jueves, 27 de agosto de 2015

Néstor Francia/Análisis de Entorno: 

Si no estás ganando la guerra, la estás perdiendo 

– Predicciones del 25 de agosto

– Campaña para criminalizar el cierre de la frontera

– El asqueroso ejemplo de El Nacional

– Testimonios forjados

– “Nos sacaron como perros”

– Las culpas serían del Gobierno revolucionario

– Engaño vs fotos

– El relato terrorífico de El Tiempo

– Manipulación del lenguaje

– EFE no se queda atrás

– Fuerza Especiales y “boinas rojas”

– Uribe, Londoño y Gaviria

– Reunión de cancilleres sin sorpresas

– Estados Unidos, Europa y la viga en el ojo ajeno

– Si no estás ganando la guerra, la estás perdiendo

– Por eso te escribo esta carta

En nuestro Análisis del pasado martes 25 predijimos lo que está pasando ahora mismo en torno a la situación referida a la frontera colombo-venezolana de Táchira: “Al decretarse el cierre de la frontera con Colombia y el estado de excepción en varios municipios del estado Táchira, tanto la oposición venezolana como factores mediáticos se han activado para denostar de las medidas e iniciar la siembra de rumores y noticias falsas…La derecha, entre otros argumentos, vuelve a blandir el tema de los derechos humanos, endilgándoles a nuestro Gobierno y a la FANB acciones violadoras de esos derechos que, para variar, no tienen ninguna comprobación. Es probable que en los días subsiguientes comiencen a aparecer “testimonios” sobre tales violaciones.
Seguramente se está moviendo ya la máquina de dólares, y los efectivos de la ultraderecha colombiana y venezolana, para montar ollas que criminalicen a Venezuela a partir del estado de excepción”.
Pues bien, rápidamente se ha comprobado esta presunción. El cierre de la frontera, sobre lo cual no hay que ser muy acucioso para presumir que tiene el apoyo de la mayoría de los venezolanos (92,7% de los tachirenses, según un estudio conocido ayer), ya que es harta conocida desde hace tiempo la labor del contrabando y el tráfico ilegal de armas, personas y dinero en esa zona, ha prendido las alarmas de las oligarquías de Venezuela y Colombia, y se ha desatado una intensa campaña para criminalizar la amplia operación del Estado venezolano, con principal énfasis en el tema de los Derechos Humanos. En esta campaña se involucran factores económicos y políticos involucrados y/o afectados por las medidas. Los mismos que promueven o apoyan, aunque sea por omisión, la guerra económica y paramilitar contra Venezuela.
Un ejemplo en verdad asqueroso de lo que decimos son las posiciones que ha venido asumiendo el diario fascista venezolano El Nacional. Habrá que ir reuniendo evidencias para sumar un delito mayor al terrorista mediático Miguel Henrique Otero: traición a la Patria. Ya en su edición del domingo 23 de agosto, El Nacional se convirtió en vocero de la oligarquía colombiana, cuando lució directamente, como segundo titular más importante de su primera plana, una frase del presidente de Colombia: “Santos: el cierre de la frontera beneficia a los delincuentes”. Pero la edición de ayer es  francamente un escándalo. El gran titular va directamente al meollo de la campaña estigmatizadora contra Venezuela: “Centenares de familias atraviesan trochas y ríos ante plazo de desalojo”. Vale la pena que citemos algunos de los subtítulos correspondientes a ese titular, que son acompañados por una foto de gente vadeando el río Táchira cargando con enseres personales:
*Autoridades venezolanas dieron 3 días a más de 500 familias para que salgan de La Invasión
*“Nos sacaron como perros”, dijo una afectada colombiana
* Contrabandistas de gasolina se deshacen del combustible por pocetas ylavamanos, lo que convierte el área en una bomba de tiempo
* Personas deportadas cargan al hombro colchones, muebles, sillas, maletas y hasta electrodomésticos y con ayuda de agentes de la Policía Nacional de Colombia cruzan el río Táchira, que sirve de límite entre los dos países.
Fíjese el lector en varios detalles de esta “información”. En primer lugar, el “testimonio” de la presunta colombiana de que fue sacada (con su familia) “como “perros” no lo obtiene directamente la corresponsal de El Nacional, sino que lo toma del periódico bogotano El Tiempo: así funcionan estas ollas. Luego está la impronta terrorista: la forma de deshacerse de la gasolina que estarían usando los contrabandistas convierte a la zona en una “bomba de tiempo”. Es irónico, porque de esa manera están reconociendo la gravedad y la extensión del contrabando de combustible. Pero las culpas de cualquier cosa que ocurra serían todas del Gobierno revolucionario, que está enfrentando precisamente a esa dañina actividad contrabandista. Finalmente hablan de la ayuda que estaría prestando la Policía Nacional de Colombia a los deportados para cruzar el río Táchira, pero en las fotos que muestra el mismo pasquín de los Otero, y en otras que han circulado, se ve que quienes ayudan a esas personas en el río son los supuestos represores, policías y soldados venezolanos.
