martes, 2 de julio de 2019

Me manda Guaidó

Por Roberto Malaver La imagen puede contener: 1 persona, exterior

Siguiendo el guión de la famosa película italiana, Me manda Picone, la oposición venezolana logró cometer el mayor robo de la historia política del país. En Me Manda Picone se trata de un ladrón que se mete en todas las pillerías de la mafia napolitana, pero en esta nueva versión, los enviados de Guaidó se meten en todos los países que lo reonocieron como presidente interino para robar y robar.
- Me manda Guaidó
- ¿Lo manda Guaidó?. Encantado de servirle, amigo. Estamos dispuestos a colaborar para salir de la dictadura de Maduro.
- Las dictaduras no caen solas, necesitamos dinero.
- Claro, amigo. Nosotros colaboramos. Ya mismo le depositamos nuestra contribución.
Ese diálogo pasaba en una embajada en Colombia, donde el embajador de un país que había reconocido como presidente Interino a Guaidó, estaba brindando todo su apoyo al enviado del interino Guaido.
Ya habían logrado que el Gobierno de Estados Unidos –Donald Trump- impusiera y reconociera a Guaidó como presidente interino. Le habían dado la orden de que se autoproclamara y Guaidó había seguido la orden al pie de la letra. De esa manera, el interino nombró como embajador a Carlos Vecchio en Estados Unidos, y allí comenzó el robo del botín. Se apropiaron de Citgo y con todos esos dólares, comenzaron a armar un verdadero Guaidogate.
Y mientras tanto, en Argentina, un enviado entra a la oficina del embajador de un país que reconoció a Guaidó y dijo:
- Me manda Guaidó.
- ¿Lo manda Gaudió?. Aquí estamos para servirle. Y dispuestos a apoyarlo para salir del dictador.
- Pero las dictaduras no caen solas.
- Claro que no. Estamos dispuestos a aportar el dinero necesario hoy mismo para que cese la usurpación.
El robo se hizo tan evidente que el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, después de pensarlo mucho y ya que contaba con todas las evidencias, decidó enviar un Twiter pidiendo decencia y explicación ante lo que estaba sucediendo con el robo de la ayuda humanitaria que se pretendió llevar a Venezuela y se quedó en Colombia. Además, todavía no se sabe quién se quedó con la recaudación del concierto musical que hubo allí, y además, música paga no suena.
Pero el robo se hizo tan envidente en Colombia que, para dar la sensación de que seguía gobernando, el interino Guaidó dictó un decreto donde destituía a su embajador Humberto Calderón Berti, y a Rossana Barrera, Kevin Rojas, Gaby Arellano, José Manuel Olivares, Vilca Fernández, Gilbert Caro.
Todo el equipo del Interino en Colombia quedó destituido, según fuentes indignas de todo crédito y muy cercanas al interino. Y ahora seguramente el ventilador se prende y a correr que lo que viene es de padre y señor mío.
Y mientras tanto, en Ecuador, en una de las embajadas que reconocieron la presidencia autoproclamada de Guaidó, se presentó un nuevo enviado que pidió hablar con el embajador, y cuando estuvo al frente de él le dijo:
- Me manda Guaidó
- ¿Lo manda Guaidó?. Aquí estamos para servirles y apoyarlos para salir del usurpador.
- Si, pero los usurpadores no salen solos.
- Tranquilo, que también lo apayamos financieramente.
Se corrió la voz en el mundo que el santo y seña era ese: “Me manda Guaidó”, para recibir la ayuda. De esa manera una serie de enviados comenzaron a hacer fiestas y a cursar invitaciones y a pedir colaboraciones y el robo fue creciendo.
Ahora, en todas las embajadas de los países que reconocieron a Guaidó como autoproclamado,las secretarias de los embajadores tienen un papelito con una orden: “Si viene alguien diciendo que lo manda Guaidó, dígale que no estoy”.

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