miércoles, 14 de diciembre de 2011



El  Cocui que alumbra…


Una vez más, contra todas las dificultades,  las artesanías y productos del agave cocui, como  el bicuye y el cocuy de penca,    acompañarán la navidad y las fiestas de año nuevo de larenses y falconianos, en  una admirable  persistencia de las  tradiciones populares  que nos identifican y que han resistido por generaciones  las embestidas coloniales   iniciadas el  siglo XVI  y expresadas hoy  en  las tentativas de globalización del siglo XXI,   y que han pretendido, siempre,   avasallar y dominar a los usos y costumbres de  nuestros pueblos y naciones con  la imposición de valores foráneos que  afecten  desde la indumentaria,  la gastronomía, la religión  y las festividades  hasta la economía, la ética y los conceptos intelectuales.
Han transcurrido  más de 6 años   que la primera y fundacional  Asamblea Nacional, reformara estructuralmente la Ley de Impuesto sobre Alcohol y Especies Alcohólicas, para autorizar la producción artesanal de licores y bebidas alcohólicas autóctonas, provenientes de materias primas de origen vegetal, cultivadas en Venezuela, verbo y gracia, el nativo agave cocui, declarado también  en noviembre de  2005 como Patrimonio Natural, Ancestral y Cultural de Venezuela.
 Esa legalización,  concebida para beneficiar jurídica y económicamente  a  centenares de artesanos, campesinos, campesinas y unidades familiares de producción de Lara y Falcón y conquistada en el marco de una  fuerte batalla con empresarios, comerciantes  e industriales  que han monopolizado  la producción y comercialización de  licores,  aún no  traduce  esos beneficios a la realidad  cotidiana de los  pequeños productores.
Es importante recordar  que la Reforma de la Ley de Alcohol que permitió la producción artesanal de bebidas alcohólicas  autóctonas por personas y  organizaciones de la economía social en 2005, fue ratificada por Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Nº 5.618 del 03 de octubre de 2007, por el  Presidente de la República Hugo Chávez Frías.
Las finalización del año 2011 es propicio para realizar un breve balance de gestión; en ese sentido,  con la excepción de 8 afortunados artesanos falconianos , (en seis años) los  aproximadamente 350  productores artesanales de Lara y Falcón,  no han logrado  aún obtener los Registros y Permisos sanitarios y legales que expiden  el Ministerio del Poder Popular para la Salud y el SENIAT, negativa basada en la aplicación del ilegal y vencido Reglamento de la Ley de Impuesto sobre Alcohol de 1985 que entra en contradicción sustantiva con las Reformas estructurales de la Ley de 2005 y 2007.
Ese viejo Reglamento, decretado por el ex presidente Jaime Lusinchi en  julio de 1985, (que debió dar paso a uno nuevo  en correspondencia con las Reformas de 2005 y 2007)  favorece abiertamente  a los sectores empresariales y oligárquicos de la industria de licores y bebidas y proscribe la producción artesanal, sometiéndola a requisitos insalvables para los productores de la economía social. Esa circunstancia se ve agravada por el hecho de que las instituciones y funcionarios responsabilizados del acompañamiento financiero, técnico, sanitario  y social de la  tradicional economía endógena del cocuy , se rigen y aplican  el anacrónico Reglamento lusinchista, ignorando misteriosa y  obstinadamente  el mandato superior de las Reformas de  Ley.
Para sumar adversidades, las políticas públicas destinadas a la organización sustentable del sector artesanal cocuyero , sobre todo en Lara,  no derivan de un diagnóstico real de la situación  actual de productores y recursos,  o de un PROYECTO INTEGRAL DEL  AGAVE COCUI   que haya surgido de la interacción y consenso entre productores y funcionarios, sino que en dos oportunidades,  esas políticas se han impuesto desde arriba, con una agenda adelantada a “realazos” y con un acompañamiento institucional espasmódico y apresurado, que omite una gestión incluyente  domiciliada permanentemente en el hábitat de los productores artesanales.
Esa agenda oficial para el agave cocui,  acelerada hoy por la perspectiva de la posible exportación a Rusia, es irreal. No es posible una economía de exportación  sin resolver el nudo gordiano previsto en la Reforma de Ley para  la elaboración del cocuy: la repoblación de la especie. En efecto, durante muchos años , el agave cocui silvestre ha sido fuente o materia prima para todos los fabricantes, sobre todo para  los productores industriales del mal llamado  aguardiente de cocuy que han depredado y deforestado intensamente las reservas de  agave sin nunca reponerlo o resembrarlo. Por eso es imposible pensar en una exportación sostenida en el corto plazo ( los próximos 5 años). Los notables esfuerzos individuales de productores artesanales para cultivar algunas Has. de  agave cocui son  asaz insuficientes.  Sin embargo, la Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal devela una alternativa sustentable para la creación, en tierras baldías  del árido y  semiárido de Lara y Falcón, de Empresas   de Propiedad Social Indirectas  que adelanten  el financiamiento, siembra y cultivo intensivo, con la asesoría de  universidades regionales, de variedades de alto rendimiento y ciclo vegetativo más corto de agave cocui trelease. Esa es la base ineludible  para una gestión compartida entre Estado y Productores de una  economía del agave  cocui sustentable.
El segundo factor prioritario que deben  considerar las Instituciones Oficiales se refiere al necesario reconocimiento y protección  de la economía social y de los saberes populares, negados en  el  espurio reglamento “vigente”.  Registro y Permiso sanitario y Registro de Artesanos por parte  de Min Salud y Seniat para   Cooperativas y Artesanos,  apoyo técnico y financiero para la capacitación  y producción y exoneración de impuestos y alcabalas, son pasos necesarios de esa agenda   que acumula  6 años de rezago. Adicionalmente,  se debe  modificar la visión de  concebir a  cada fabricante artesanal como  a un  empresario capitalista en ciernes acuciado por el  afán de lucro, y no como   a un productor generador de impactos económicos y sociales colectivos.
Siembra,  repoblación sistematizada de la especie, regulación sanitaria y tributaria  de artesanos y  organizaciones productivas, financiamiento oportuno y diversificación de la producción,  son los elementos esenciales para diseñar y ejecutar una positiva gestión económica-social del agave cocui.
Equipararse  al tequila que se procesa industrialmente (con una historia registrada desde el siglo XVII) y que produjo en 2010 la cantidad de  257,4 millones de litros, exportando el 59, 1%, esto es, 152,2 millones de litros, es por ahora una utopía. Pero, competir con el mezcal, que se elabora artesanalmente en México, y cuya producción certificada por el Consejo Regulador del Mezcal el año anterior fue de 1 millón 532 mil litros ,  de los cuales exportaron 422.824 litros (27,5%)  es  un logro factible de emular  en un plazo entre 7 y 9 años,  de cumplirse los requisitos antes señalados, y basado en la probada  alta calidad del cocuy 100% agave.
Sin embargo, la exportación del cocuy supone alcanzar previamente un  reconocimiento y preferencia  interna como bebida nacional,  tal como lo expresara   el desaparecido y recordado productor artesanal caroreño  Don Hermes Chávez, cocuyero y comunista, al proponer declarar al cocuy de Venezuela como  brindis oficial en Embajadas, Consulados, Instituciones en  efemérides festivas dentro y fuera del país. Con  sentido de pertenencia e identidad. Como Dios y la Revolución mandan!!

ERICK ANTONIO JIMENO
Diciembre de 2011

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