martes, 21 de octubre de 2014

Carlos Betancourt: “Se agota la paciencia del pueblo”


Carlos Betancourt: “Se agota la paciencia del pueblo”
El ex dirigente del MIR afirma que hay malestar en las bases populares del chavismo. “El capitalista privado vuelve a negociar con el capitalista de Estado”, dijo el ex comandante “Gerónimo” en la lucha armada y luchador social
por Carlos Díaz
Carlos Betancourt, ex dirigente del MIR y co-fundador del partido “Bandera Roja”, conocido como comandante “Gerónimo” durante la lucha armada que se escenificó en Venezuela durante las décadas de los años sesenta y setenta del siglo pasado, sostiene que el “sacudón” sobre el aparato burgués del Estado anunciado por el Presidente de la República, Nicolás Maduro, originó muchas expectativas en las bases populares pero todo resultó un fiasco. “Fue solo un enroque de piezas, como en el ajedrez en donde se sacrifican los peones para proteger al rey de un jaque mate. Se cambiaron los ministros de un lado a otro sin haberse evaluado su gestión anterior, es decir, premiando la ineficiencia y entronizando aún más a una élite en el poder”, aseveró en entrevista con “La Razón”.
¿El fallecido presidente Chávez propuso pulverizar el aparato del Estado burgués?, ¿cuánto ha avanzado el gobierno de Maduro?
— Nicolás Maduro, valiéndose de una élite burocrática, determinó que el Estado no debe ser pulverizado sino transformado. Bueno, ya aquí se observa un distanciamiento abismal entre las tesis de Chávez y la de Nicolás. Claro, la práctica anterior de Maduro estuvo estrechamente ligada al sindicalismo el cual no suele generar conciencia revolucionaria sino una conducta colaboracionista ante el capital.
frase4¿Cómo debió haber sido un verdadero “sacudón”?
— El Estado tiene actualmente más de dos millones seiscientos mil funcionarios. Eso ha ido aumentando. Cuando el presidente Chávez había dieciséis ministerios y a pesar de que dejó la tarea de pulverizar el Estado hoy en día, incluso después de ese “sacudón”, hay más de cien viceministerios sin contar a los vicepresidentes, gobernadores, alcaldes y funcionarios militares con prebendas que nunca antes tuvieron. Es todo un súper aparato que habla en nombre de la sociedad pero que, de hecho, la aplasta, sustituye y atemoriza. Por qué no someter al debate público la tarea histórica de simplificar el Estado, reducir o eliminar el papel de los ministerios y transferir el poder a las organizaciones populares. Por allí sí podría haber un verdadero sacudón.
¿Fue un “sacudón” la salida de Rafael Ramírez de Pdvsa?
— La salida de Ramírez no puede considerarse como un “sacudón” porque quien entró nuevo allí es una pieza de Ramírez. Los problemas de Pdvsa no se resolverán cambiando a un burócrata por otro. Si hubiesen querido un sacudón habrían sometido al análisis crítico la actuación de la industria petrolera y responder por qué se ha endeudado a esta empresa estatal. Por ejemplo, en El Furrial y Punta de Mata, en Monagas, a diario se despilfarran millones de metros cúbicos de gas que van a la atmósfera y contaminan el medio ambiente. Incluso, se dice que alrededor nacen niños con malformaciones. Por tanto, un verdadero sacudón significaría definitivamente reformular la política de la petrolera venezolana.

CAPITALISTA PRIVADO Y CAPITALISTA DE ESTADO

¿La crisis económica hace aguas al gobierno de Maduro?, ¿se debilita cada vez más el respaldo popular?
— Recordemos que la merecida derrota que Chávez les dio a los adecos en 1998 abrió gigantescas expectativas a los venezolanos. Pensábamos que a partir de ese momento se abrirían caminos a una real transformación del modelo capitalista; inclusive, se ofreció el socialismo. Todo resultó una quimera. Las aguas retoman su viejo cauce y el capitalismo se ha restablecido: el capitalista privado vuelve a negociar con el capitalista de Estado y llegan a acuerdos, uno de ellos cómo repartirse los dólares. Las consignas, promesas y críticas opositoras se diluyen en un mar de trivialidades en donde solo se discute cómo repartirse el poder.
frase3¿El restablecimiento del capitalismo al cual se refiere es quizás ocasionado por la guerra económica de la derecha?
— Si la guerra económica es librada en el territorio enemigo lo más seguro es que se coseche la derrota. Cuando, por ejemplo, Nicolás Maduro le dijo a Lorenzo Mendoza que se dedicara a producir y lo dejara a él gobernar allí se está enviando un claro mensaje de conciliación con el adversario de clase. Por tanto, es un error del gobierno bolivariano cazar la pelea en ese terreno. Recordemos que las burguesías que nos han dirigido hasta hoy, incluida la bolivariana, han prometido sustituir el régimen de importaciones y desarrollar las fuerzas productivas internas. Esta es la gran deuda histórica que sigue sin cumplirse.
¿Ha sido positiva la lucha del gobierno de Maduro contra la especulación, acaparamiento y el contrabando?
— La especulación es una conducta típica de los capitalistas. El capitalista explota al obrero y le paga salarios de subsistencia y hambruna. El otro miembro de la clase capitalista, que es el comerciante, remata al obrero cuando este acude a la adquisición de la mercancía en el mercado. De modo que entre el salario y el precio los capitalistas aprisionan al trabajador en contra de la pared del hambre. El gobierno, para fingir ante el pueblo que tiene el poder, apela al mecanismo del control de precios pero esta medida es burlada por los capitalistas para luego contrabandear. El pueblo es quien paga los precios excesivos de los bienes y servicios. Esto quiere decir que el poder real lo tiene el capitalista privado y el poder formal la burocracia estatal. Al final quien paga los platos rotos es el pueblo trabajador.

