viernes, 16 de agosto de 2013

Venezuela: El Árbol y el Bosque
Por Oscar Rotundo, para  PIA, Caracas.- El tema de la corrupción, en Venezuela,  no es nuevo y como en muchas partes del mundo ha transversalizado la vida política y el desarrollo de la sociedad. Generalmente se asocia a la corrupción con el enriquecimiento personal, ¿pero qué pasa cuando ésta forma parte de una de las estrategias para desestabilizar a un gobierno?
En un análisis muy interesante desarrollado en el trabajo titulado “La Ilusión del Metacontrol Imperial del Caos.  mutación del sistema de intervención militar de los Estados Unidos y sus consecuencias para América Latina“, el profesor Jorge Beinstein, director del CIIEP (Centro Internacional de Información Estratégica y Prospectiva) aporta una serie de datos muy importantes a la hora de analizar los distintos fenómenos que conforman  las nuevas tácticas sobre las que se apoya el imperialismo para concretar sus planes de dominación en la región y particularmente en Venezuela.
Dentro del rico y variado aporte que nos ofrece el profesor Beinstein, podemos observar una cantidad apreciable de elementos que se emparentan con la dinámica desestabilizadora que viene llevando a cabo la derecha venezolana para liquidar el proceso revolucionario.
En artículos anteriores hemos tocado el tema de los paramilitares y  la estrategia del magnicidio y el caos presente en los planes ejecutados por la oposición fascista y neutralizados por el accionar de las Fuerzas de Seguridad y el Pueblo Bolivariano. En el artículo citado, encontramos la relación intrínseca entre ese accionar de la oposición venezolana y la estrategia del imperialismo norteamericano.
Allí se recuerda que “El proceso de integración de mercenarios a las operaciones militares tiene antecedentes en los tramos finales de la guerra fría, la organización de los ‘contras’ en Nicaragua y de los ‘muyahidines’ en Afganistán pueden ser consideradas como los primeros pasos en los años 1970 y 1980 de las estrategias de intervención. Decenas de miles de mercenarios fueron en esos casos entrenados, armados y financiados con resultados exitosos para el Imperio.”
“Estas nuevas prácticas de intervención fueron acompañadas por un denso proceso de reflexión de los estrategas imperiales disparado por la derrota en Vietnam. La ‘Guerra de Baja Intensidad’ fue uno de sus resultados y las teorizaciones en torno a la ‘Guerra de Cuarta Generación (4GW)’ consolidaron la nueva doctrina en cuyo paper fundacional (1989), redactado por William Lind y tres miembros de las fuerzas armadas de los Estados Unidos y publicado en el Marine Corps Gazette[1] son borradas las fronteras entre las áreas civil y militar: toda la sociedad enemiga; en especial su identidad cultural; pasa a ser el objetivo de la guerra”.
Como podemos observar, ese ataque desmedido de la oposición  hacia las instituciones de la Revolución y hacia el sentimiento patriótico que ha crecido en los venezolanos en estos 14 años, en los cuales los símbolos patrios y la historia cobran un papel preponderante en la construcción de la identidad nacional, tiene un  cuerpo teórico que lo sustenta.
Esa actitud de menosprecio de los fascistas hacia la identificación de los sectores populares con la Patria y la Revolución forma parte de una estrategia para minar la consolidación de una cultura revolucionaria. El ser “Chavista”, el ser patriota, el ser honrado, pasan a ser objetivos de guerra.
“La nueva guerra es definida como descentralizada, poniendo el énfasis en la utilización de fuerzas militares ‘no estatales’ (es decir paramilitares), empleando tácticas de desgaste propias de las guerrillas, etc. A ello se agrega el empleo intenso del sistema mediático tanto focalizado contra la sociedad enemiga como abarcando a la llamada ‘opinión pública global’ (el enemigo es al mismo tiempo atacado psicológicamente y aislado del mundo) combinado con acciones de guerra de alto nivel tecnológico” prosigue en su artículo Jorge Beinstein.
Es bien sabido por nosotros, que el reclamo de la oposición por la supuesta falta de “Libertad de Prensa” forma parte de una estrategia en el intento de generar una matriz de opinión, tanto nacional como internacional, que nos aísle y genere sanciones contra la Revolución. Como vemos en la transcripción del párrafo anterior, en el cual se trata la utilización de la Guerra de 4ta Generación, el reclamo por la “Libertad de Prensa” no es un acto inocente y fuera de contexto, sino que forma parte de una amalgama de argumentos orientados a un propósito subversivo y contrarrevolucionario.
