jueves, 19 de enero de 2012


Potencias ricas buscan adquirir el control de tierras fértiles en África y América Latina
Colombia, uno de los países más vulnerables
     En abril del 2009, el entonces contralor Julio César Turbay Quintero llamaba la atención sobre el interés de inversionistas y algunas potencias extranjeras de comprar grandes extensiones de tierras y títulos de explotación de recursos naturales: "Además de la soberanía, pondrían en peligro la seguridad alimentaria de Colombia", decía el funcionario. 
Hace dos semanas, diversas organizaciones ambientalistas denunciaron ante el Ministerio de Ambiente lo que consideran una "extranjerización" del territorio: grandes extensiones de tierra que forman parte de los ríos que nacen en el macizo colombiano han sido compradas apresuradamente por extranjeros en Putumayo, Huila, Cauca, Caquetá, Nariño y en el piedemonte de la cordillera Oriental. "Se estarían privatizando los nacimientos de los ríos más importantes de Colombia por parte de empresas extranjeras".
     Según el informe 'Tierra y poder', presentado por la prestigiosa organización británica Oxfam hace unos días, "Colombia, tanto por la calidad de sus tierras como por su agua, es uno de los países más vulnerables del mundo" en cuanto a la pérdida de dominio sobre su territorio por la adquisición masiva de sus tierras por parte de extranjeros y para la que no existe ninguna normativa limitadora, como la que se acaba de aprobar en Argentina.
     Uno de los aspectos menos conocidos en la conflictiva geopolítica del año que acaba de terminar ha sido la carrera hacia la adquisición y el control de tierras fértiles en el planeta -una buena parte del continente africano y amplias extensiones en América Latina- por parte de potencias ricas o emergentes, mostrando la que va a ser una clave decisiva en las relaciones internacionales del siglo XXI.
     Hace un par de semanas, el Parlamento de Argentina, uno de los líderes mundiales en producción de alimentos, aprobó una ley para poner coto a la venta de su territorio a extranjeros, que ya alcanza el 10 por ciento, con objeto de que nunca supere el 15 por ciento, y poniendo límites a la extensión de propiedades foráneas en suelo argentino.
     Según un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en el 2011 se dispararon los precios de los alimentos y la fiebre por la adquisición multinacional de tierras cultivables y de zonas ricas en agua.
          Según el documento que acaba de difundir la FAO sobre 'El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo', el alza mundial de precios en los alimentos como el arroz, trigo, maíz y semillas oleaginosas seguirá aumentando hasta cerca de un 50 por ciento de aquí al 2020, debido a la especulación en los mercados, que se han dirigido en estampida desde los mercados de valores a los de materias primas. Y esa, junto a las previsiones para el futuro de los gigantes asiáticos y de los países árabes más ricos, es la causa de las operaciones de compras invasivas de territorios que se están produciendo en África y que se anuncian en América Latina.
        En 1991, el mayor banco financiero del mundo creó un nuevo instrumento especulativo, el Goldman Sachs Commodity Index, un índice de 18 productos básicos -del trigo, el cacao, el cerdo, el arroz o el café, al cobre y el petróleo- para que los brókers pudieran jugar también en lo que hasta entonces era un mercado especializado. De acuerdo con el experto de la Conferencia de Comercio y Desarrollo de Naciones Unidas (Unctad) Joerg Mayer, "el mercado de los alimentos se ha convertido en un casino".

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