domingo, 23 de marzo de 2014

DE LA GUARIMBA A LA DESESTABILIZACION DE LA REGION

Manuel Briceño Méndez

Y no han podido con la fuerza del Poder Popular, con ese chavismo silvestre que ha demostrado como un pueblo ha madurado políticamente y ha hecho suyo el legado del Comandante Eterno en su propuesta política para el mundo; pero sobre todo en ese sentimiento de Patria que hizo: ¡Chávez somos Todos!
Es obvio que la oposición imperial –la verdadera oposición- , ya ni siquiera busca la posibilidad de un golpe suave o de una primavera colorida que justifique su intervención en los asuntos de la República Bolivariana de Venezuela, porque su objetivo geopolítico no es solamente un país siempre libertario que inicio la última revolución del siglo XX y la primera Gran Revolución del siglo XXI que puede, sin ninguna duda, equivalerse a aquella otra Revolución de 1917.
Se trata de intervenir en la fortaleza y consolidación de un proceso de integración latinoamericana y caribeña emergente, que se impone en el nuevo orden internacional y que traduce un profundo cambio en la geopolítica mundial.Desestabilizar el proceso revolucionario venezolano apunta a desestabilizar una Región que crece con peso propio, con nuevas instancias soberanas como el ALBA, PETROCARIBE, UNASUR, la CELAC: ¡No es poca cosa!
Este nuevo relacionamiento entre los países Latinoamericanos  y Caribeños, y de la Región con los demás países del mundo, es precisamente lo que  se niegan a aceptar quienes ejercieron su hegemonía desde los inicios mismos del capitalismo como racionalidad socioeconómica y geopolítica.
De allí que importa entonces generar conflictos, ya no mediante descontentos e inconformidades de las clases dominantes desplazadas en los procesos políticos internos de la República Bolivariana de Venezuela, la República Federativa del Brasil, La República Argentina, La República del Ecuador, el Estado Plurinacional de Bolivia y la República Oriental de Uruguay, o en las Repúblicas de Nicaragua y de Cuba, y ahora la República de El Salvador que se suma con un triunfo significativo del pueblo sobre las oligarquías nacionales: no son gratuitos los golpes de Estado en Honduras  y Paraguay.
Se trata de fomentar una conflicto de dimensión regional que obstaculice la consolidación de este nuevo poder regional emergente, rico en recursos estratégicos, con una población demográficamente creciente que se reconoce hoy entre los suyos y que ya no acepta seguir siendo explotada y consumidora de espejitos y baratijas resplandecientes bajo el viejo principio del american way life.
Editar la política del conflicto en el nuevo ordenamiento geopolítico del mundo, ya no en el Medio Oriente y Africa, sino también en la Región Latinoamericana y Caribeña, no es más que la respuesta bélica desesperada de un Imperio que agoniza; que se consume en sus propias crisis económicas y financieras que espera  resolver una vez más con el negocio de la guerra.
Es por ello que la guarimba, bajo la imagen de una protesta estudiantil, ha venido desarrollando los escenarios que incentiven y muestren una situación conflictiva de tal magnitud como para justificar la intervención de las instancias internacionales, léase Naciones Unidas, Organización de Estados Americanos u Organismos Humanitarios.
De la guarimba quema basura pasaron al bloqueo de sectores en las principales ciudades del país, buscando territorializar una supuesta protesta que hoy se declara insurgente – por ejemplo, en Mérida se crea la Junta Patriótica Estudiantil y Popular -, queriendo crear supuestos territorios liberados donde de la quema de basura se transita hacia la acción de francotiradores, en una clara provocación para que las fuerzas el orden público, particularmente la Guardia Nacional, intervengan represivamente, y sellar con esto lo que podría difundirse en la opinión internacional como un enfrentamiento militar entre las fuerzas del régimen castro - comunista del Presidente Nicolás Maduro y las fuerzas rebeldes que luchan por la democracia y la libertad: el inicio de la guerra civil tan buscada por el Imperio para justificar cualquier intervención y generar el conflicto regional ampliado hacia todos aquellos países que conforman la Patria Grande.
El pueblo venezolano estamos dando una gran lección política al mundo, y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana ha demostrado con creces que no es una fuerza mercenaria al servicio de intereses subalternos; no se equivocó el Comandante: ¡Chavez somos todos!

manutheri@gmail.com


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