jueves, 24 de septiembre de 2015

Néstor Francia/Análisis de Entorno: Maduro y Granger en la ONU (24-09-2015)

– Elecciones, epicentro de la conspiración

– Conspiración de amplio espectro

– La peligrosa situación con Guyana

– Matriz de movimiento de tropas en la frontera

– Absoluta inversión de los términos

– Aspecto militar in crescendo

– Greenidge: Guyana actuará “de ser necesario”

– Amenaza para nada despreciable

– La posible simulación de un ataque

– Especulaciones y posibilidades

– Firme la diplomacia de paz

– Oportuna visita al Caribe

– Maduro y Granger en la ONU

– Reunión de ministros se muda a Santa Marta

– 73 días de conspiración profundizada

– La mejor respuesta inmediata es el 6D

Más se acercan las elecciones, más queda claro que este evento está en el epicentro de la actual conspiración contra Venezuela, y que la derecha nacional e internacional acaricia planes de convertir esa circunstancia en pivote de sus planes conspiradores y violentos, bien sea de manera inmediata o mediata, de acuerdo al resultado comicial.
Se trata de una conspiración de amplio espectro, que incluye guerra económica, provocaciones, estigmatización, intensa guerra mediática y, según marchen las cosas, participación más o menos activa y masiva de paramilitares y mercenarios, que podrían entrar en acción en algún momento que los conspiradores consideren conveniente. El corolario de la subversión generalizada podría ser, por supuesto, la intervención foránea en cualquier modalidad.
Uno de los factores más peligrosos de la conspiración internacional lo constituye la situación con Guyana, donde el elemento militar comienza a ser introducido dentro del plan provocador de David Granger. Está latente el riesgo de una provocación armada que genere una crisis en esa frontera, que podría ser mucho peor que la que está en desarrollo actualmente en la frontera con Colombia. Distintos factores se están haciendo presentes que podrían incidir en un escenario como ese.
Desde hace días se viene estableciendo la matriz de movimientos de tropas venezolanas en la frontera con Guyana e inclusive en lo que esa nación considera su territorio. Esta especie recorre el mundo, por supuesto, para afectar la imagen de diplomacia de paz que viene proyectando Venezuela y ponerla como un agresor que está cargando contra un pequeño país del Caribe. Es la intención de crear una absoluta inversión de los términos, pues la real, intensa e ininterrumpida provocación la viene montando Guyana desde que autorizó a la Exxon Mobil para adelantar trabajos de exploración petrolera en el territorio Esequibo.
En los días recientes, el aspecto militar se la coyuntura ha venido in crescendo. Primer, el gobierno guyanés “denunció” el incremento de tropas venezolanas en la frontera. Se habla de al menos doscientos efectivos más de los que ya había y además de incursiones de la armada en “aguas de Guyana”. Según el Jefe de las Fuerza de Defensa guyanesas, Mark Phillips, los supuestos movimientos militares venezolanos  incluyen el tránsito de embarcaciones de nuestra armada en el río Cuyuní, que Guyana reclama como suyo, a pesar de que discurre en el territorio en reclamación.
El canciller guyanés Carl Greenidge dijo ayer que su gobierno seguirá “de cerca” los acontecimientos y que Guyana actuará de ser necesario. Esa última frase comporta una amenaza para nada despreciable.
Una provocación armada podría incluir algún falso positivo, como el que ha pretendido montar el gobierno colombiano con el tema de las supuestas incursiones de aviones venezolanos en el espacio aéreo de Colombia. La simulación de un ataque contra Guyana, aunque fuese limitada, podría desencadenar una reacción planificada de ese país capaz de generar una acción internacional que podría incluir a contingentes armados del Reino Unido, por ejemplo, a cuya comunidad de naciones pertenece Guyana (Commonwealth) Por ahora todo esto forma parte del ámbito de las especulaciones, pero cabe dentro de las posibilidades.
De todas formas, el presidente Maduro y el Gobierno venezolano siguen firmes en su promoción de una activa diplomacia de paz, que haría nada fácil cualquier pretensión de involucrarnos en un conflicto armado. Las recientes visitas oficiales de Maduro a Dominica y San Cristóbal y Nieves adquieren destacada importancia en este momento, pues reafirman los estrechos lazos que nos unen a las naciones caribeñas, otro de los invalorables legados que hemos heredado del Gigante Hugo Chávez. Esas visitas, que confirmaron los valores de la integración, la hermandad y la solidaridad, forman parte de los acertados movimientos diplomáticos venezolanos ante todas las provocaciones.
Por otra parte, el presidente Maduro se prepara para comparecer en la ONU, donde también estará David Granger. Guyana ha dicho que no aceptará mediación de ese organismo, aunque se prevé la posibilidad de una reunión con Maduro, auspiciada por el secretario general Ban Ki-Moon. En ese sentido, el presidente venezolano ha declarado que “Ya le he dicho al secretario Ban Ki-Moon: cuente conmigo, yo voy a estar ahí como un clavel, a la hora exacta que he sido citado”.
En cuanto a la situación de la frontera con Colombia, se ha dado la anunciada reunión de ministros el día de ayer, cuyo único resultado conocido hasta ahora es una nueva cita que se dará en Santa Marta, Colombia, el 29 de septiembre. Esperemos.
La conspiración internacional seguirá y se profundizará en los 73 días que faltan hasta las elecciones, solo esperemos que la cosa no pase a mayores. De todos modos, la mejor respuesta inmediata que tenemos es una clara victoria revolucionaria el 6D.

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