jueves, 20 de febrero de 2014

LETRA VEGUERA/ 
La hora loca
Federico Ruiz Tirado

Cuando este artículo esté  impreso y circulando en las páginas virtuales, vagando en las calles, quién sabe en qué estado estará el amasijo de violencia anidado en algunos lugares de Venezuela –porque si, como a esta hora en la que escribo, por ejemplo, los habitantes de Cabudare en el estado Lara continuaran para entonces en el apartheid que en el municipio demarcan las barricadas fascistas que Henri Falcón o el alcalde Barrera han impuesto, con ayuda de los medios privados para sembrar el terror psicológico y la matriz de una Guerra de Cien Días, que impediría el acceso de la gente a la ciudad de Barquisimeto-, entonces el título de esta crónica habría que cambiarlo, por sentido común, por algo así como: “¿Quién es el verdugo?”.
Ciertamente se han invocado muchas hipótesis, ideas, creencias y hasta investigaciones para escribir sobre lo que está ocurriendo desde el 12-F, día que MCM, LLópez y Ledezma anunciaron que “había que hacer arder cada rincón del país”. Fue un brote anunciado, como la lechina o el sarampión, que comienza con cierta piquiña. Y para mí, cosa que es como una suerte de drama mientras busco orilla en el sueño, es que existe –o existía- una caricatura de conciencia sobre la intencionalidad política de esas siniestras palabras. Hasta que por fin provocaron el incendio, y un muerto trae otro muerto y la cosa deja de ser un circo para convertirse en una tragedia de 24 horas.
Chévere: se entregó. Diosdado lo custodió, y será  asunto de estado, de política crucigramática, no sólo saber lo que va a ocurrir con este "ejemplar" del fascismo que es atleta, ama los perros, persigue a los chavistas, nada el Orinoco, iza su voz sobre la estatua de Martí, no le jala bolas a nadie porque es hijo de petroleros (por lo tanto se financia su guerra con la ayuda del sector financiero del país), controla paramilitares, sino también (por pura curiosidad) en qué términos  hablaron Diosdado y él mientras lo llevó en su  auto al sitio de "reclusión". ¿Se tutearon,  se cruzaron palabras, es "detenido" de cuidado? Se entrega, para sentirse protegido por el gobierno que pretende tumbar? ¿Para qué -y sobre todo quién- abre un paréntesis táctico? No olvidemos que un notable de la MUD dijo que HCR debe separarse de López porque éste tiene una agenda violenta, personal y no entiende los aciertos del gobierno. Aunque eso importe poco, vale decir que, aun preso,  López se apartó de HCR y de la MUD para posicionar su nombre, su agenda, su proyecto violento.

 ¿En manos de quién está la agenda del golpe suave?

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