23 de Enero. Julio Escalona
Enero 23
Julio Escalona
Sin la huelga universitaria del 21 de noviembre de 1957 no se hubiese facilitado el levantamiento militar del 1° de enero de 1958. Sin esos hechos no se hubiese precipitado el 23 de enero. Se me encomendó a través de Moisés Moleiro, enlace con la dirección de Acción Democrática (Rómulo Henríquez fue expulsado del país y Américo Martín detenido), coordinar, junto con Antonio Urbina, de la Juventud Comunista, acciones de calle preparatorias de dicha huelga y la huelga misma.
La huelga universitaria culminó con brigadas de estudiantes en los barrios, las plazas… Me tocó participar con Adícea Castillo en el alzamiento militar del 1° de enero en Maracay. Seguí coordinando acciones hacia la huelga general del 21 de enero y la lucha de barricadas en el centro de Caracas, que continuó el 22 en los barrios. Esa noche con Fernando Soto llegué a Los Magallanes de Catia. De ahí salí en la madrugada del 23 de enero en una caravana a tomar la Seguridad Nacional.
La democracia puntofijista no comenzó el 23 de enero. Rómulo Betancourt, líder de esa democracia, facilitó la prolongación de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Saboteó la unidad de AD con el PCV, con aventuras golpistas fue destruyendo el movimiento popular, a Acción Democrática y fue responsable de la muerte de Leonardo Ruiz Pineda, Alberto Carnevali y oficiales como Wilfrido Omaña. El Puntofijismo se impone el 7 de diciembre de 1958 con el triunfo electoral de Betancourt, culminación de la primera gran derrota del movimiento popular que derrocó a Pérez Jiménez. Teníamos 20 años entonces.
Entre ambas fechas, Venezuela vivió una democracia directa. Cuando los coroneles Abel Romero Villate y Roberto Casanova aparecieron en la Junta de Gobierno que sustituyó a Pérez Jiménez, el pueblo impuso su voluntad en la calle. La izquierda lanzó la consigna “Civiles a la Junta” y no luchó por la entrada de dirigentes como Fabrico Ojeda, y aceptó a los empresarios Eugenio Mendoza y Blas Lamberti. Errores de l958 y los años 60 viven aún.
Rindo homenaje a mis compañeros del 58 que ya no están, nombrando a Simón Sáez, Moisés Moleiro, Mariano Rocha y Antonio Urbina.
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