sábado, 22 de agosto de 2015

David Granger, de poco fiar

images
> Aunque tiene un título de historiador, las reseñas del actual mandatario guyanés sobre la historia local no son confiables
David Arthur Granger, el actual presidente de Guyana electo en mayo pasado, y quien azuza un conflicto con Venezuela de la mano con Exxon Mobil, ingresó a los 20 años, en noviembre de 1965, al ejército, aún en formación, tras la independencia “consensuada” del Reino Unido.
Hoy, con 70 años de edad, es el comandante en jefe de la Fuerza de Defensa de Guyana (GDF) creada por la Corona con la misión histórica de defender, por la vía armada, el territorio del Esequibo arrebatado a Venezuela.
Su educación secundaria transcurrió en la escuela de élites Queen’s College, fundado en 1844 por el obispo de Guyana, y a donde también acudieron los ex presidentes Burnham y Jagan.
Recibió su formación militar en el Comando del Ejército y Staff College en Nigeria; el Centro de Instrucción de guerra de la selva en Brasil; y la Escuela de Infantería y de la Escuela de Cadetes Oficial Mons en el Reino Unido.
Durante once años, de 1979 a 1990, David Granger fue el comandante de la Fuerza de Defensa de Guyana (GDF).
Luego se convirtió en asesor de Seguridad Nacional del Presidente, hasta 1994 cuando se retiró del servicio militar con el rango de general de brigada.
La historia de Granger transcurre en un contexto postcolonial determinado por un precario equilibrio étnico entre afrodescendientes y descendientes indios.
Él, como descendiente afro, no escondía como jefe militar su respaldo hacia el PNC (el partido de los afroguyaneses) y su hostilidad hacia el PPC (el partido indio).
Sólo al romperse el modelo y establecerse una alianza con un sector del PPC, es posible para Granger conformar una mayoría con votos de ciudadanos afrodescendientes e indios, que le permitió finalmente acceder al poder.
UNA HISTORIA ACOMODATICIA
Granger, quien además de militar cursó estudios de Historia en la Universidad de Guyana, y además fue presidente de la Sociedad de Historia, ha protagonizado varios episodios en los que ha ocultado, e incluso falsificado, la historia actual de la excolonia británica, según investigación documental.
En su recorrido como historiador ha ocultado datos esenciales de al menos dos acontecimientos de violencia en los que se registraron confrontaciones entre diversos grupos étnicos, según una revisión de su síntesis Civil Violence, Domestic Terrorism And Internal Security In Guyana, 1953-2003.
El folleto, que fue presentado en el Centro Hemisférico de Estudios de Defensa, en Chile, recoge la explosión del buque de carga Sun Chapman, ocurrida el 6 de julio de 1964 en la población de Hurudaia, sobre el río Demerara, en el este de Guyana.
El siniestro, provocado por el estallido de una bomba, causó la muerte de unas 40 personas, mientras que una docena se declaró desaparecida.
El suceso ocurrió en un contexto de disturbios y movilizaciones de calle que desde mayo había causado la muerte de varios ciudadanos guyaneses de origen indio.
Sin embargo Granger no lo menciona sino que centra toda la atención en la voladura de la embarcación donde fallecen guyaneses de origen africano, según lo reseña un artículo en el portal Guyana News, el pasado mes de marzo.
Y tampoco refiere que luego de la explosión se desató lo que calificaron como una “orgía de muerte” cuando activistas del PNC (el partido de Granger ahora) atacaron a los habitantes de Mc Kenzie-Wismar, causando la muerte de dos hombres (otras versiones hablan de cinco) y obligando a cerca de cuatro mil pobladores a abandonar sus hogares. Docenas de mujeres fueron violadas y centenares fueron golpeados, según la nota de Guyana News.
Granger no sólo omite esos elementos, sino que responsabiliza al PPP, (el partido al cual derrotó y que captaba la votación india) de haber impulsado una campaña de terrorismo doméstico con el fin de rechazar el modelo de representación proporcional que impulsaban los británicos en esos meses previos a la independencia.
