miércoles, 23 de enero de 2013


Pildoritas 12 
Por: Saúl Molina Z 
Los revolucionarios en la calle y los herederos de la traición encerrados y huérfanos de pueblo

El 23 de enero hasta hace pocos4 años, era una fecha secuestrada por quienes, sin mover un dedo desde el exterior, regresaron como héroes, a recoger la semilla sembrada por los verdaderos protagonistas que aquí le colocaron el pecho a las balas exponiendo su vida, para sacudirse el yugo de una dictadura de 10 años, protegida por el imperio, mientras le convino.

Esa fecha que durante 40 años de otra dictadura disfrazada de democracia, que nada tuvo que envidiarle a la derrocada, pues con ella aumentó el hambre, la exclusión, el alto costo de la vida, la desnutrición es decir el deterioro de todo lo que el hombre necesita para llevar una vida medianamente acorde con su condición humana, pero además en donde se multiplicaron las desapariciones, los asesinatos políticos, se hizo famosa la frase “disparen primero y averigüen después” y sucedieron hechos que marcaron la historia de este país como el carupanazo, el porteñazo, el caracazo y los más recientes que dieron origen al advenimiento de esta época que vivimos desde hace 14 años, en que no sólo se reivindica la fecha en que el dictador huyó despavorido, sino que se confirma una vez más la traición de que fue objeto el pueblo, con esa especie de pacto satánico llamado “puntofijismo” en el que se inició una era de entrega de nuestras riquezas al imperio, y se comenzó la caída libre y el atraso acelerado, de una patria que pudiera a estas alturas, ser una potencia capaz de codearse con cualquier otra de las que hoy son factores de la dominación mundial.

Afortunadamente “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”, Dios no olvidó este pueblo y consciente de que la mala gestión de sus gobernantes, el poco aprovechamiento de los inmensos recursos que nos regaló y el inexplicable arrodillamiento ante potencias extranjeras, no era culpa del pueblo, nos bendijo una vez más enviándonos a un verdadero héroe como aquel primero Bolívar reconocido continentalmente, pero este en el siglo XX, que vino con un discurso perfectamente adaptado a la esencia popular y logró con una sola frase “por ahora”, que inmensas multitudes le siguieran hasta llevarlo a ocupar la más alta posición nacional para que desde allí abriera las anchas alamedas, por las que pudieran transitar los siempre olvidados, hacia un mejor destino que hoy derrotando una y otra vez en todos los campos y escenarios a los traidores , unos, y herederos otros, del espíritu de aquel 23 de enero de 1958, tiene 14 años sobre los hombros de su pueblo y entregado a él de tal manera, que hasta su vida, como ahora mismo sucede, ha puesto en peligro por tanto amor con el que ha inundado los corazones de las grandes mayorías.

Su obra es inigualable e incomparable, no sólo con acciones tendentes a mejorar sustancialmente la calidad de vida de los siempre olvidados y excluidos, a través de las envidiadas misiones que cubren todos los ámbitos de las necesidades del ser humano, sino con el uso de un verbo que nada tiene que envidiarle al que es fuente de la que bebemos todos los cristianos en el evangelio, cada frase, cada discurso, es una enseñanza que ha logrado trasformar el comportamiento de un pueblo que por él ha aprendido a empoderarse de lo que es suyo y le habían arrebatado, y a conocer sus derechos pero también sus deberes para con su familia, su comunidad, a reconocer los valores de solidaridad, equidad, corresponsabilidad y amor por los demás, que son bases de lo que ya es bandera de este pueblo y que conocemos por la boca de nuestro líder como socialismo del siglo XXI,

Así pues que si en la oportunidad de conmemorar aquella fecha histórica pero manchada por quienes engañaron al pueblo, hacemos un balance habrá que concluir que si no hubiese sido por el 02 de febrero de 1992, como consecuencia de los hechos previos que obligaron al pueblo a tomar las calles con resultados cruentos y abortados por la fuerza de las balas, pero que sembraron en el alma de jóvenes militares la resolución de, incluso a costa de su vida ,salir una madrugada a reivindicar al pueblo del que ellos venían, y a pesar de no lograr el triunfo en el campo de batalla, los objetivos perseguidos como el hoy jefe de la Revolución anunció, sólo 4 años después se vieron cristalizados y hoy podemos afirmar que el 04 de febrero sirvió para despojar de las manos manchadas de sangre inocente de quienes se habían apropiado, de los resultados de aquel 23 de enero de 1958, del verdadero espíritu de aquella fecha que hoy conmemoramos, con los revolucionarios en la calle, y los herederos de la traición encerrados y huérfanos de pueblo.

saulmolina2006@gmail.com

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