Los medios de información transmiten los hechos y de acuerdo al tratamiento que se le da a esa información, la misma puede formar parte de una acción psicológica tendiente a generar temor e inseguridad en la población.
En este momento, al tan manoseado tema de la “inseguridad” por robos y homicidios, se suma el accionar de la llamadas “pirañas”, grupo de vándalos que en el fronterizo estado Zulia, atacan a mujeres desprevenidas y les cortan el cabello.
Para Élida Aponte, coordinadora de estudios de género del Instituto de Filosofía del Derecho de la Universidad del Zulia y coordinadora de la Red Venezolana sobre Violencia contra la Mujer (Revimu), estos casos deben vincularse a los delitos contra los derechos humanos e integridad de las mujeres, pero ante la gravedad de estos sucesos y el impacto mediático que provocan en el conjunto de la sociedad, no se debe dejar de enmarcarlos dentro de un cuadro de provocación, tendiente a generar zozobra en uno de los sectores más vulnerables de la comunidad; las mujeres y especialmente las niñas y adolescentes.
A esto debemos sumar la campaña internacional de desprestigio contra la Revolución Bolivariana  en el marco de un proceso de reagrupamiento y reorganización de la derecha internacional que tiene como protagonistas a medios de información como ABC y El País de España, y a las cúpulas internacionales de la socialdemocracia y el socialcristianismo que sirven como caja de resonancia para los planteamientos desestabilizadores de la derecha vernácula.
En tal sentido es ilustrativa la participación e intervención del dirigente fascista venezolano Henrique Fernando Salas Römer en la reunión de la Unión Demócrata Mundial realizada días atrás en Perú y en la cual no faltaron elogios hacia los planes del imperialismo para la región como la Alianza del Pacífico y hacia la vinculación de Colombia con la Organización del Atlántico Norte, Otan, para cerrar con broche de oro señalando “el hecho de que el presidente Obama hubiese nombrado a su vicepresidente, Joe Biden, como emisario personal suyo para Latinoamérica, hace sentir que hay un visible interés estratégico en sus vecinos en el continente.”
Volviendo al tema de los paramilitares en el escenario que se destaca en la obra citada, encontramos un párrafo en el cual luego de hacer mención a los datos sobre contratación de mercenarios en todo el mundo, aportados por el llamado “Mando Central” militar de los Estados Unidos (USCENTCOM), plantea “Deben ser también incluidos los mercenarios operando en otras regiones de Asia y América Latina. Pero la cuenta no termina allí, ya que  a ese universo es necesario agregar a las redes mafiosas y / o paramilitares agrupando en todos los continentes a un ‘personal disponible’ que se autofinancia gracias a las actividades ilegales (drogas, prostitución, etcétera) protegidas por diversas agencias de seguridad norteamericanas como la DEA”.
Aquí hay que detenerse y hacer una reflexión. Toda esa trama mafiosa de corrupción que rodea al “partido” Primero Justicia, cuyos dirigentes principales no se caracterizan por provenir de sectores de escasos recursos económicos, ¿no estará orientada a financiar a grupos terrorista clandestinos para operar en Venezuela?
Veamos. Luego de que la Asamblea Nacional despojara de la inmunidad parlamentaria al diputado de Primero Justicia Richard Mardo por su implicación en una serie de investigaciones que la justicia venezolana viene realizando en aras de combatir la corrupción, se suscitaron nuevos hechos de suma gravedad, que al decir de la diputada del PSUV Tania Días “la oposición quiere banalizar este tema y encubrir lo que es una verdad enorme, que es la constitución desde el despacho del gobernador del estado Miranda de una red de prostitución y de tráfico de quien sabe cuántas cosas”, refiriéndose a elementos importantes encontrados en el despacho de Henrique Capriles Radonski.
