La quejantina y cantaleta inducida
Roger Capella Mateo
Aunque
con menos frecuencia, pero todavía demasiado, aún oímos en los diferentes
ámbitos de la vida ciudadana, la quejantina de la gente (no solo de opositores,
convictos y confesos), que si falta harina precocida, la verdad es que la
mayoría le llama "pan", que si falta carne a precios regulados, o
pollo, o tales galletas, o café, o azúcar o papel toillet -higiénico- y no
pocos medicamentos regulados. Los comentarios que siguen a,..”falta esto",
son de película, pero de terror. Creo que los Chavistas no comentan nada.
Con
frecuencia vemos aparecer una tipa o tipo, vistiendo y calzando ropas y
calzados carísimos, pero con caras desencajadas, como huyendo de un parque
jurásico, asustados, viendo su botín: 40 paquetes de papel toillet, 8 paquetes
de harina "pan", 6 litros de aceite, 5 pollos, y pare de contar,
viendo hacia los lados como si los están cazando, como un compadre mío cuando
hace el amor fugaz, furtivo en las sabanas del llano. Que no lo vea el dueño de
la burrita. Cuando llegan a la cola que precede a la cajera, despotrican contra
el gobierno con ira, rabia desenfrenada, casi locura, pero en el fondo es para
ocultar que está llevándose abusadoramente, buena parte de lo que le
correspondería comprar a otros ciudadanos. A esa o ese disociado, no le
importa, si al papel higiénico se lo comen las cucarachas de su casa o lo
termina utilizando para cualquier otra vaina, diferente a su destino natural,
limpiarse los residuos de sus excretas. Tampoco le importa si le salen coquitos
a la harina, si se le pone piche el aceite, si se le apelmaza la azúcar o se la
comen los ratones. No importa, lo necesario es su tranquilidad, cuando ve sus
escaparates rebosando de los tales productos "descasos". Ahí está el
orgasmo final.
Mientras tanto los voceros del apocalipsis venezolano se desgañitan dentro y
fuera de nuestro País, quejándose con dolor histriónico y falso por la crisis
que quieren fabricar, o la imagen de una crisis, en la Venezuela Bolivariana.
La comparsa de los medios de comunicación a su servicio -y del imperio- lo
repiten hasta aterrorizar a buena parte de la población. La respuesta de
nuestro gobierno y de las organizaciones políticas que nos apoya, ha sido
siempre política, democrática, propio de un País absolutamente libre.
Buena
parte de la respuesta nuestra es que se trata de la guerra económica de la
derecha fascista contra nuestro gobierno y nuestro pueblo, la lucha contra los
acaparadores, a los cuales solo se les decomisa la mercancía. Creo que no hay
nadie detenido por acaparar. Quizás no es delito punible. También se han
importado algunos rubros, para contrarrestar los efectos negativos de este tipo
de "guerra". Sin embargo, en las "playas" de los mercados y
otros sitios vemos como la economía informal vende esos productos
desaparecidos, a precios especulativos y aun yo no he visto a la militancia
revolucionaria, los funcionarios de INDEPABIS, los milicianos, los consejos
comunales, enfrentando en la calle estos hechos. Será que en vez de
enfrentarlos, decomisar la mercancía, investigar el origen de la conducta
delictiva, más bien, compran calladitos? No me atrevo a afirmar nada, solo
tengo la duda.
Esta
guerra sin duda existe. La oposición está desplegada. Unos más que otros. Pero
por supuesto que afecta a toda la población, la perturba, hurga perversamente
en su pensamiento. Logra convencer por ejemplo que por existir dificultades
para conseguir media o una docena de rubros, hay desabastecimiento total. La
gente entra a los supermercados y/o abastos donde los anaqueles están llenos de
otros centenares de productos, pero si no está aquel que desapareció la
conspiración, es suficiente para desatar la más ácida cantaleta contra el
gobierno. Pocos compañeros se dan a la tarea de explicar pedagógica y políticamente
lo que realmente ocurre. Y además recordarle que por cosas similares, en ese
modo de gobernar que sueña la MUD, y que ya vivimos, los autores de esas
felonías eran detenidos, privados de libertad. En este proceso, los invitamos a
conversar y a colaborar con el desarrollo del país.
Ahora la
quejantina y la cantaleta que está de moda son los precios elevados de los
productos de cualquier tipo. Tenemos que oír las maldiciones y las infortunadas
comparaciones con los precios de otros países. Ayer, un adulto mayor,
contemporáneo, claro, me abordó para intentar convencerme que aquí estaban los
precios más altos que en muchos países. Afortunadamente escucho mi respuesta
sin interrumpirme. le expliqué que quizás algunos productos estaban más caros
que en otros países. Otros al mismo precio y algunos, más baratos. Le pregunté,
si tenía carro, me respondió que sí, una camioneta. Le dije, probablemente
Usted llena el tanque de su camioneta con escasos siete bolívares. En esos
países a los que Usted se refiere, llenar el tanque de combustible oscila
alrededor de los dos mil quinientos bolívares. Al mes según su recorrido, puede
gastar de veinte a treinta mil bolívares, cuando aquí, no llega ni a
cien. No cree Usted que la compensación es mayor? Me sorprendió que el
señor asintiera con la cabeza. Y agregue, no cree Usted, también que si hubiese
desabastecimiento real, ocurriría sobre todos los rubros y no sobre aquellos
que la gente suele demandar con frecuencia? No cree Usted que ese tipo de
desabastecimiento ha sido creado para dañar la imagen de este gobierno? Me
respondió: puede ser,...puede ser...pero si es así, porque el gobierno no se
pone los pantalones y ataja a esos malandros, porque la verdad es que si es
verdad lo que dice, nos perjudica a todos. El señor pagó y se despidió con amabilidad.
Hay
quejantinas y cantaletas. Son producto de la conspiración fascista. Pero
también, en este momento que hay varias escuelas de cuadros, vale pensar que
cada Patriota debe ser un cuadro, y que su formación pasa, en primer lugar, por
estudiar, aprender e imitar contextualizadamente al creador de esta esperanza
Bolivariana: nuestro maestro y líder, Hugo Chávez Frías. Tornemos realidad la
consigna TODOS SOMOS CHAVEZ!
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