“SE AGOTA LA PACIENCIA DEL PUEBLO”

¿Se han producido los verdaderos cambios políticos y económicos que exige el pueblo desde hace décadas?
— Estamos inmersos en el círculo vicioso de la corrupción, control de la renta petrolera y de temor al gran capital internacional. Esto nos lleva a una conclusión inexorable: la burguesía es incompetente para construir un modelo cónsono con los intereses del pueblo. A estas alturas el cuerpo social no soporta más mentiras ni promesas. Ha llegado la hora de que el pueblo trabajador decida actuar como sujeto histórico, como líder de un cambio real y eso supone una recomposición política, económica y social. Estos son cambios que deben realizarse por la vía pacífica. Pero ni la oposición ni el gobierno bolivariano están en capacidad de darnos una respuesta apropiada en este momento. La oposición solo quiere retomar el poder político para darle rienda suelta a su afán de saquear el erario mientras el gobierno se enreda en sus pleitos internos, utiliza un discurso populista y tiene una práctica burguesa de nuevo tipo.
¿El “sacudón” debió impactar sobre las políticas económicas del gobierno?
— El gobierno bolivariano debió trazar una política para desarrollar las fuerzas productivas internas, por ejemplo, industrializar el campo. Eso sí habría sido un sacudón porque habría estremecido la vieja política de importaciones y habríamos comenzado a producir lo que necesitamos. Una revolución agraria sí habría sido un sacudón. Sin embargo, seguimos importando y discutiendo sobre el control de cambio y la cotización del dólar en el mercado paralelo, es decir, viviendo en un círculo vicioso. Aquí llegamos al límite donde la paciencia del pueblo se agota pero no para salir de Nicolás Maduro y poner a un carajo como (Antonio) Ledezma. Porque ese es el eterno jueguito diabólico de la alternabilidad burguesa.

PERPETUARSE EN EL PODER

¿Los avances durante el gobierno de Chávez han retrocedido durante el mandato de Maduro?
— Hoy estamos ante una situación más difícil. Chávez propuso darle poder al pueblo a través del fortalecimiento del poder popular. Pero las medidas de Nicolás Maduro, a pesar de su discurso zalamero al presidente Chávez –hasta el punto de decir que es su hijo-, son dirigidas a darles más poder a los mandos militares. En cada problema del país termina designando un Estado Mayor que no es otra cosa que un aparato burocrático militar. Con estas decisiones se presenta al Estado Mayor como la solución y se minimiza al poder popular. Se está fortaleciendo el capitalismo de Estado como dueño absoluto de los medios de producción y de los destinos del país.
frase2¿Por qué Maduro ha reforzado el militarismo?
— Maduro no cree en el poder del pueblo y está jugando a perpetuarse en el poder y eso pasa por tener de su lado a las fuerzas militares. Esa es la explicación.
¿Por qué no ha funcionado la transferencia del poder del pueblo si se cuenta con leyes tales como de Comunas, Cooperativas, Consejos Comunales, un ministerio sobre esta materia y cuantiosos recursos?
— Cuando cualquier élite llega al poder una de sus principales misiones es darle piso político a su dominio, es decir, crear una institucionalidad bajo sus intereses. De allí se derivan Constituciones, leyes, reglamentos y normas. Cuando se analizan a profundidad esas leyes nos damos cuenta que, en realidad, son mandatos que vienen desde arriba para ordenar la organización con determinadas formas y fondo. Y, además, hay capas en el pueblo que piensan en el socialismo estomacal, es decir, las tres papas y las migajas que le dan. Esa gente no ha tomado conciencia de la necesidad real. Y las leyes que han sido creadas son inoperantes porque el pueblo no las ha hecho suyas.

INVESTIGAR A LOS MINISTROS

¿Esa élite que menciona usted es la misma que se ha enriquecido del erario?, ¿la boliburguesía sigue depredando los recursos públicos?, ¿acaso surge una nueva boliburguesía bajo el gobierno de Maduro?
— Déjame decirte que alcaldes, gobernadores y ministros que antes andaban en alpargatas y bicicleta, hoy tienen carros de lujos, cuentas bancarias, amantes y reparten contratos a sus amigos. Un verdadero sacudón investigaría a los ministros, a sus familiares y allegados para determinar por qué su patrimonio se ha incrementado hasta cien veces más. De dónde alguien que antes vivía en Catia pudo sacar para mudarse al Country Club. Vamos a investigar dónde viven los ministros y sus amantes. Claro, salvo algunas excepciones. Si soy socialista por qué voy a pensar en enriquecerme. Además de esto hay gente también en el parlamento y en las gobernaciones que hacen negocios.
¿El Estado patrón es tan salvaje y represor como el privado?, ¿cómo se explica la represión de un gobierno que dice ser obrerista en contra de los trabajadores de Sidor?
— El origen de una persona no determina su conciencia social. El origen puede ser obrero pero no necesariamente estará inmerso en la ideología de la clase trabajadora. En Venezuela el movimiento obrero ha sido una escuela del reformismo, oportunismo y de colaboración con el Estado o con el sector capitalista privado. Si las luchas sindicales se encaminan solamente a mejorar la situación de la clase obrera, cómo entonces esa clase que está luchando por migajas puede llegar a ser dirigente de la sociedad. Es por ello que el Estado trata de mantener a raya a la clase trabajadora mediante la discusión de las contrataciones colectivas, beneficios y otros. Sin embargo, jamás se le permitirá que sea la dueña de los destinos del país. Mi crítica entonces va hacia el movimiento obrero que no ha sido capaz de superar lo reivindicativo y solo se ocupa de darle vítores a la élite que lo dirige.

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