lunes, 19 de febrero de 2018

Este el plan mundial que se urde 

contra las FANB

Entre los muy pocos ejércitos del mundo que en estos momentos no están respondiendo a los intereses de Estados Unidos, se encuentra el EJÉRCITO BOLIVARIANO DE VENEZUELA. El Comandante Hugo Chávez definió el poder de la revolución, como concentrada en dos poderosos brazos defensivos de la patria: el ejército bolivariano y el pueblo. Dos poderosos brazos de un mismo cuerpo. De modo que no podría existir pueblo sin sus Fuerzas Armadas, y Fuerzas Armadas sin pueblo.
En esencia, por concentrarse en nuestro ejército la defensa de la patria, en él debe resumirse en gran parte el liderazgo más puro y esencial de nuestra Nación. Pretender separar al ejército del pueblo es la idea que tiene el imperio norteamericano, porque así lo sujetaría a los poderosos centros oligarcas, lo desintegraría, lo anularía como sujeto activo en la defensa de nuestros recursos, de nuestras glorias patrias, de nuestra historia, como casi siempre lo fue en el pasado.
Para el Libertador Simón Bolívar, ejército y pueblo conformaban una estructura defensiva inseparable, y la idea central del papel de las Fuerzas Armadas se encuentra resumida en aquella grandiosa carta, enviada a Santander el 13 de junio de 1821, en la que le dice, que los oligarcas, es decir los congresistas (traidores)… "piensan que la voluntad del pueblo es la opinión de ellos, sin saber que en Colombia el pueblo está en el ejército, porque ha conquistado el pueblo de mano de los tiranos, porque además es el pueblo que quiere, el pueblo que obra y el pueblo que puede. Todo lo demás es gente que vegeta, con más o menos malignidad, o con más o menos patriotismo: pero todos sin ningún derecho a ser otra cosa que ciudadanos pasivos. Esta política que no es ciertamente la de Rousseau, al fin será necesario desenvolverla para que no nos vuelvan a perder esos señores...".
De modo, pues, que se le ha dado la orden a todos los poderosos medios del mundo emprenderla ahora sin pausas ni límites, con recreaciones agresivas de todo tipo, con provocaciones y "seguimientos sensibles" contra cada uno de los oficiales de las Fuerzas Armadas Bolivarianas de Venezuela. En la última reunión con el Comando Sur de Estados Unidos con representantes militares de Brasil, Colombia, Perú, Chile, México, Argentina y Guyana, y expertos del tema geopolítico de la región, se llegó a la conclusión, que sólo minando la moral de las FAB podría comenzar el desmoronamiento del gobierno socialista en Venezuela. Es un espectro de ataques virulentos e incesantes para demoler el espíritu chavista y bolivariano de ese bastión y alcázar inconmovible de nuestras Fuerzas Armadas que hasta el día de hoy ha sido la mayor garantía para la paz y la estabilidad de nuestra nación.
De ahí, pues, las incesantes sanciones del imperio contra miembros de nuestras fuerzas armadas bolivarianas. De ahí las desesperantes declaraciones del senador Marco Rubio, llamando a un golpe de estado en Venezuela que de manera inmediata apoyaría la "comunidad democrática internacional".
En todos los medios poderosos se reproducen artículo y trabajos sobre el papel de las fuerzas armadas venezolanas en el actual proceso revolucionario. Y todo esto nace de que ya el imperio euro-gringo ha descartado que con procesos electorales no será posible demoler un proyecto que amenaza, si no se corta de raíz, con "desestabilizar" a toda la región. El objetivo primordial del imperio euro-gringo es borrar del mapa no sólo al chavismo sino a la Constitución bolivariana. Porque también han llegado al convencimiento de que con la actual dirigencia de la ultra-derecha en Venezuela no hay posibilidad de que "Venezuela vuelva a redil de la naciones colaboradoras con los principios civilizadores de la democracia en el actual sistema global…".
De ahí esa intensa movilización de ONG’s auto-erigidas en vigilantes de la moral del planeta, dirigiendo informes a todos los poderosos medios del mundo, cuando todo el mundo sabe que ellas son tapaderas de la CIA. La campaña se está haciendo sutilmente para pulverizar la confianza en nuestras Fuerzas Armadas, no sólo el propio estamento militar sino en grandes sectores de la población.
Además de difundir esas constantes movilizaciones militares de países vecinos a lo largo de toda nuestra frontera (Brasil, Guyana, Colombia, el Caribe…), se les presiona y se les advierte que no tendrán salida ante una eventual confrontación bélica.
Esto, por supuesto no es nuevo, ya que los ejércitos en América Latina se estructuraron para que fuesen fuerzas de ocupación yanqui en defensa de los intereses de las grandes corporaciones y de los proyectos colonizadores gringos en el mundo. En Chile durante el gobierno de Allende, los oligarcas en sus marchas y delirios asesinos les echaban granos de maíz a altos oficiales para hacerles sentir que eran unas "gallinas" cuando en realidad se trataba de todo lo contrario.
