Un gobierno de unidad nacional.
El 1º de junio asumirá el primer presidente de izquierda en la historia de El Salvador. Mauricio Funes es periodista de profesión y triunfó en las elecciones representando al partido de la ex guerrilla salvadoreña, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
(Oscar Pérez – ALAI/amlatina) El Salvador - El FMLN, quien sacó en estas elecciones del poder al partido de derecha después de 20 años consecutivos, abre un nuevo capítulo, ya que durante la mayor parte del siglo pasado el país se caracterizó por regímenes militares de derecha.Con casi la totalidad de las actas escrutadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), Mauricio Funes fue declarado como el nuevo presidente electo por una abrumadora cantidad de salvadoreños y salvadoreñas que acudieron a las urnas el pasado 15 de marzo.Según estimaciones no oficiales, el número de votantes estaría alcanzando un 70% de más de 4 millones de habitantes registrados en el padrón electoral, porcentaje mayor que el registrado cuando se eligió al último presidente de la derecha salvadoreña.El gobierno de los EEUU, por medio del portavoz del Departamento de Estado, Robert Wood, declaró que esperaban “trabajar con el nuevo gobierno de El Salvador en nuestra agenda bilateral. El pueblo de El Salvador tomó una decisión, y la voluntad del pueblo necesita respetarse.”En su primera aparición, en la que se declaró vencedor, Funes prometió respetar la Constitución y el régimen de libertades, convirtiendo al país en la economía más dinámica de Centroamérica y fortaleciendo las relaciones con EEUU.Funes inició su primer discurso: “Lo he dicho y lo repito, mi gobierno estará animado por el espíritu de la unidad nacional. La construcción de la unidad nacional exige dejar de lado ya, en este mismo instante, la confrontación y el revanchismo”, dijo. Luego proclamó: “Gracias al mandato que me ha otorgado el pueblo salvadoreño me convierto, sin lugar a dudas, con los datos escrutados hasta el momento y dados a conocer por el Tribunal Supremo Electoral, en el presidente electo de todos los salvadoreños”.Un eje clave de sus promesas está radicado en intentar levantar una economía en crisis. “Construiré una economía dinámica eficiente y competitiva y promoveré la creación de una amplia base empresarial. Nuestro propósito es convertir a El Salvador en la economía más dinámica de Centroamérica. A ese esfuerzo, invito a todos los empresarios medianos, grandes y pequeños, a que contribuyan a la construcción de un nuevo país”.Antes de que los empresarios entren en pánico por este cambio de gobierno, pues no tienen experiencia de trabajar con un gobierno de izquierda, subrayó: “El régimen económico establecido por la Constitución de la República es la propiedad privada, ésta y la seguridad jurídica tendrán el mayor respeto y serán objeto de atención especial. La estabilidad macroeconómica y el ejercicio fiscal responsable serán objetivos que se realizarán con transparencia y fieles a las instituciones democráticas” y agregó que “fortaleceré las relaciones internacionales e implementaré una política exterior independiente, basada en la protección y fomento de los intereses nacionales. La integración centroamericana y el fortalecimiento de las relaciones con EEUU serán aspectos prioritarios en nuestra agenda de política exterior”.Además reiteró su deseo de apegarse a la Constitución: “Mi gobierno tendrá un compromiso incondicional con la Constitución, la democracia y la vigencia plena del estado de derecho, trabajaré incansablemente por el régimen de libertades y el respeto escrupuloso a la crítica y a la libertad de expresión y a todos los cultos religiosos”.Funes también destacó el mensaje "profético" de Monseñor Oscar Arnulfo Romero: la "opción preferencial por los pobres" del arzobispo mártir será "la ruta" de su gobierno. Dijo: "Trabajaré por el bienestar general, buscando favorecer en el ejercicio público principalmente a los sectores populares empobrecidos y excluidos". Quizás por ello, el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, elogio al presidente electo, al declarar "Tener un presidente que invoca a Monseñor Romero para que le guíe el camino, y que promete vivir lo que le enseñó, es un cambio radical".
