martes, 18 de noviembre de 2014



Carta abierta a Daniela Cabello sobre el tema de Chino y Nacho
Arturo Ramos R.
Caracas, 17 de noviembre de 2014
Estimada compatriota.
Acabo de revisar detalladamente la programación de Suena Caracas, festival musical que prepara la Alcaldía de Caracas, dirigida por el compatriota Jorge Rodríguez. Es, en efecto, como indicó el Alcalde, un programa bastante extenso. Creo que se hace un gasto fastuoso y absolutamente injustificado, mucho más cuando no es una inversión que va dirigida de manera directa a las expresiones culturales y artísticas que generan las comunidades, lo cual, según objetivos básicos de esta revolución, claramente planteados en el Plan de la Patria, es lo que debe ser la prioridad. Pero, ese es otro asunto y no el objeto de estas líneas.
Veo que, el día cuatro de diciembre en la plaza Diego Ibarra, está usted en una programación en la que, junto a otros, alternará con el dúo Chino y Nacho. No creo necesario detallarle la gran indignación (y el porqué de ella) que ha provocado la contratación de estos cantantes, la cual ha sido notable y permanente en las redes sociales e, incluso, ya en su cuarto día, en los diferentes medios de prensa. La industria mediática, en su interés de proteger la inversión alienante que significa esta pareja, se refiere a la “polémica” que ha generado su futura presentación. Incluso el alcalde Rodríguez, en unos tuitters que justifican el error llegó a expresar “No temamos a la polémica.” ¡Pero el caso es qué no hay polémica alguna! Ojalá la hubiera. Solo Rodríguez, intentó en sus tuitters una débil y velada acusación de “intolerancia” a quienes no nos parece que se deben gastar divisas en pagarle escenario a estos caballeritos. Nadie, absolutamente nadie, del gobierno ha salido al frente a polemizar. Entonces, Daniela, no hay polémica alguna porque no hay dos partes argumentando sus razones. Lo que hay es una gran rabia del pueblo bolivariano, hasta ahora no contestada ni resuelta.
Nadie, del gobierno que apoyamos y por el cual daríamos la vida, ha salido a explicarnos y convencernos de que es una decisión política (o cultural) conveniente, proyectar a figuras que apenas ayer se prestaron para una terrorífica campaña que aún no ha cesado. Por lo demás, si se trata de ser tolerantes, basta revisar el resto de los artistas contratados en el megafestival y notaremos que también otros programados se han declarado públicamente contrarrevolucionarios. Al parecer, el alcalde Rodríguez, entiende la tolerancia como un chicle que se estira infinitamente.
Quisiéramos dedicar nuestras preocupaciones a problemas más candentes y, en teoría, de más difícil solución. El paramilitarismo en la Barinas que visitó recientemente, que se lleva la vida de hermanos campesinos, por ejemplo, merece más esfuerzo y atención que los dislates faránduleros del gobierno municipal caraqueño. O la guerra económica que pareciera arreciar. No obstante, este affaire de Chino y Nacho, tiene una importancia trascendente, porque lo que está en juego es la fe, dignidad e increíble paciencia, de un pueblo que, durante 14 años, ha pagado un altísimo precio por mantener en alto sus esperanzas. Bastante tuvimos que reprimirnos el salir a la calle a sofocar guarimbas con nuestras propias manos, como para que alguien venga ahora a pedirnos tolerancia. ¿Me entiende?
Pero, ¿por qué le escribo esto? Es usted, además de bella e inteligente, talentosa como artista. No lo digo por lisonja. Así lo creo de todo corazón. Regálenos, Daniela, además de esos dones que le conocemos, el gesto pleno de la dignidad: NIÉGUESE A PRESENTARSE EN ESA PROGRAMACIÓN, SI PERSISTEN EN MANTENER A LA PAREJA DE ARTISTAS CUESTIONADOS. Después de todo, créame, no le suma sino más bien le resta méritos, servir de telonera de quienes cantan no a mujeres sino a “cachorritas”, en términos de “Sobeteame hasta el pana / mejor conocido como big macana.” Si se decide a hacerlo, muchos, muchísimas, nos regocijaríamos por el respeto al legado de comandante Chávez, la dignidad de la mujer venezolana y la soberbia lección de entereza que significaría.
¡Qué mala jugada eso de ponerla a alternar con Chino y Nacho! No hay forma de salir bien librada. Valdría la pena revisar quien programó el evento y bajo cuales criterios, poniendo a su padre en un aprieto ético, por quien es, lo que representa y por la manera resuelta en que ha enfrentado la conspiración fascista, algo que le agradeceremos eternamente.
En mis líneas, no entienda más que la elemental solicitud de un hombre de pueblo que confía plenamente en las reservas morales de la juventud venezolana, a pesar de los Chinos y los Nachos. Pienso, como el comandante Chávez, que nuestros jóvenes hoy "son los mejores de todas las generaciones venezolanas, que por estas tierras han pasado en 500 años de historia conocida." Y la incluyo a usted en esos mejores, Daniela, independientemente de que interprete mi sugerencia como un disparate sin el más mínimo sentido. Pero, ¿sabe? No lo es. Y si lo fuera, como dijo el poeta Valera Mora, “Sólo con disparates ideológicos se hacen revoluciones triunfantes.”
Cordialmente,
Arturo Ramos Rodríguez
P.S.: Dele mis saludos solidarios a su papá y dígale que no se embronque conmigo por haber publicado en Aporrea y Kaosenlared, que no soy de ultraderecha, ni “guerrero del teclado”, etc. etc. Lo ideal hubiese sido publicar esta carta en Ciudad Caracas (diario de la Alcaldía del Municipio Bolivariano Libertador) pero, de tan dedicado que está a la promoción del festival musical en ciernes, no hubiesen tenido espacio para este humilde servidor.
arturoramos1970@gmail.com

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