolanos, colombianos, peruanos, ecuatorianos, por solo citar a los que hoy están más activos, pidiendo a gritos la invasión a nuestro país, y también hay que recordar que Bóves nutrió su ejército con campesinos y llaneros venezolanos, para luchar en contra de Bolívar.
Es la misma gente y el mismo Bolívar, que hoy está encarnado en nosotros, luchando contra el mismo vendaval de traidores y apátridas que quieren entregar nuestro territorio a los imperios de siempre.
Es el mismo proceso de ayer y que cuando hemos tenido avances victoriosos nos engolosinamos y cometemos errores garrafales que nos originan retrocesos y traiciones.
Así como Bolívar sufrió mucho por ese cúmulo de traiciones y errores que le laceraron el alma y corazón, así le pasó tambien a nuestro comandante Chávez, el más bolivariano de todos, el que rescató a nuestro padre libertador y nos lo colocó en la primera linea de fuego y hoy es nuestro primer combatiente y nuestro ejemplo a seguir, pero hoy ésta rica presa que nuevamente quieren conquistar, ha despertado, son muchos los Jesucristos, los Bolívar, los Ché, los Fidel y los Chávez, que no nos rendimos y que aún en medio de tantos traidores, cipayos y malinches ellos, ¡NO PASARAN!.
Rafael Vásquez
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