jueves, 8 de octubre de 2015

Néstor Francia/Análisis de Entorno: Delito y corrupción en la frontera a la sombra del puntofijismo 

– Buena pregunta de Diosdado a la MUD

– Una entente de enemigos de la Patria

– Contundente respuesta al embajador gringo en Guyana

– Granger recibe su “ayudaíta”

– Espaldarazo a la Exxon Mobil

– Continuación de políticas para dividirnos

– El águila en el Caribe

– MUD: errores obligados

– El comunicado de la MUD sobre frontera colombo-venezolana

– Añorando la Cuarta República

– Políticas irresponsables y permisivas

– Delito y corrupción en la frontera a la sombra del puntofijismo

– Verdades de una voz insospechable

– Excelentes resultados del cierre de frontera

– La MUD quiere “libre tránsito” en la frontera

– Donamaris Ramírez, un buen outsider para la derecha venezolana

– La Historia los condenará

Diosdado Cabello, que es un avión, le ha hecho a la MUD una pregunta interesante: ¿Qué piensan ellos del apoyo manifestado por el embajador de Estados Unidos en Guyana, Perry Holloway, a las pretensiones de ese país en el Esequibo? Lo más seguro es que la pregunta se quede sin respuesta, ya que la MUD es en realidad una entente de enemigos de la Patria y aliados del imperialismo, como lo han demostrado permanentemente. Es más, la derecha subsiste en Venezuela gracias al apoyo que recibe del Imperio, que la financia generosamente, le apoya en los escenarios internacionales y le acompaña activamente en las acciones conspirativas contra el Gobierno Bolivariano, tal como lo ha denunciado el presidente Maduro.
La canciller Delcy Rodríguez sí ha dado ya contundente respuesta a la intromisión de Holloway en los asuntos bilaterales de Venezuela y Guyana. La acción del embajador gringo es una rápida respuesta a la “ayudaíta” que le pidiera Granger a Estados Unidos, además de un espaldarazo a la Exxon Mobil, una súper empresa con conocidas conexiones con las instancias oficiales del Imperio. Por otro lado, se trata de una continuación de las políticas del gobierno de Estados Unidos tendentes a debilitar la unidad de América Latina y el Caribe, y dañar las excelentes relaciones que construyó Chávez con los países caribeños y que ha continuado Nicolás Maduro. Recordemos que el propio presidente Obama, en vísperas de la más reciente Cumbre de las Américas, anduvo dándose su vuelta por el Caribe, ofreciendo villas y castillas a esos países en el área energética en un intento, por cierto que hasta ahora fallido, de generar divisiones enla alianza Petrocaribe.
La MUD se empeña en cometer errores con respecto a nuestra diplomacia de paz, que combina magistralmente firmeza con flexibilidad, lo cual hace de manera obligada, por su estrecha vinculación con la embajada yanqui en Caracas y por su dependencia política y económica, como hemos dicho, de Estados Unidos y sus intereses. Un buen ejemplo de ello es el reciente comunicado de la MUD, emitido ayer, sobre la situación fronteriza colombo-venezolana.
En el comunicado de marras, la MUD muestra de nuevo su nostalgia por el régimen de la Cuarta República, cuando asienta que “Vale la pena recordar que los mecanismos de solución de conflictos entre ambas naciones, el desarrollo fronterizo… ya se encuentran establecidos desde la década de los noventa y deberían ser el eje, en la práctica, de la política de Estado tanto de Venezuela como de Colombia”. A despecho de esa añoranza derechista por el pasado de oprobio, lo que realmente vale la pena recordar es como esas políticas irresponsables y permisivas estuvieron entre las principales raíces del crecimiento de todo tipo de delitos en la frontera, entre ellos la corrupción de la que participaban las entonces llamadas Fuerzas Armadas, en plural, que inclusive sirvió para que una parte del generalato acumulara riquezas.
Ahora bien ¿cuál es la verdad sobre los resultados del cierre de la frontera ordenado por el presidente Maduro? Oigamos una voz insospechable desde el punto de vista de nuestra política interna, que no es la voz de un chavista ni de un representante de ninguno de nuestros gobiernos aliados. La voz del ministro de la defensa de Colombia, Luis Carlos Villegas, que se escuchó ayer en el Congreso colombiano: “Yo creo que lo que tenemos que hacer es aprovechar ese cierre de frontera para hacer más contra el crimen, para hacer más contra la delincuencia”. Dijo, óigase bien, que al analizar el período que va del 20 de agosto al 30 de septiembre (durante el cierre de la frontera), comparado con el mismo lapso del año pasado, los homicidios han bajado en un 10%, las lesiones personales en un 40%, los hurtos a comercios en un 30% y de vehículos en un 70%. Además, qué importante, “las acciones subversivas se han reducido en casi un 70%, cero actos de terrorismo, cero secuestros extorsivos”.
A pesar de estos excelentes resultados reportados por el ministro colombiano, la MUD exige en su comunicado “restablecer sin demora el libre tránsito de personas y bienes en la frontera común” ¡Libre tránsito del contrabando, del paramilitarismo, del terrorismo, de los secuestros, de las vacunas, de la prostitución!
Si nosotros militáramos en la MUD, quizá propusiéramos a un outsider como próximo candidato de esa alianza antipatriótica: Donamaris Ramírez, el alcalde de Cúcuta, quien acaba de ratificar ante la Corte Penal Internacional de la Haya su denuncia contra nuestro presidente Maduro por “delitos de lesa humanidad”: “La incursión del gobierno venezolano contra los colombianos es una masacre disfrazada porque ha significado un incremento notable en el número de desapariciones y homicidios”. Esta posición, a contravía del propio ministro de la defensa de Colombia, es la misma de la MUD. Bien, al fin y al cabo todos ellos representan, a fin de cuentas, los mismos intereses. La Historia los condenará.

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