¿Recuerdan a aquel cursi y miserable Pablo Aure profesor de la Universidad de Carabobo, quien ideó enviar por correo pantaletas a los cuarteles, y que junto con el diario "El Nacional" emprendieron una feroz campaña contra las Fuerzas Armadas?
El general Fernando Ochoa Antich felicitaba entonces al mequetrefe de Pablo Aure por esa "ingeniosa" idea de ofender a los militares que apoyaban a Chávez. Porque, qué ironías: cuando el general Ochoa Antich era general activo, los militares nuestros para él eran los más "valientes del continente", porque alguno de ellos se atrevieron a vestir de oficial a Blanca Ibáñez, la amante del presidente Jaime Lusinchi. En esa época, para nada eso de enviar pantaletas para los generales se hubiesen justificado. ¿Qué hacía entonces el señor Pablo Aure cuando aquí la barragana de Lusinchi era toda una generala en jefe? ¿Se sentía cómodo con aquellos oficiales que le hacían la corte a Blanca Ibáñez? ¿Aquellos militares sí eran dignos para él? ¿Si fueron dignos aquellos generales que permitieron las negaciones con los tanques MX? ¿Aquellos súbditos de los perros de la guerra que andaban amarteladitos con los perros y perras de la guerra, con la Gardenia Martínez y el Orlando García que ni una navajita, según CAP, le habían vendido a Venezuela? ¿Era militares dignos los que protagonizaron las masacres del Amparo o de Cantaura? ¿Los que callaron cuando fue juzgado el comandante Godoy y le dieron un tiro en la boca al abogado Juan Luis Ibarra Riverol? Entonces aquellos no merecían pantaletas, sino vítores por lo valiente que eran para don Pablito Aure.
Pero les aseguramos que el abogadillo Pablo Aure, jamás le habría enviado pantaletas a los rectores de las universidades autónomas que han destruido la educación, la moral y las ciencias en Venezuela. Nunca le habría pasado por la cabeza exigirle valor y coraje repartiendo prendas íntimas por montón a los corajudos del otrora sistema de justicia, comandada por las tribus judiciales de Morales Bello o Allan Brewer Carias.
Resulta que fue con Chávez como aquí a muchos les brotó el gen de la rebeldía, de volverse arrechos y desafiadores del gobierno. Repentinamente estos palurdos académicos comenzaron a descubrir injusticias, descubrieron que eran remachos y se lanzaron contra Chávez y contra los generales, contra cualquiera que estuviese del lado del gobierno. Es decir, nunca se habían enterado sino con Chávez, cuán valientes eran.
Claro, pero cualquiera hoy puede decir lo que le venga en gana contra el gobierno porque el que se atreva cuenta con poderosos medios en el mundo que le respaldarán y lo harán parecer como una víctima del monstruo castrocomunista de Chávez, pues se echan al ruedo con histeria y con bombas encaletadas. Contra el "Hitler criollo" que tiene hornos crematorios y campos de concentración en cada esquina. Cuentan los enemigos de las Fuerzas Armadas con todo lo podrido del pasado que todavía sigue vivito y coleando. Cuentan con la Iglesia, con la OIT y la SIP, con todos esos castrados generales retirados que se refugian en Miami que fueron aquí los pilares fundamentales del barraganaje que entre nosotros imperó durante toda la IV república. Cuentan con el detritus de la banca, con los mercenarios de Colombia, con el gusanaje cubano, con el horrible culillo y vasallaje que durante más de un siglo ha impuesto Estados Unidos en América Latina.
Qué fácil era para esta clase de canallas enarbolar pantaletas contra los cuarteles, y decir que nuestros verdaderos y dignos generales chavistas son cobardes, precisamente porque se estaban negando a ser la befa de los ricos, de los manipuladores partidos, la pútrida cúpula eclesiástica, de los empresarios y de las barraganas de nuestros presidentes.
Qué fácil es pedirle a nuestra oficialidad que se alce porque unos pocos no tienen lo que siempre criminalmente venían usufructuando.
Si aquí, nuestros generales, cual "titanes de la libertad" y cual comandos israelitas, se dedicaran a rescatar del olvido trágico del pueblo, a los Carlos Andrés Pérez y a los Rafael Caldera, a los magnates de Carmelo Lauría, a los banqueros como Salvatierra y los Azpúrua, Julio Sosa Rodríguez, Guruceaga, los Tinoco, a los genuflexos adecos como el Canache Mata o el Luis Alfaro Ucero, ... entonces estarían nuestros generales, digo, desfilando por la embajada gringa para recibir reconocimientos y preseas, dólares y prebendas. Cuánta felicidad debió embargar en aquellos tiempos el corazón de los tipos como Pablo Aure, contento y feliz con el sistema que teníamos y todos aquellos que como él piensan y sienten. Porque sepamos, jamás vimos una queja suya por la prensa de tan fulminante talla; además, en aquellos tiempos éramos tan demócratas, que "El Nacional" nunca habría permitido publicar tal bazofia.
