domingo, 10 de marzo de 2013

GRAVE ACTO DE PROVOCACIÓN

Gran Bretaña nombra un gobernador en Malvinas con experiencia colonialista

El Reino Unido se niega a negociar con Argentina la soberanía de las islas Malvinas/ Foto: Archivo
El futuro gobernador de las Islas Malvinas, Colin Roberts, nombrado directamente por Gran Bretaña, fue uno de los encargados de desplazar en la década de los años 60 a dos mil habitantes del archipiélago Diego García, ubicado en el Océano Índico, acción por la que, incluso, fue condenado por la justicia internacional y la misma justicia británica.
Roberts fue director de los llamados “Territorios de Ultramar” de Gran Bretaña, instituto que expulsó a los habitantes de Diego García en 19960, ya que ésta había sido alquilada a Estados Unidos para la instalación de una base militar que le permitiera el acceso a Asia y África.
De acuerdo con cables de Wikileaks, Roberts afirmó en 2009 que “no nos arrepentimos de la remoción de la población, ya que fue necesario para que (Diego García) cumpliera su objetivo estratégico”.
Fue así como el nuevo “virrey” de las Islas Malvinas negó el derecho de autodeterminación a los dos mil habitantes de Diego García que reclamaban ser declarados un país independiente, como contempla la Organización de Naciones Unidas (ONU) y es reconocido mundialmente.
La misma justicia británica había convalidado la resolución de la ONU con dos fallos judiciales. Sin embargo, ambos fueron desestimados por la Cámara de los Lores, que en aquella década tenía poderes judiciales por encima de cualquier otra sentencia.
La acción de Roberts, junto a la declaración de las islas como una “reserva marina protegida”, en 2010, prohíben a las dos mil personas expulsadas el regreso a su territorio de origen, que hoy día sigue ocupado por una base militar estadounidense.
Según otro cable desclasificado de Wikileaks, Roberts afirmó que “el establecimiento de una reserva marina podría ser la forma más eficaz, a largo plazo, para evitar que los antiguos habitantes logren un reasentamiento”.
El nuevo gobernador de Malvinas, por otro lado, calificó a los habitantes de Diego García como “sirvientes fieles”, terminología que también fue utilizada por el canciller británico de 1966, Denis Greenhill, según revela el documental sobre este tema, “El Robo de una Nación” del periodista asutraliano John Pilger.
Actualmente, Roberts es citado en un proceso judicial que lleva adelante el Tribunal Superior de Londres, que determinará si fue legal la decisión del Reino Unido de declarar a las islas Diego García como “reserva marina protegida”.
De esta manera, el Reino Unido designa un gobernador con experiencia en consolidar el dominio colonial de su país en otros lugares del mundo, como ocurre en este momento en Malvinas.
A diferencia del caso de Diego García, los británicos instalaron una población artificial de colonos en Malvinas, quienes este domingo pretenden legitimar en un referéndum que busca abordar el “supuesto” deseo de los habitantes de pertenecer a Gran Bretaña.
La ONU ha reiterado en diversas ocasiones que en Malvinas no califica la autodeterminación de los pueblos, por ser un caso especial, debido al traslado de población de origen británico hasta esta zona en el Atlántico Sur.
Negociaciones estancadas
Londres ha rechazado constantemente sentarse a negociar con Argentina, como se lo exigido la ONU y la comunidad internacional, para resolver esta disputa de manera pacífica.
Según el director ejecutivo del Centro Argentino de Estudios Internacionales (CAEI), Juan Recce, Gran Bretaña está interesado en el archipiélago por sus recursos naturales (petróleo y pesca) y para reclamar en el futuro una porción de la Antártida, lugar que posee importantes reservas de agua potable, petróleo, minerales de subsuelo.
Londres también pretende que la industria farmacéutica explote la biodiversidad del archipiélago suramericano y desarrolle nuevos productos.
Recce sostiene que el mayor logro de Argentina fue que los países de la región comprendieran que los recursos naturales en juego son tan estratégicos como el salar de Uyuni en Bolivia (clave para el desarrollo de la industria de automóviles electrónicos) y las cuencas del río Orinoco en Venezuela, por sus reservas de petróleo.
El director del CAEI también destaca que es “preocupante” que Reino Unido continúe con la militarización de las Malvinas, ya que agrava aún más la tensión entre los dos países, dado que en el archipiélago existe una base de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

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