martes, 26 de septiembre de 2017

ALINA Y AQUILRRA, LAS DOS MENORES.
Otro doblete! mis dos cuñadas menores tambien cumplen años el mismo día y por supuesto, aprovecho este otro dos por uno para que la crónica me rinda. Como pasa el tiempo, con Alina ha sido impresionante la cantidad de momentos especiales, otra que hizo su viaje a Ciudad Bolívar a conocer al que le deparaba el destino ser barquisimetido de por vida, recuerdo su llegada a nuestra casa, entrando en la adolescencia, traía un peluche en la mano y desde que llegó, escondida en las faldas de Clara, timida, montuna, "acarigueña" y rezagada en el cuarto, su timidez llegaba al limite que se fue para Acarigua con Clara y casí ni la vimos, para pocos años después encontrarnos una bellísima Alina ya en Fundalara en la casa de Diana haciendo furor ante una legión de jovenes admiradores rendidos ante su esbeltez y belleza de concurso, tanto es así que con las lagunas que tengo creo recordar que fue la reina de belleza de una entidad bancaria donde laboraba y allí conoció a Pedro Castillo padre de sus tres hijos que por su peculiaridad merece crónica aparte. Lo que si es cierto que con Alina la fiesta esta "prendía", en Barquisimeto los fines de semana tenían sabor a cerveza y parrillas, si no había un "arrocito" lo inventabamos, con sus primas las maracuchas muchas veces en casa sonaba "Zorba el griego" que junto a Diana, Marilu y Natachita la danza no tenía secretos. Cuantas tenidas, paseos, Cubiro, Sanare y la mismisima "Guajira" en Acarigua donde Francisco Urdaneta y su invitado recurrente Frank Carrillo (Mi querida Venezuela) con su guitarra a la que le costaba una bola conseguirle el "punto" nos deleitara con "La Barquilla" y así han pasado casí cuatro décadas, con una Alina que, practicamente sola, se echó una famila encima, tres hijos a los que le dió una ejemplar crianza y que aún hoy ella sigue siendo su punto de apoyo en las buenas y en las malas, y debo decir que sus vastagos son ejemplo de honestidad y trabajo, amo a los tres a Vanessa, Pepe y Jesús y por supuesto a mi cumpleañera cuñada, Alina tenemos que "echarnos una".
Aquilrra fisicamente no le perdió pisada a su padre, ese raro nombre tiene su marca, por supuesto, todo lo que hay de esa amabilidad, de esa suavidad en el hablar de esa cariñosa manera de ser, tiene que ver con el extraordinario cariño maternal, nunca, creo que nunca, vi a mi cuñadita menor molesta por algo, Aquiles se fue muy temprano de este plano dejandola huerfana siendo una niña, fui testigo presencial de esa simbiosis entre aquella chiquilla pelo de oro, "hormiga amarilla" la llamaba Clara, su padre hombre rudo, topógrafo de profesión pero con un corazón inmenso amaba con delirio a esta niña, no tengo claro el recuerdo de su paso a la adultez, solo se que Clara tenía la certeza que su final estaría ligado siempre al amparo de Aquilrra y así fue, entre Clara y ella había un código de amor indescifrable para los que de alguna manera convivimos con ellas dos, Aquilrra para Clara era como su oxígeno, siempre fue así y era mutuo ese cariño. Siempre jovial alli la vemos, con sus dos hijos y Alí en un matrimonio bien avenido, bajo los parámetros cristianos que consolidan una unión que a mi entender contiene elementos que te indican que sera para la eternidad.
A estas dos hermanas mis parabienes en su día.
Manolo Silva

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