Néstor Francia / Análisis del Entorno: Luis Vicente León cambia el tono
– 32 días
-Taimado movimiento
– Una sola vía
– El Gobierno se mueve con furia
– Ya no hay euforia triunfalista en la derecha
– Luis Vicente León cambia el tono
– De las mieles del triunfo a la matriz de fraude
– El Nuevo Herald, triunfalismo y fraude
– El verdadero destino de El Nuevo Herald
– “Fraude en cámara lenta”
– La clara línea de la derecha
Cuando este Análisis publique el lunes próximo, ya faltará menos de un mes para las elecciones. Es notable cómo la derecha nacional e internacional se mueve taimadamente de un excesivo triunfalismo a la conformación de un escenario virtual de “fraude”. El hecho que ya hemos planteado de que este mes que queda (realmente menos, 29 días contando el de hoy) para que cierre la campaña electoral (el 3 de diciembre) va a ser completamente favorable a la Revolución (si es que no aparece algún “cisne negro”) va empujando a la oposición por una sola vía: refugiarse en los medios y abrazar el auxilio de sus congéneres internacionales para preparar la deslegitimación de las elecciones venezolanas, como hemos dicho.
El Gobierno revolucionario, entre tanto, se está moviendo con furia en el ring. Ya ha ensayado más de tres mil mercados comunales (con eliminación de algunos intermediarios para la venta de productos), está multiplicando los mercados a cielo abierto, ha lanzado la providencia del Precio Máximo de Venta al Público, ha aumentado el salario mínimo y las pensiones, ha decretado un mes más de aguinaldo navideño para jubilados y pensionados, aumentará este mes en 110.000 el número de pensionados, pagará los aguinaldos a los trabajadores entre el 15 de noviembre y el primero de diciembre, está aplicando aumentos de salarios hasta del 30% para distintos sectores laborales, anda multiplicando los operativos especiales de distribución de bienes… es una fuerte ofensiva socioeconómica preelectoral que generara una sensación general de mejoría y de alegría en vísperas de una fiesta de amor y de paz, como está concebida culturalmente la Navidad. Esto produce en la oposición la certeza declarada de que el Gobierno “se las está aplicando”, como decimos en Venezuela y la angustia de que el chavismo lo está haciendo otra vez: ya no hay en la derecha euforia triunfalista sino preocupación y rabia.
Un opositor que viene manejando números muy favorables para la derecha, Luis Vicente León, empieza a cambiar el tono de su discurso, que ahora no muestra la seguridad de hace un par de meses y anda en la onda de decir que “El resultado de las parlamentarias depende de los números de circuitos ganados, no del total de votos nacionales. Es un error interpretar las brechas entre oposición y gobierno en las encuestas nacionales como un estimado de resultado en diputados. La elección de diputados se hace a través de 2 mecanismos: lista y circuitos. Los diputados lista terminarán equilibrados entre ambas fuerzas”, y agregó que “para que una fuerza política obtenga los dos diputados lista de un estado tiene que duplicar la votación de su adversario, algo muy difícil. En el caso de los estados con 3 diputados, para que una fuerza política se lleve todo tiene que triplicar a su contrincante. Más difícil aún”. Y además: “Es un error estratégico jugar al triunfalismo, aunque estés ganando. La estrategia correcta es luchar con todo, como si estuvieras perdiendo. Los riesgos de final de campaña son siempre elevados. Para la oposición el desinfle. Para el chavismo que se lo lleve un tsunami”. Por supuesto, este es un consejo que vale también para el chavismo, pero lo que en el fondo está diciéndole León a sus amigos de la oposición es que se pongan las pilas, porque el panorama que él mismo pintaba hace dos meses está cambiando.
Por estas razones dichas, la derecha enfila sus baterías ya no tanto hacia cantar a las mieles del triunfo, sino sobre todo a prepararse para desconocer los resultados, jurídica o políticamente. En ese sentido es significativo un “reportaje” aparecido en El Nuevo Herald, bajo la firma del agente imperial venezolano Antonio María Delgado, donde se combina modélicamente la proyección de un triunfo opositor con el escenario de fraude. El “reportaje” se inicia cantando victoria: “… las encuestas pronostican que el régimen de Nicolás Maduro enfrentará una tormenta perfecta en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, con la desesperación de los venezolanos gestada por la peor crisis económica en décadas, que deriva en una marejada de votos castigo. Estos se abalanzarán sobre un chavismo desgastado y altamente impopular”. Pero de inmediato se pone en la onda de Luis Vicente León: “Pero eso podría no ser suficiente, advierten más de una docena de expertos consultados para la elaboración de la actual serie sobre las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre” ¡Nos amenazan con una “serie”! Estaremos pendientes.
El pasquín mayamero hace ese puente para caer en el verdadero destino del reportaje: “La ventaja de entre 20 y 30 puntos porcentuales que la oposición le lleva al chavismo, según la mayoría de las encuestas, podría ser contrarrestada por el repotenciado arsenal de trampas y arbitrariedades preparado de antemano por el chavismo, que en su conjunto convierten el ejercicio electoral en lo que muchos han descrito como ‘un fraude en cámara lenta’”. Para apoyar su “análisis”, El Nuevo Herald cita, como suele suceder, a “especialistas” y “asesores” de la derecha, que refrendan sus afirmaciones con declaraciones ad hoc, y se apoya en la presentación de las consabidas encuestas tarifadas que ya son viejas conocidas, como las de Keller y Hernández Hercón.
El pasquín plantea, al igual que León, la clara posibilidad de que el chavismo mantenga su mayoría parlamentaria, aunque la atribuye, claro está, al “fraude en cámara lenta”: “La oposición ha estado vendiendo el ejercicio electoral como el evento que podría iniciar el proceso de cambio en Venezuela. Sin embargo, muchos insisten en que la derrota del oficialismo tiene que ser “devastadora”, con una votación de más de dos tercios, para que la nueva asamblea cuente con la fuerza necesaria para enfrentar a los otros poderes secuestrados por el chavismo… Pese a la creciente impopularidad del régimen, una victoria de esas proporciones parece muy difícil de conseguir, especialmente ante la modificación de los circuitos electorales perpetrado por el Consejo Nacional Electoral, organismo controlado por el régimen para darles más diputados a las regiones tradicionalmente controladas por el chavismo”. La línea de la derecha está clara y se ocuparán en este mes de repasarla: “vamos a ganar, pero vamos a perder… porque el “fraude” ya está hecho”.
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