(Oscar Pérez – ALAI/amlatina) El Salvador - El FMLN, quien sacó en estas elecciones del poder al partido de derecha después de 20 años consecutivos, abre un nuevo capítulo, ya que durante la mayor parte del siglo pasado el país se caracterizó por regímenes militares de derecha.Con casi la totalidad de las actas escrutadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), Mauricio Funes fue declarado como el nuevo presidente electo por una abrumadora cantidad de salvadoreños y salvadoreñas que acudieron a las urnas el pasado 15 de marzo.Según estimaciones no oficiales, el número de votantes estaría alcanzando un 70% de más de 4 millones de habitantes registrados en el padrón electoral, porcentaje mayor que el registrado cuando se eligió al último presidente de la derecha salvadoreña.El gobierno de los EEUU, por medio del portavoz del Departamento de Estado, Robert Wood, declaró que esperaban “trabajar con el nuevo gobierno de El Salvador en nuestra agenda bilateral. El pueblo de El Salvador tomó una decisión, y la voluntad del pueblo necesita respetarse.”En su primera aparición, en la que se declaró vencedor, Funes prometió respetar la Constitución y el régimen de libertades, convirtiendo al país en la economía más dinámica de Centroamérica y fortaleciendo las relaciones con EEUU.Funes inició su primer discurso: “Lo he dicho y lo repito, mi gobierno estará animado por el espíritu de la unidad nacional. La construcción de la unidad nacional exige dejar de lado ya, en este mismo instante, la confrontación y el revanchismo”, dijo. Luego proclamó: “Gracias al mandato que me ha otorgado el pueblo salvadoreño me convierto, sin lugar a dudas, con los datos escrutados hasta el momento y dados a conocer por el Tribunal Supremo Electoral, en el presidente electo de todos los salvadoreños”.Un eje clave de sus promesas está radicado en intentar levantar una economía en crisis. “Construiré una economía dinámica eficiente y competitiva y promoveré la creación de una amplia base empresarial. Nuestro propósito es convertir a El Salvador en la economía más dinámica de Centroamérica. A ese esfuerzo, invito a todos los empresarios medianos, grandes y pequeños, a que contribuyan a la construcción de un nuevo país”.Antes de que los empresarios entren en pánico por este cambio de gobierno, pues no tienen experiencia de trabajar con un gobierno de izquierda, subrayó: “El régimen económico establecido por la Constitución de la República es la propiedad privada, ésta y la seguridad jurídica tendrán el mayor respeto y serán objeto de atención especial. La estabilidad macroeconómica y el ejercicio fiscal responsable serán objetivos que se realizarán con transparencia y fieles a las instituciones democráticas” y agregó que “fortaleceré las relaciones internacionales e implementaré una política exterior independiente, basada en la protección y fomento de los intereses nacionales. La integración centroamericana y el fortalecimiento de las relaciones con EEUU serán aspectos prioritarios en nuestra agenda de política exterior”.Además reiteró su deseo de apegarse a la Constitución: “Mi gobierno tendrá un compromiso incondicional con la Constitución, la democracia y la vigencia plena del estado de derecho, trabajaré incansablemente por el régimen de libertades y el respeto escrupuloso a la crítica y a la libertad de expresión y a todos los cultos religiosos”.Funes también destacó el mensaje "profético" de Monseñor Oscar Arnulfo Romero: la "opción preferencial por los pobres" del arzobispo mártir será "la ruta" de su gobierno. Dijo: "Trabajaré por el bienestar general, buscando favorecer en el ejercicio público principalmente a los sectores populares empobrecidos y excluidos". Quizás por ello, el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, elogio al presidente electo, al declarar "Tener un presidente que invoca a Monseñor Romero para que le guíe el camino, y que promete vivir lo que le enseñó, es un cambio radical".
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