Vamos aclarando las
vainas...
yo voto, pero no elijo
Por: Yuri Valecillo
Algun@s amig@s preocupados por mi
salud política me intentan persuadir de que baje el tono de crítico en alguna
que otra nota “donde me excedo” en mis comentarios. Cosas de los procesos y de
los cambios en Venezuela diría yo y es que de verdad creo que donde podemos
expresarnos con absoluta libertad no hacerlo es una ofensa a esa misma
libertad.
La censura la colocaran los
lectores o los espectadores o uno que otro corta paginas o jefes de espacios,
pero en espacios políticos la discusión es así y de no ser amplia, democrática
e inclusive a veces dura y muy dura no lo seria.
Esto de tener amigos y amigas que
al igual que yo compartimos un deseo de cambios en la nación y mas allá,
cambios que afecten de manera maravillosa la vida de los hombres y mujeres que
convivimos en este minuto en que la tierra gira sin percibirlo. El mundo
latinoamericano hoy discute, propone, desarrolla y crea leyes, normas y
discursos que irrumpen inclusive contra lo que fue el pensamiento y la práctica
de izquierda en el siglo XX apenas terminado en México en la ciudad la
izquierda gano en la calle y en la opinión publica el derecho de las parejas
del mismo sexo a contraer matrimonio y el derecho a la maternidad o la
suspensión del embarazo.
Argentina impulso la legalidad de
los matrimonios del mismo sexo antes que Francia el país que durante mucho
tiempo nos parecía la vanguardia de las propuestas innovadoras desde el punto
de vista social y político.
Uruguay le da vuelta al discurso
represivo del status acerca del uso de la Cannabis sativa y la discusión como
experimento continua, las victorias sociales son grandes, inmensas e impensables
hace tan solo unos años. Nuestro continente se transforma y transforma al mundo
en un espacio de tolerancia y de discursos generadores de otros discursos y
florece la palabra como florecen las amapolas”parafraseando aquella canción”.
Bien entonces me comienzo a
preocupar y es que esto de que voto por el que otros eligen me cuesta creerlo y
que la posibilidad de que lo participativo y protagónico de nuestro proceso se
quede en el papel impreso me cuesta digerirlo. No puedo decir nada de los
nuevos candidatos del PSUV como alcaldes, hablo de los nuevos candidatos y no
de los que deseaban ser alcaldes después de haberlo sido, juzgar la obra de un
alcalde es sencillo ya que la constitución establece sus funciones de manera
simple y clara.
Y claro sabemos el poder de un
alcalde en una ciudad o pueblo de Venezuela, la lógica nos indica que hará todo
lo posible para ser reelecto “y sacrificarse por su comunidad” Lo que no
entiendo es el método, la forma de ser elegidos, señalados, ungidos la
aplicación de la “dedocracia” como argumento supremo para transformar a alguien
en Alcalde o Alcaldesa.
Uno de los detalles para no
elegir a más de un alcalde nuevamente o llevarlo a segundas nupcias s es el
caso de las primeras damas o primeros caballeros, cosa que es repetida y
raramente superada al fin y al cabo esa instancia o nombramiento o cargo de
“primera o primer” no la veo en ningún papel o escrito legal y quizás por el
uso y costumbre o imitación del pasado se practica de manera permanente.
La decisión del cenáculo del
partido nos quita derechos y autoridad y hace de la elección un acto de quinto
grado donde el cogollo determina y las bases solo votan, su opinión no se
expresa y su opinión no se conoce pues no es expresada por medio de un derecho
básico, la posibilidad de elegir entre los nuestros a nuestros candidatos.
Ejemplos de fallas de ambos
métodos para elegir y decidir a quién colocar como ariete electoral sobran Isea
si el de Aragua es una prueba de que a dedo también nos podemos o se puede
equivocar una cúpula y es que si vamos a las escrituras o a la “historia sagrada”
hasta Jesús se tropezó con Judas y sus prácticas a la hora de elegir entre
doce, pero la democracia debe permitir que corramos con nuestros errores y
fallas.
Al fin y al cabo si los que vamos
a sufrir o a gozar de la gestión de un alcalde o alcaldesa son los ciudadan@s
que vivimos en el area o espacio geográfico que le tocara administrar. Claro
esto hasta que se impongan por voluntad, razón y praxis las comunas. Lo de las
comunas son la discusión y la razón de ser de muchas cosas esperemos que Iturriza
las deje ser o por lo menos no les haga contrapeso y en Carabobo que Carlos
Alberto Niño les permita existir, claro las comunas son un muchacho ya formado
y solo le falta pegar un grito que sea escuchado en todas partes…
P.D.
Del lat. eligĕre).
1. tr. Escoger, preferir a
alguien o algo para un fin.
2. tr. Nombrar por elección para
un cargo o dignidad.
MORF. conjug. c. pedir; part.
irreg. electo y reg. elegido.
Real Academia Española
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