martes, 25 de febrero de 2020

¿Un socialista en la Casa Blanca?

Luego de su victoria en Nevada, Bernie Sanders ve crecer sus 

posibilidades de ganar la candidatura presidencial del Partido 

Demócrata, lo que ha detonado alarmas entre las cúpulas política

 y empresarial de Estados Unidos debido a que el político se define

 como socialista.

Después de su aplastante triunfo en Nevada, el senador Bernie Sanders
–si las tendencias actuales persisten– está en camino de capturar la corona
del Partido Demócrata como su próximo candidato presidencial y abrir la
 hasta hace muy poco impensable posibilidad de que un autodefinido socialista
democrático llegue a la Casa Blanca.
Eso está detonando alarmas entre las cúpulas políticas y económicas del país,
y tal vez más notablemente entre centristas y moderados que advierten que
si Sanders es el candidato, Trump ganará la relección, ya que la etiqueta de
 socialismo es inaceptable para amplios sectores del electorado.
Y para comprobarlo, tanto políticos republicanos como demócratas están
resucitando esa antigua táctica de acusar de rojo a Sanders y los suyos,
 insistiendo que eso es un concepto ajeno a Estados Unidos y que
automáticamente descalifica a quien se atreva ponerse esa etiqueta.
Pero Sanders no es rojo, ni el socialismo es ajeno a este país.
Sanders es lo que antes se llamaba un socialdemócrata, y él mismo
ha definido su tipo de socialismo como algo que tiene sus raíces en
 las políticas del New Deal de Franklin Roosevelt. Las propuestas
políticas de Sanders hubieran sido consideradas centristas hace 70 años,
lo cual demuestra qué tanto a la derecha ha girado este país, sobre todo
desde que se impuso la agenda neoliberal con Reagan.
Pero sus propuestas políticas no son lo que más alarma a las cúpulas,
 sino que Sanders está impulsando, y es impulsado, por un creciente
 movimiento plural encabezado por una coalición de nuevas y viejas
 fuerzas –sindicalistas, altermundistas, la nueva ola de activistas ambientalistas,
 defensores de derechos civiles y más– que están rechazando el consenso
 neoliberal de las últimas cuatro décadas, y que no les asusta declararse a favor
de una opción socialista. Según encuestas recientes, 70 por ciento de los millennials
 dicen que votarían por un socialista, y la mayoría de los demócratas afirman que
 favorecen el socialismo sobre el capitalismo.
Cómo definen al socialismo es otro asunto. En un país en el cual el concepto fue
 traducido como el enemigo durante más de un siglo (las primeras redadas masivas
 de migrantes en Estados Unidos fueron realizadas durante la Primera Guerra Mundial
justo para expulsar a radicales extranjeros como Emma Goldman; en los 50 esta
represión reapareció con el macartismo y la guerra fría), las definiciones son poco
 precisas. Pero se puede afirmar que es un rechazo al neoliberalismo y a favor de
imponer los derechos sociales sobre los derechos del mercado; un concepto basado
 en la solidaridad social y la justicia económica. Sanders dice que el eje es que los
 derechos económicos son derechos humanos.
El socialismo estadunidense en su sentido más amplio, sin diferir entre las corrientes
más radicales (anarquistas, comunistas) y las reformistas (Partido Socialista, Democratic
 Socialists of America), incluyen un abanico muy amplio de corrientes, movimientos y
grandes figuras con una larga y profunda historia dentro de este país. En cualquier lista
 de quienes de alguna manera se identificaban como socialistas aquí destacan
Martin Luther King Jr, Albert Einstein, Helen Keller, la gran sindicalista minera
Mother Jones, el filósofo y periodista afroestadunidense Hubert Harrison, la fundadora
del movimiento radical de Trabajador Católico Dorothy Day, el autor Jack London,
Pete Seeger, Joe Hill, Paul Robeson, entre tantos más.
Tal vez la figura histórica más influyente en la evolución política de Sanders es
Eugene Debs –un padre del socialismo estadunidense, cinco veces candidato
presidencial y repetidamente encarcelado durante su vida como sindicalista
 ferrocarrilero y líder político a finales del siglo XIX y principios del XX–,
quien declaró hace un siglo: donde exista una clase baja, estoy en ella, y mientras
exista un elemento criminal, soy parte de él, y mientras esté un alma en prision,
no estoy libre.
Tal vez sea efímera e ilusoria pero por ahora existe en torno a Sanders una
 incipiente rebelión tierna y feroz que se atreve a imaginar un país de pan
y rosas para todos (frase de una líder socialista/anarquista estadunidense de 1911).

https://www.jornada.com.mx/2020/02/24/opinion/023o1mun

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