lunes, 11 de junio de 2018

Cumbre Kim-Trump en Singapur: la hora cero

La Habana, 12 jun (PL) La cumbre entre el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en Singapur para conversar sobre paz y desnuclearización ya está hoy en conteo regresivo.
A las 9:00 de la mañana de este país, la hora cero, los dos gobernantes tendrán un cara a cara con la presencia solo de sus traductores, de acuerdo con la agenda prevista.
Luego tendrán un encuentro alargado con sus respectivas delegaciones y finalmente un almuerzo de trabajo, según un comunicado de la Casa Blanca.
‘Las conversaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte están en curso y han progresado más rápido de lo previsto’, añadió el texto.
En la cita, que augura pasar como un hito de las tensas relaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte, los dos mandatarios intentarán llegar a un acuerdo sobre la desnuclearización que abarque incluso la península de Corea en su conjunto.
De acuerdo con la agencia de noticias de Corea del Norte, KCNA, tratarán ‘amplios y profundos puntos de vista sobre el tema del establecimiento de nuevas relaciones.
Asimismo, abordarán la cuestión de construir un mecanismo de mantenimiento de la paz permanente y duradera en la península coreana y otros asuntos de interés mutuo, como lo exige la actual era de cambios.
La reunión genera gran atención y expectativa de todo el mundo sobre todo por la forma en que estos acuerdos puedan ponerse en práctica.
Trump quiere que el desarme nuclear de Corea del Norte sea inmediato, el gobierno de Kim plantea que debe ser un proceso por etapas y sobre la base del respeto mutuo. Ya Pyongyang desmanteló el centro de ensayos nuclearas de Punggye-ri en el noreste del país, e invitó a varios periodistas a observar la operación, a fines del mes pasado.
‘Como se ha comprobado la efectividad de las armas nucleares, no necesitamos llevar a cabo más ensayos nucleares o lanzamientos de prueba de los misiles de medio o largo alcance o de los misiles balísticos intercontinentales’, dijo entonces el mandatario norcoreano.
Este paso es una muestra de la buena voluntad expresa por Kim y su compromiso no solo con su vecina Corea del Sur, sino con su pueblo y la humanidad en general.
En tanto, en Corea del Sur permanece la presencia militar de Estados Unidos, desde la misma derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial.
Tras ese hecho, el ejército estadounidense ocupó ilegalmente el suelo surcoreano y lo convirtió en una gran base militar para la guerra de agresión contra Corea del Norte.
Aún después de la aparición del Tratado de No Proliferación, Estados Unidos emplazó en Corea del Sur cañones de 155 milímetros, bombas, misiles y bombarderos nucleares y hasta la bomba conocida como N y el misil nuclear de mediano alcance Pershing 2.
A mediados de la década de 1980, llegó a más de mil 720 el número de armas nucleares estadunidenses ubicadas en el suelo surcoreano con una densidad cuatro veces mayor que la de los mismos artefactos desplegados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en la zona, subraya un acta redactada por el Comité Nacional Coreano por la Defensa de la Paz y el Comité Pannacional de Medidas Emergentes contra los Ejercicios de Guerra Nuclear anti-Norte.
Actualmente, Estados Unidos mantiene su Séptima Flota en la región y realiza numerosos ejercicios militares, entre ellos los Foal Eagle, llevados a cabo en 24 ocasiones, los Team Spirit 17 veces, los ejercicios combinados de refuerzo para tiempo de guerra en ocho oportunidades y Ulji Focus Lens en 33.
En noviembre del pasado año las fuerzas navales de Estados Unidos y Corea del Sur efectuaron en el mar de Japón unas maniobras militares sin precedentes, en las que participaron los portaaviones USS Nimitz, USS Ronald Reagan y el USS Theodore Roosevelt, todos con capacidad nuclear, entre otras unidades.
Pyongyang denunció esas maniobras que consideró una nueva provocación que abonaba a la temida crisis en la región cuyo desenlace dependía de las acciones de Estados Unidos.
En abril y mayo pasado también llevó a cabo junto a Corea del Sur maniobras militares aéreas de alto alcance que pusieron en peligro el desarrollo de la cumbre del martes.
Sobre la base de ese estado bélico que persiste en la península de Corea, el mundo clama por la paz y el fin de las armas nucleares, de manera pacífica y sobre la base del respeto.
pgh/otf

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