jueves, 12 de enero de 2012


Médicos comunistas en lucha para transformar modelo capitalista de salud


y militantes del PCV, Edgar Rubio, Edgar Acosta y José Balza.militantes del PCV, Edgar Rubio, Edgar Acosta y José Balza.
Caracas, 12 ene. 2012, Tribuna Popular TP/Modaira Rubio.- Para las y los comunistas venezolanos la lucha por el derecho a la salud, es y ha sido fundamental. Así lo ha demostrado el legado que dejaron muchos médicos, militantes del Partido Comunista de Venezuela (PCV), que ya no se encuentran entre nosotros: Emigdio Cañizales Guedez, Eduardo Gallegos Mancera, Otto Graterol, Trino Meleán, Aquiles Bellorín, Mario Guastapaglia, entre tantos otros, que ejercieron su profesión sin lucro y dieron los primeros aportes en la construcción de un modelo de salud pública, gratuita y de calidad para todas y todos.
En el presente, galenos y trabajadores del sector salud integrantes de las filas del PCV se han dedicado a impulsar el programa de formación en Medicina Integral Comunitaria (MIC), que aportó recientemente al país más de 8 mil nuevos médicos y médicas para garantizar el acceso a la salud de toda la población.
“Este programa es una contribución venezolana al cambio del modelo capitalista de salud”, afirmó Edgar Rubio Palencia, profesor del MIC en Barinas. “Contrariamente a lo que dicen sus detractores- sostiene Rubio- no se trata de un esquema cubano. El MIC nació en Venezuela. Los profesores cubanos vienen de un modelo educativo progresista, pero ubicado en el contexto de las escuelas de medicina tradicionales en el mundo. La Universidad con su claustro, su decanato, su institucionalidad que data de la edad media”.
En Venezuela, “ese modelo se derrumbó con el MIC. Estamos presenciando el nacimiento de una verdadera universidad proletaria, que ha permitido a muchachas y muchachos de pueblitos que no aparecen ni en los mapas, convertirse en médicas y médicos. Es el pueblo apropiándose del conocimiento que antes estuvo en manos de la burguesía”, prosiguió Rubio.
“La Academia de Medicina de Venezuela (AMV), si no estuviese en manos de la oligarquía, debería estar orgullosa pus aquí estamos consolidando un método para edificar una práctica médica completamente humanista”, enfatizó.
Por su parte, José Antonio Balza, coordinador y enlace del MIC en el Hospital Luis Razzetti, señaló que “estamos dando los primeros pasos para hacer una medicina socialista pero todavía tenemos la estructura del Estado burgués”.
“Realmente considero  un acto de terrorismo lo que han hecho los medios con los egresados del MIC, al decir que no están capacitados para la práctica médica. En el hospital interactúan estudiantes de medicina de distintas escuelas y del MIC. Al principio nos enfrentamos a un gran rechazo, pero poco a poco nos hemos ganado nuestro espacio y el respeto de colegas que egresaron de la universidad tradicional”, destacó Balza.
“Esto tiene una repercusión internacional. En ninguna parte, tendríamos que revisar si en China, un Estado tiene la capacidad de formar más de 8 mil médicos en una cohorte. Y eso debe llamar a la reflexión. Allí está Europa en declive, cada vez más los ciudadanos pierden el acceso y el derecho a la salud. Deben mirar a Venezuela y a los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), para conocer lo que se está haciendo aquí”, afirmó el especialista.
“Para quienes venimos de la escuela tradicional, la salud es ausencia de enfermedad. El MIC nos enseña a recordar  que hay que tomar en cuenta en ese concepto, factores como la alimentación y el medio ambiente en el que se desenvuelve el individuo. Eso no se aprende en el claustro, sino en la comunidad, y estos estudiantes se integran a ella desde el primer momento”, explicó.
“El MIC necesita más apoyo de las autoridades administrativas, de las gobernaciones, de las alcaldías. Por ejemplo, aquí en Barinas , el programa de medicina de la Universidad de Los Andes (ULA) recibe una asignación de cerca de 300 millones de Bs.  Los estudiantes del MIC tienen acceso, pero se les pone un poco más difícil hacer uso de las aulas computación o de la biblioteca  que pertenecen a la ULA. Y se trata de un proyecto del Estado, que debe involucrar a todas las instancias no sólo a Min Salud o a la Misión Sucre”, dijo el profesional de la salud.
Edgar Acosta, egresado de la  I promoción, expresó que es falso que recibieron sólo seis meses de clases.  “El programa dura 6 años, más el curso introductorio de pre-medicina. Muchos no lo pasan y se quedan en el camino. Es mentira que todos aprueban. En mi grupo inicial entramos 38 y  nos graduamos 11. El año normativo comienza en enero y termina en diciembre. Son más de 14 mil horas académicas. Eso se convierte en un apostolado porque no tenemos vacaciones ni feriados”.
“Nosotros nos preparamos con una visión desde la comunidad. Está científicamente comprobado que el 85% de las patologías pueden ser resueltas desde allí, antes de llegar a los hospitales. Tratamos de invertir la pirámide en el sistema de salud actual que es eminentemente curativo. Se nos enseña el modelo preventivo y evaluamos el entorno del paciente”, resaltó.
Además, aclaró Acosta, se necesita realizar una tesis de grado, con una metodología específica para obtener el título. “Eso nos obliga a desarrollar herramientas científico técnicas para dar solución a un problema médico”, indicó.
Los tres militantes coinciden en que el apoyo y la defensa del MIC, y el trabajo ideológico en sus filas, es el aporte de las y los comunistas a la transformación del modelo de salud en Venezuela.

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