sábado, 6 de septiembre de 2014

MARX Y LA INFLACIÓN: EN DEFENSA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA MARXISTA (I)

Por: Fernando Arribas García.
Especial para TP
Volvemos sobre el tema de nuestro último artículo del año pasado (TP N° 230), que provocó numerosas reacciones, favorables la mayoría, de crítica algunas, y de censura con la boca espumante unas pocas.
Desde marzo no hemos escrito sobre este tema porque, aunque se ha hecho cada vez más evidente que no hay ni hubo nunca la supuesta «guerra económica», creímos correcto no echarle leña a las fogatas guarimberas que por meses pretendieron chamuscar al legítimo gobierno nacional. Comportarnos de otra manera hubiera sido un error político «giordaniesco», y una violación de la línea política del PCV y de las normas de disciplina a las que conscientemente nos sometemos quienes pertenecemos a él.
Pero, superados esos días de combate callejero y cierre de filas en defensa del gobierno, es tiempo de reabrir el debate sobre temas económicos. Desde posiciones supuestamente puristas que parecen deberse más a la ignorancia del marxismo que a su legítima defensa, se nos ha acusado de exponer concepciones económicas «neoclásicas», «neoliberales», «keynesianas» y/o «monetaristas».
No somos partidarios de ese estilo de discurso que requiere que toda afirmación sea validada con citas de algún autor consagrado. Pero en este caso no tenemos más remedio que echar mano directamente a los textos de Marx –del mismísimo barbudo de Tréveris, y no de alguno de sus sucedáneos muy del gusto del gobierno y sus aparatos editoriales–, más que para defendernos, para defenderlo a él y la doctrina que nos legó.
Todo lo que sigue está, pues, directamente sustentado en los escritos titulados «Trabajo asalariado y capital» (1849-91) y «Salario, precio y ganancia» (1865) de Marx; todas las citas son traducidas por nosotros de la edición en inglés de las Obras Escogidasde Marx y Engels en tres tomos (Moscú: Editorial Progreso, 1969). Invitamos a los lectores a que busquen y estudien los textos indicados y relean nuestro artículo de diciembre a la luz de ellos. Advertencia: esta exposición no compromete en modo alguno al PCV como colectivo, ni expresa por ahora posiciones oficiales del Partido.
¿Qué determina el precio de una mercancía?
Con esta pregunta Marx abre el fragmento de «Trabajo asalariado y capital» que explica el mecanismo fundamental de la formación y fluctuación de los precios –no de los valores, mucho cuidado–. Y responde: «Es la competencia entre compradores y vendedores, la relación entre la oferta y la demanda, entre la solicitud y su satisfacción. La competencia que determina el precio tiene tres facetas […] una competencia entre vendedores que empuja hacia abajo el precio de las mercancías ofrecidas […] una competencia entre compradores que a su vez causa el aumento de los precios de las mercancías en venta […] una competencia entre compradores y vendedores: los unos quieren comprar tan barato como sea posible, los otros vender tan caro como puedan […]»
«[…] si la oferta de una mercancía es inferior a su demanda, la competencia entre vendedores es débil o inexistente. Y en la misma medida en que decrece esta competencia, aumenta la competencia entre compradores. Resultado: un aumento más o menos considerable de precios de las mercancías. […] el caso contrario, con el resultado contrario: un gran exceso de la oferta sobre la demanda, una competencia desesperada entre los vendedores, una escasez de compradores, ventas forzosas a precios de barata».
Así que, primer punto a tener en cuenta: la dinámica fundamental de la variación de precios –lo que modernamente llamamos inflación y deflación–, está determinada, como dijimos en diciembre, por la relación entre oferta y demanda en el mercado. Afirmar tal cosa no es plegarse a teorías clásicas ni neoclásicas; es simplemente reconocer una verdad científica indiscutible, que tanto el marxismo como toda otra doctrina económica medianamente seria admite.
Segundo punto, que causó mucha molestia en algunos de nuestros lectores de diciembre: de acuerdo con Marx –y es verdad, también de acuerdo con Fedecámaras, nos guste o no–, en condiciones de escasez como las que existen en Venezuela por la débil producción nacional y las dificultades para importar lo que no se produce, el factor principal que hace subir los precios es el comportamiento de la parte compradora, y no el de la parte vendedora.
Y por lo tanto, todo intento de resolver el problema de la inflación regulando las actividades de los vendedores por métodos policiales o de fiscalización, está condenado a fracasar más temprano que tarde. Mientras persista la escasez, tiene mucho más sentido regular a la parte compradora con mecanismos de control de compras, como el sistema «biométrico» del que ha hablado recientemente el gobierno nacional.

No hay comentarios:

  EL MUNDO CAMBIARÁ, EL CORONAVIRUS LO LOGRARÁ. Desde que el mundo es mundo, los imperios con sus monarquías y con apoyo de las religiones, ...