miércoles, 25 de septiembre de 2013

Siria, la guerra y la extinción de la Humanidad

Colectivo Olga Luzardo
@VosdelSur
huellasfrescas@gmail.com

Hoy, la humanidad vive nuevamente entre duros días de angustia, la creciente amenaza de una tercera guerra mundial se hace sentir y llena a los pueblos del mundo de una desagradable zozobra. Estamos ante la posibilidad de extinción de la especie humana, como viene advirtiendo desde la década de 1990 el comandante Fidel Castro.

La República Árabe Siria ha sido amenazada por el más grande estado belicista del mundo: Los Estados Unidos de América, quienes no contentos de llevar una historia guerrerista que data desde su independencia (1775-1783) pretenden nuevamente llenar su bandera de sangre inocente. Preguntémonos, ¿Cuál es el trasfondo de esta nueva invasión militar? ¿Por qué Barack Obama insiste tanto en iniciar esta nueva guerra? ¿Por qué se habla de que ésta desencadenará una tercera guerra mundial?

Primeramente entendamos que hay de fondo una pugna entre las burguesías. Porque la arremetida de EEUU está enmarcada en la redefinición de la correlación de fuerzas del mundo y su carrera por desplazar a China como poder económico, político y militar.

Ante el mutismo de Europa por la crisis sistémica del capitalismo, expresada en la crisis financiera, los yanquis seguirán disputando el espacio geopolítico de la otrora Unión Soviética y no permitirán que China, que es su principal prestamista, siga expandiendo su poder e influencia a través de empréstitos a otras regiones como es el caso de América Latina. 

Haciendo un poco de historia debemos recordar que USA ha sido siempre un estado invasor y colonialista que ha usado la guerra como medio de apropiación de riquezas ajenas. Una de las guerras más cercanas que muestran este nefasto rostro del gobierno estadounidense es la Invasión a Irak, cuya cantidad de muertos y pérdidas de patrimonios históricos son incalculables, una guerra que empezó con el pretexto de la lucha antiterrorista por la tenencia de armas nucleares y que a la fecha no se ha encontrado la primera, siendo esta acusación bastante hipócrita por parte del mayor creador de armas nucleares, además del profundo odio inculcado al pueblo estadounidense hacia los pueblos del Islam a causa de la caída de las torres gemelas del 11-S.

A la fecha siguen mostrándose pruebas de que este supuesto “atentado terrorista” ha sido, más bien, un auto atentado. Y si el lector tiene dudas sobre esto, puede informarse a través de la Organización de Ingenieros y Arquitectos por la verdad del 11-S, organización que cada año muestra nuevas prueban que confirman la idea que hemos planteado.


La invasión a Libia, Irak, Afganistán responden a la lógica del estamento industrial militar sionista estadounidense, que no es otra que tratar de superar la crisis con la producción de armamentos y por esta vía mantener un estado de sitio mundial en las zonas de interés económico con el fin imperial de mantener su hegemonía y ritmo de consumo energético actual. Recordando que la actual crisis económica de USA es causada por la sobreacumulación de capital y el descenso de la tasa de ganancia capitalista y no por el default financiero de los bancos. 

Por eso la guerra contra medio oriente es también un pretexto para mantener a flote el complejo industrial, militar y financiero del imperialismo yanqui. Una manera de reactivar la economía y preservar los recursos para mantener el ritmo de consumo actual del imperialismo. 

Medio Oriente es, además, una región altamente conflictiva para el imperio yanqui, con muchos recursos petroleros y con vecinos no fiables como China y Rusia. Vecinos que desde finales de la década de 1990 y la década pasada despuntan como potencias mundiales. Además, China es el principal prestamista de los EEUU, sino quizá la economía más poderosa del planeta en la actualidad.

 Siria, -al igual que Irak- posee recursos y cualidades que abren el apetito voraz del gobierno expansionista de USA, como lo son el petróleo y el gas natural, además de otros importantes minerales, su posición geográfica y el desarrollo de la ciencia y la tecnología que antes del inicio del conflicto avanzaba con rapidez y eficiencia.

Por ende, lo que el Gobierno estadounidense y su títere actual, Barack Obama, ganarían invadiendo este país sería: 

1. Robar y expoliar las riquezas naturales de Siria y tratar de desplazar los intereses de Rusia y China en esta zona.
2. Cercar militarmente el próximo objetivo a invadir, Irán, generando de esta manera las condiciones para avanzar hacia Rusia y China.
3. Asegurarse un país más bajo su control y con ello ir asegurándose para sí la hegemonía de los recursos naturales mundiales.

Todo esto con el fin de asegurarse la supremacía del poder mundial, la erradicación memoria histórico cultural que estos países del Medio Oriente representan para la humanidad como los creadores de las primeras civilizaciones, la escritura y el desarrollo de las ciencias y todo el legado que ello significa.

Permitir la invasión a Siria es abrirle las puertas a una tercera guerra mundial de modo directo, ya que como todos sabemos Rusia, China, Israel, Francia, Turquía, Irán y algunos otros países intervendrían en ella.

Fidel Castro, conocedor de la material, advierte recientemente que nueve países disponen de armas nucleares mucho más mortíferas que el gas Sarín. “Datos publicados desde el 2012 informan que Rusia posee aproximadamente 16.000 ojivas nucleares activas y Estados Unidos alrededor de 8.000”.


En agosto de 2010, en la Reflexión El Invierno Nuclear, Castro Ruz partiendo de juicios de expertos en la materia escribía que “bastaría una contienda nuclear entre dos potencias nucleares de las más débiles, como India y Pakistán -que entre ambas, sin embargo, reúnen mucho más de 100 armas de este tipo-, y la especie humana desaparecería”.


Venezuela, junto con el resto de los países del cono sur no dejamos de ser blanco de posibles invasiones, considerando que nuestros recursos, minerales, energéticos e hídricos son de suma importancia para el imperialismo. 


De allí nuestra preocupación por el conflicto social colombiano y la inscripción de Colombia en la OTAN, la ampliación del Plan Colombia con el cual han pretendido vulnerar la estabilidad de Venezuela y América porque Colombia se ha convertido en el Israel de América.


Hablar de guerra se ha vuelto conversación cotidiana entre la población mundial y el horror a ella parece no penetrar el corazón y conciencia de nuestra población, pues hemos presenciado sin remordimiento alguno y desde la tranquilidad del sofá y la televisión como murieron millones de personas en Irak, Afganistán y Libia,  además de los miles y miles que están muriendo ahora en Siria y que la ONU no ha podido precisar una cantidad exacta, cuyo último reporte en enero rondaba unas 6000 víctimas, todos asesinados por la misma bota norteña.  


La guerra contra ningún pueblo puede ser justificada bajo ningún pretexto, además en este caso no se trata solo de detener una nueva matanza, si no de salvar la humanidad e impedir nuestra extinción.

Maracaibo, 25 de septiembre de 2013

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