Paradójicamente, documentos revelados años después indican que fue la explosión de unos detonadores enviados por el PNC lo que causó la tragedia. Y el uso de explosivos era parte de una estrategia de esa agrupación para atacar a militantes del PPP.
LOS ASESINATOS DE LA ELECCIÓN DE 1973
El otro evento que pone en cuestionamiento la capacidad de documentación del actual mandatario guyanés, es el asesinato de dos jóvenes del PPP, durante las elecciones de julio de 1973.
En otro texto titulado The New Road. A Short History of the Guyana Defence Force, 1966-1976, Granger escribió que “al darse cuenta de que su dominio sobre el electorado se deslizaba más allá y en un intento fallido de impedir un victoria obvia y abrumadora del PNC (su partido), una campaña de violencia y resistencia fue planeada por el PPP.”
De esa manera Granger justifica ba las muertes de Jagan Ramessar and Bholanauth Paramanand a manos de soldados que les dispararon para quitarles las cajas con los votos en la comunidad de Corentyne Berbice, un área tradicionalmente proclive a votar por el PPP.
En su relato asegura que la Fuerza de Defensa de Guyana fue llamada para apoyar al poder civil y evitar una ruptura institucional y del orden que fue planificada por “gansgters”, en clara referencia a la dirigencia del PPP.
Y concluye con esta frase: “The soldiers behaved splendidly in the face of provocation”. (Los soldados se comportaron espléndidamente frente a la provocación).
En el texto de 2003, expresa su resentimiento por la percepción que de su país tenía occidente. Y afirma que por la orientación ideológica de sus dos principales partidos y sus relaciones con Cuba y el bloque del este, Guyana fue mirada con recelo por el Reino Unido y EEUU, y sus propios vecinos (Brasil y Venezuela ) durante la época de la Guerra Fría.
ESCLAVOS QUE “VINIERON” POR UNA “BUENA VIDA”
Aunque David Granger es de origen afro-guyanés, su ideología es decididamente una expresión anglo-guyanesa del neocolonialismo.
En marzo pasado, en un acto de campaña, su discurso sobre una nación unificada fue tan lejos que terminó refiriéndose a los esclavos como unos migrantes más que se mudaron al territorio colonial del Reino Unido, en busca de una buena vida.
“Nuestros padres y antepasados vinieron de diferentes continentes de la tierra, –de aquí en las Américas; de África de Asia y Europa– para trabajar por una buena vida”, afirmó el entonces candidato.
El comentario le costó duras críticas, como un artículo en el portal Guyana Times donde le explicaban que los “africanos fueron arrastrados a través del Atlántico en contra de su voluntad y llevados a Guyana no por su “ buena vida”, sino por la de los europeos”.
También incluyó la religión, o sea su religión, como elemento de unidad nacional: “No vamos a renunciar a nuestro derecho dado por Dios a vivir en el mejor país, el más grande y más hermoso del Caribe: Guyana”.
VENEZUELA: PRINCIPAL AMENAZA A LA SEGURIDAD
En su apretada y personalísima historia de las amenzas a la seguridad de Guyana, David Granger no deja de mencionar a Venezuela.
Y lo hace al relacionarla con las dos principales amenazas a la seguridad en su país.
La primera es la insurrección armada, tal como ocurrió en la región de Rupununi, en enero de 1969, muy cerca de la frontera sur con Venezuela.
Según su versión esta insurrección ocurrió con la asistencia de un país extranjero, en aquel caso Venezuela, pese a que las autoridades venezolanas de la época dejaron en claro que no apoyaron ni pretendían apoyar al movimiento.
La segunda amenaza es la secesión de una región o distrito, que podría seguir a una insurrección. Y el caso sin duda está referido al vecino más occidental pues, sin duda, para el exjefe militar la intención de los organizadores de la insurrección de Rupununi, era la secesión.

No hay comentarios:

  EL MUNDO CAMBIARÁ, EL CORONAVIRUS LO LOGRARÁ. Desde que el mundo es mundo, los imperios con sus monarquías y con apoyo de las religiones, ...