En cuanto al diario colombiano El Tiempo, presentó un relato terrorífico sobre supuestas acciones de la FANB, que por supuesto no tienen otro soporte que los “testimonios” que presentan sin que se vea ni una foto de los presuntos declarantes. Un botón de muestra: “la colombiana Gladys Navarro, su esposo y sus tres hijos fueron sorprendidos por las patadas que miembros de la GNB, armados con fusiles, les daban a la puerta y muebles”. La manera de manejar el lenguaje es estudiada: “armados con fusiles” ¿Y cómo van a estar armados los soldados en una operación militar en la frontera, con hondas o pistolas de agua? Por supuesto, no podían faltar, más bien abundan en el “reportaje”, los “abusos” contra niños: “Navarro, que estaba en pijama, vivía en ese barrio desde hace 10 años, pero eso no les importó y la sacaron a empujones. Ni sus tres pequeños hijos se salvaron”. Y también: “‘Había niños y eso no les importó, nos sacaron como perros’”, dijo Yormari Castaño”.
La agencia derechista española EFE no se queda atrás en la gran manipulación: “Desde esta mañana, unidades de paracaidistas de Venezuela bloquean el paso en las trochas entre el monte y ‘el que se mete a la brava lo golpean’, detalló a Efe un colombiano que cruzó ayer el río Táchira”. Y también: “‘Ya cerraron el paso los boinas rojas y no quieren dejar cruzar a nadie más. Están derribando los ranchos (casas humildes) que están marcados con la ‘D’. Todo lo están tumbando, están acabando con todo’, explicó a Efe en La Parada, un punto cercano a Cúcuta, Alix, una colombiana completamente desolada”. Y todavía más: “‘Se meten en las casas, se roban las cosas, se llevan a algunos presos… A uno le sacaron la plata del bolsillo, se llevaron su comida, los celulares, el computador’, relata en la orilla colombiana Alix, quien vivía en Venezuela desde hace una década”.
También en el “reportaje” de El Tiempo se evidencia el uso manipulador del lenguaje. Cuando se hace referencia a los militares colombianos se les llama “soldados de las Fuerzas Especiales del Ejército colombiano”, pero a los venezolanos se les tilda de “boinas rojas”, dándole una connotación claramente negativa que recuerda a los “boinas negras” sureños.
Los capos de la oligarquía y de la narco-política colombiana no dejan de poner lo suyo. Álvaro Uribe pidió hoy en una manifestación frente al consulado de Venezuela en Bogotá, a la que asistieron apenas unos pocos centenares de personas, la mediación de organismos internacionales para solucionar la “crisis humanitaria” que se vive en la frontera: “ACNUR no solamente tiene la competencia para apoyar a los desplazados, sino para intervenir y evitar desplazamientos. Debería estar en este momento en Venezuela para que no se siga cometiendo este genocidio contra los colombianos” ¿Genocidio? ¡Si no ha habido ni un muerto!
Según Uribe, “Hitler repetía una y otra vez que los judíos eran la base del mal, como lo dice el dictador de Venezuela frente a los colombianos”. Un conocido uribista presente en la manifestación, Fernando Longoño, espetó que “Estamos indignados por cómo tratan a nuestros compatriotas. ¡Qué indignación ver a esos niños expulsados, cruzando un río de ignominia! ¡El río Táchira se convirtió en un río de ignominia!”.
Por otro lado, César Gaviria exigió que Colombia se salga de la Unasur, lo cual suma un elemento más a la manipulación de la situación fronteriza: la intención de dividirnos.
Entretanto, la reunión de las cancilleres Rodríguez y Holguín transcurrió sin mayores sorpresas y mucho tuvo de saludo a la bandera. Se volvió a hablar de acciones conjuntas que serán discutidas, mientras la colombiana reconocía que el contrabando “hace un daño inmenso a la economía venezolana”, aunque insistió en la conveniencia de revertir le medida de cierre de la frontera, sin que se llegara a ningún acuerdo en ese sentido.
Uno de los problemas que se les presenta a las oligarquías de Colombia y Venezuela es que hasta ahora Estados Unidos y Europa han mantenido una posición más bien distante en torno a la situación. Un vocero del gobierno estadounidense asomó que Venezuela tiene derecho a manejar de manera soberana su política fronteriza y la Unión Europea hizo un pronunciamiento bastante neutro y contemporizador. No es que de pronto estos gobiernos se hayan vuelto juiciosos y equilibrados, sino que tienen, ellos mismos, delicados problemas referidos a sus fronteras y a la inmigración ilegal. De manera que no la llevan fácil para andar señalando la viga en el ojo ajeno.
Entretanto, Venezuela sigue adelante con sus correctas acciones contra la guerra económica y el paramilitarismo. Ciertamente eso puede causar situaciones incómodas e indeseables a algunos colombianos implicados en distintas formas de ilegalidad, pero eso pasa en las guerras y en buena medida es inevitable. Lo cierto es en esta situación es aplicable una frase que pronunció en días recientes el general estadounidense John McCain, un militar retirado que dirigió operaciones durante la guerra de Vietnam, refiriéndose al estancamiento de las acciones de la coalición imperialista contra el Estado Islámico: “En consecuencia, no estamos ganando, y cuando usted no está ganando la guerra, usted la está perdiendo”. Como se dice parafraseando la vieja canción: “por eso te escribo esta carta”.

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