A esto se agregan las declaraciones del presidente Nicolás Maduro quien aseguró que el gobernador de Miranda “o no sabía, y es muy grave que no sepa a quien tiene al lado, porque ya es grave decir que no sabía. Que no sepa que tenía al lado a una persona que cobraba 8 mil bolívares de sueldo y gastaba en un solo mes Bs. 2 millones en fiesta. (…) ¿Ustedes saben qué es gastar Bs. 2 millones en fiesta y pagar en efectivo y pagar con cheques personales? ¿De dónde los sacaba?”
En el caso del ex diputado Mardo, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, presentó registros de transferencias que ascienden a 600 millones de bolívares y no fueron declarados por el ex diputado de la bancada opositora.
La relación de los sectores fascistas venezolanos de la oposición con el imperialismo y la trama conspirativa en la que están interrelacionados no puede asociarse con una proyección democrática de sus políticas, es tan así que tanto los curules que han alcanzado, como los otros cargos de elección que han obtenido, los han usado para combatir a la Revolución y participar de las aventuras golpistas que se han planteado en el país.
A modo ilustrativo podríamos recordar la utilización de la policía metropolitana durante el golpe de estado de abril del 2002, dirigida por el ex alcalde metropolitano, Alfredo Peña, hoy prófugo de la justicia, y la protección que la policía de Baruta le brindara a los paramilitares en la hacienda “Daktari”, entre otros tantos elementos de una realidad incuestionable.
Se nutren económicamente del Estado para desestabilizar. De allí lo contradictorio de su estrategia manifiesta. Por un lado deslegitiman a la justicia y al ente rector electoral en el ámbito internacional y se inscriben para participar en las elecciones municipales aspirando a las alcaldías y concejalías en juego, pero marcando un supuesto carácter plebiscitario de las mismas. Declaman los artículos de la Constitución Bolivariana y andan proclamando el llamado a una constituyente “para salir democráticamente del Régimen.”
El diputado Julio Chávez, presidente de la Comisión Permanente del Poder Popular y Medios de Comunicación de la Asamblea Nacional, nos aporta más datos clarificadores sobre el entramado delictivo que rodea a los sectores fascistas opositores, manifestando que “banqueros prófugos y el partido Primero Justicia presuntamente estarían conectados a una poderosa organización que intenta desestabilizar al gobierno”.
Como vemos, este entramado delictivo tiene distintos aspectos que deben ser abordados con toda la fuerza desde el gobierno y desde la organización popular. La lucha contra la delincuencia, fundamentalmente contra el narcotráfico, la corrupción y la criminalidad, es indudablemente una lucha por la preservación de la Revolución. Basta con ver la reacción que produjo en algunos sectores de la oposición la creación y puesta en marcha del Plan Patria Segura y  la incorporación de las Fuerzas Armadas al mismo, para entender a que juegan los “paladines de la denuncia”.
Beinstein explica que “El horizonte objetivo (más allá de los discursos y convicciones oficiales) de la ‘nueva estrategia’ no es el establecimiento de sólidos regímenes vasallos, ni la instalación de ocupaciones militares duraderas controlando territorios de manera directa sino más bien desestabilizar, quebrar las estructuras sociales, identidades culturales, degradar o eliminar dirigentes, las experiencias de Irak y Afganistán (y México) y más recientemente las de Libia y Siria confirman esta hipótesis.”
“Se trata de la estrategia del caos periférico, de la transformación de naciones y regiones  más amplias en áreas desintegradas, balcanizadas, con estados-fantasmas, clases sociales (altas, medias y bajas) profundamente degradadas sin capacidad de defensa, de resistencia ante los poderes políticos y económicos de Occidente que podrían así depredar  impunemente sus recursos naturales, mercados  y recursos humanos(residuales)”.
El caos alimenta su prédica contrarrevolucionaria. Para ellos “cuanto peor, mejor”, para ellos el fin justifica los medios. Es por ello que el árbol no nos puede tapar el bosque y debemos entender que estamos en un momento crítico y que la cohesión  de las fuerzas revolucionarias en la acción y el pensamiento es urgente y necesaria.
No podemos dejar de ver  la garra depredadora del imperialismo detrás de cada acción de la oposición, y antes de bajar la guardia especulando sobre la fuerza aparente que puedan tener “nuestros cipayos”, hay que comprender que estos tan sólo son un instrumento servil en la espiral neocolonialista que está en marcha por todo el mundo.

Oscar Rotundo puede ser contactado en oscar.rotundo.caracas@gmail.com
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