jueves, 16 de enero de 2014

CEMENTO Y POBLADA EN EL TOCUYO
CRÓNICA DEL CEMENTO INCAUTADO

Rafael Pompilio Santeliz

Era las 9 de la noche del miércoles 13 de enero en el sector Legión de María. Pedro como todas las noches acostumbra a acostarse a las 11 pm, generalmente acostumbra a realizar una lectura rápida a las noticias o a esperar y ver un juego de beisbol.
El silencio de la noche que es costumbre ya en nuestro pueblo se vio interrumpido por el sonido del motor de un camión. Ese sonido se escucha pocas veces por este sector por lo cual llamó la atención de Pedro; decidió salir de su casa y asomarse a la calle a ver qué pasaba. El sonido del motor venía del local del Señor Leo Ramírez, frente a la Dirección Municipal de Educación. El camión tenía una carga grande, inmediatamente Pedro supo que se trataba de un cargamento de cemento.
No lo podía creer, se acercó sin ser visto y exactamente como pensó, así fue. Era el preciado polvo. Inmediatamente se dijo ¿qué haré?. Después de meditar en las acciones a tomar y envuelto en una gran emoción decidió decirle a sus familiares y amigos. La idea era esperar a que amaneciera y llegarle al portón donde habían alojado el cemento. Eso hizo.
En la mañana, él y unos amigos empezaron a correr la voz “van a vender cemento en este local”, fue fácil, sólo bastó informarle a unos 5 moto taxistas y ellos corrieron como linces a la caza de la gacela herida. A los pocos momentos la multitud fue tal que ya era imposible ocultar que el cemento estaba en ese lugar.
LLEGA LA “AUTORIDAD”
Una de las premisas de la gente era “no los tienen que vender” y en eso no hay quien le gane a los tocuyanos que se han ganado la fama resteados con sus objetivos. Inmediatamente llegó una dama la cual ha sido señalada de manejar el comercio del cemento en nuestra ciudad. Dijo que ese cemento era para unas casas de la misión vivienda Venezuela, que venía del estado Falcón y que no podía ser vendido.
La gente no le creyó y se mostró inmutable ante la decisión de comprar el Cemento en ese lugar, era todo o nada. Es así como llega al lugar de los sucesos el comandante del Cruz Carrillo el cual fue llamado por la dama y les aseguró a la gente que los papeles del cemento estaban en regla y que no había razones para venderle a la gente y que él mismo llevaría el cemento al comando Cruz Carrillo para evitar más problemas. Igual llegaron unos Guardias Nacionales los cuales señalaron lo mismo sobre el cemento en cuestión.
EL PODER POPULAR
La gente no se amilanó y dijeron que ese cemento no salía de allá y a saber de la posible trampa en la que podían caer señalaron que dejarían ir el cemento si les mostraban la Guía del Cargamento. En ese instante los militares y la dama les mostraron una copia de una Guía la cual no tenía como destino el lugar donde estaba el cemento (el documento señalaba que era para la avenida circunvalación).
De igual forma señalaron que ese cemento era para un Consejo Comunal de Humocaro, para la Construcción de unas casas. En ese instante un ciudadano de Humocaro que se hallaba en ese lugar y que conoce a la persona encargada del Consejo Comunal llamó e inmediatamente llegó la señora que regenta el consejo Comunal, señalando que ella no había pedido cemento, que ella había pedido era piedra picada y que ella no se hacía responsable de ese cemento y que como cristiana evangélica tenía su testimonio intachable para que la señalaran de corrupta por la venta ilegal de cemento.
En ese instante la Dama del Cemento señaló que exactamente el vital polvo salió a nombre de su Cooperativa pero que ella lo había transferido a esas personas porque no podían tener acceso al cemento pero ella sí.
Conclusión
El comandante del Cruz Carrillo tuvo que vender el cemento a 40 bolívares, la gente ganó, pero la mafia sigue.

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