¿Y qué era lo que se le pedían a nuestros generales?: Que se rebelaran contra Chávez porque era feo, zambo y provenía de una familia pobre, humilde; porque decía verdades que escaman y porque se atrevió a escoger un camino propio que para nada dependía de las imposiciones estadounidenses. Porque se atrevió a desenmascarar a los adecos con sotanas. Porque se atrevió a reformar el viejo Poder Judicial y puso en cintura a los desbocados ladrones empresariales, a los banqueros y a la CTV.
Si aquí realmente a cada cobarde se le diera un par de pantaletas, quedarían todas las tiendas de prendas íntimas de América Latina desabastecidas. Y todavía me pregunto: ¿A quién realmente le luciría esta prenda, sino a la canalla que pide que nos invadan como esa estirpe de arrastrados como Henry Ramos Allup, Julio Borges, Leopoldo López o Luis Florido?
Si esas amenazas miserables que están insuflando los gringos, por alguna debilidad imperdonable, llegase a prender en algún alto miembro de nuestras Fuerzas Armadas que llegase a provocar tensiones sociales y enfrentamientos en los cuarteles, correrían en los pantaletéricos ríos de excrementos; los veríamos correr hacia las embajadas o hacia las mecas de esos copiones sin alma: Miami. Entonces, a esos miserables les tendríamos que enviar luego no ya pantaletas sino calzoncillos con la fétida y ya conocida rayita amarilla aquella. O sea.
Por eso el diario "El Nacional" se ha activado de nuevo por orden los poderosos medios del mundo y ha emprendido nuevos ataques contra fuerzas armadas apelando al manido cuento de siempre: que son corruptas, arbitrarias, dueñas del gobierno y de los entes del Estado. En ese sentido la palangrista Marielba Núñez publicó una bazofia en "El Nacional" el 28 de enero de 2018, en el que echa mano, otra vez de las miserables ONG’s, como Transparencia Internacional capítulo Venezuela, "quien en un Informe de Corrupción 2017 alerta que el protagonismo castrense se ha hecho preponderante en sectores clave de la vida nacional y se ha traducido en una intervención casi absoluta de las Fuerzas Armadas en los procesos civiles de la sociedad. El documento advierte sobre la opacidad de las actuaciones y el altísimo riesgo de corrupción, y señala que la mayoría de los recursos humanos y financieros asignados a la FANB están dedicados a áreas ajenas a su función constitucional".
La función CONSTITUCIONAL más genuina y fundamental de las Fuerzas Armadas es la defensa de la patria, y por lo tanto es éste su papel, nada le es ajeno.
Claro lo que no dice es que nuestras Fuerzas Armadas ya no dependen del control norteamericano, que es todo lo que les duele, realmente.
Les duele que nuestras fuerzas armadas estén pendientes de la distribución de alimentos, de una severa vigilancia de las zonas fronterizas de nuestro país, del robo desaforado de los comerciantes al pueblo.
A los enemigos de la patria les interesaría sobremanera que nuestras Fuerzas Armadas dejaran al garete la protección de centros tan sensibles, como la electricidad, petróleo, vivienda, transporte, obras públicas, agua y alimentación, además de la de Relaciones Interiores, Justicia y Paz.
También le preocupa a la derecha la estricta complementaridad y mutuo apoyo que actualmente existen entre nuestras Fuerzas Armadas y el poder ejecutivo estadal y municipal.
Están desesperados el partido de Estados Unidos por desligar a nuestras gloriosas Fuerzas Armadas de su presencia en áreas vitales como la Corporación Venezolana de Guayana, y convertirla en un ente totalmente incapacitado para investigar, crear y autoabastecerse en parte básicas de sus movilidad y de sus elementos primarios defensivos, y quieren descoyuntarla, desmantelando la Compañía Anónima Militar de las Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas.
Esos trabajos de los mercenarias y mercenarias como los adereza la Marielba Núñez, nada dicen de los inmensos logros de nuestras Fuerzas Armadas en su lucha contra el narcotráfico, de manera tal que nuestro territorio se encuentra libre de drogas; la lucha exitosa contra los paramilitares en la frontera, contra las mafias que pretendían hacerse con todo el oro (y otros muchos metales estratégicos) de esa fabulosa región de Venezuela. El gran papel que ha jugado en la estabilidad política de nuestro país. En la sostenibilidad de nuestra identidad histórica. Logros extraordinarios que le dan un carácter único, esencial y prodigioso a los valores de nuestra nacionalidad.



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