¿Con qué moral?
Salvador Capote
Estados Unidos ha reaccionado airadamente frente a la decisión rusa de otorgar asilo a Edward Snowden. Sin embargo, varios analistas políticos norteamericanos señalan que Estados Unidos ha dado y da protección y asilo a numerosos genocidas y criminales de diversas partes del mundo.
Se menciona por ejemplo, a Gonzalo ("Goni") Sánchez de Losada, acusado de masacrar a manifestantes en 2003 en Bolivia (67 muertos, más de 400 heridos). Sánchez de Losada vive en Chevy Chase, Maryland, es miembro "emeritus" del "Inter-American Dialogue" y asesora a Washington en política exterior. El gobierno de Estados Unidos no sólo rehusa la extradición de este bandido sino que le rinde honores.
Otro ejemplo que no podía dejar de mencionarse es el de Luis Posada Carriles, reclamada reiteradamente su extradición por Venezuela, terrorista que, entre otras innumerables fechorías, hizo estallar en el aire una nave de CUBANA de Aviación con 73 personas a bordo. Posada Carriles vive libre y confortablemente en Miami y aporta su larga experiencia a conspiraciones, en las que intervienen golpistas venezolanos (protegidos también por Estados Unidos), como la que tiene lugar actualmente para asesinar al presidente Maduro.
Otro caso que se menciona es el de Emmanuel "Toto" Constant, líder de escuadrones de la muerte haitianos y agente de la CIA, autor de incontables torturas y asesinatos. "Toto" vive plácidamente en la ciudad de Nueva York.
Ocupan también un lugar importante en el "ranking" de bandidos bajo la protección de Estados Unidos, los banqueros William y Roberto Isaías, con orden de prisión en Ecuador por malversación de fondos públicos y estafa masiva a los clientes del Filanbanco. Estados Unidos niega a Ecuador la extradición de los hermanos Isaías y la posibilidad de recuperar los millones de dólares robados al pueblo ecuatoriano y que disfrutan ahora en Estados Unidos estos banqueros ladrones.
Estos son, sin embargo, sólo unos pocos de los casos más conspícuos. Durante décadas, Estados Unidos ha dado abrigo a toda la escoria internacional, principalmente de América Latina. Esbirros, torturadores, asesinos, miembros de sangrientas dictaduras militares, políticos ladrones... han encontrado un paraíso en Estados Unidos. Solamente en Miami, y sólo tieniendo en cuenta a los que Cuba legítimamente reclama, se calcula en más de un centenar los criminales batistianos y terroristas que pasean por sus calles.
¿Con qué moral?.
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