HORA DE CAMBIOS

Amábilis Cordero: Un apasionado larense precursor del cine nacional

El cine venezolano tiene una legión de apasionados precursores. El larense Amábilis Cordero (1892-1974) es uno de ellos. Su primera película, Los Milagros de la Divina Pastora, estrenada en 1928, constituye parte del grupo de primeras imágenes en movimiento que se conocen de la cinematografía nacional.

Isabel Caroto, directora del mediometraje Amábilis Cordero: Pionero del cine nacional (2008), señaló que la película de 1928, así como otras cintas estrenadas por Cordero en los años 20 del siglo pasado, “ha sido un aporte extraordinario a la historia del cine nacional”.

Caroto dijo que Amábilis Cordero es “uno de los primeros venezolanos que hizo cine documental prácticamente, cine publicitario, además hizo su primera película de ficción en 1928″.

Agregó: “El cine nacional como género nació con más fuerza en el estado Lara por los aportes que hizo Amábilis Cordero, así como el equipo que lo acompañó, incluida su esposa Carmen, que era montadora, editora, vestuarista y actriz”.

Este larense, fundador de los Estudios Cinematográficos Lara a principios del siglo pasado, es probablemente uno de estos pioneros poco visibilizados aún por la historia del cine.

Se trata de un personaje nacido en un apartado pueblo del estado Lara a finales del siglo XIX, quien se hizo precursor de la imagen en movimiento a pura fuerza de amor, perseverancia y pasión por este arte.
De Manuel Trujillo Durán a Amábilis Cordero

Amábilis Cordero nació en Duaca, la capital del municipio Crespo, localizada a 30 kilómetros de Barquisimeto, aproximadamente. En aquella época esta ciudad era un apartado y casi inaccesible poblado rural larense como la casi totalidad del territorio venezolano de finales del siglo XIX y principios del XX.

Cordero se inició como fotógrafo a los 28 años. No obstante, mucho antes de llegar a esta edad la inquietud por aquel maravilloso invento de los hermanos Lumiére en Francia, en 1895, avivaba su imaginación.

Cuando los hermanos Auguste y Louis Lumiére difundieron en Europa las primeras imágenes en movimiento a través de un proyector, como la famosa Llegada del tren, en 1895, Amábilis daba sus primeros pasos como niño en aquel apartado caserío larense.

Cinco años tenía cuando Manuel Trujillo Durán proyectó en el Teatro Baralt, de Maracaibo, las primeras imágenes de cine de la cual se tienen conocimiento en Venezuela.

Estas cintas, Muchachas bañándose en la laguna de Maracaibo y Especialistas sacando muelas en el gran hotel Europa, proyectadas el 28 de enero 1897 en el famoso teatro marabino, constituyen una razón por la cual se celebra este lunes el Día Nacional del Cine.

Amábilis creció, se desarrolló y maduró como hombre observando el progreso del nuevo invento y la consolidación de otro maravilloso hallazgo: la fotografía.

Isabel Caroto resaltó que este pionero de la cinematografía nacional “estudió cine por correspondencia”. Antes, un amigo suyo, Jesús González, le mostró los encantos de la fotografía.

En 1920, de hecho, se inició como fotógrafo. En esta década instaló un estudio de fotografía en el centro de Barquisimeto.

Su solvencia económica, producto de los éxitos económicos de su familia y del suyo propio, le permitió comprar varios equipos en el exterior con los que filmó sus primeras películas.

En esta década también fundó Estudios Cinematográficos Lara, a través de cual produjo sus películas. Este centro se convirtió años más tarde en la primera Escuela de Cine del estado Lara.
La Tragedia de la Escuela Wohnsiedler

En 1928 estrenó su primera película, Los milagros de la Divina Pastora, que trató del culto religioso más importante de la entidad larense y uno de los más resaltantes del país, así como de América Latina: La procesión de la virgen Divina Pastora.

Esta cinta mostró la peregrinación de la virgen que se cumple todos los 14 de enero desde el pueblo de Santa Rosa a la Catedral de Barquisimeto, un recorrido de siete kilómetros y medio con la virgen sobre los hombros de su pueblo.

Esas son las primeras imágenes en movimiento que se conocen de la procesión de la Divina Pastora, captadas por Amábilis Cordero en su primera película documental.

El director del Cine Club Charles Chaplin, de Barquisimeto, e integrante del centro cinematográfico Iribarren Films, Juan Luis Rodríguez, señaló que ese mismo año Amábilis Cordero estrenó su segunda película, esta vez de ficción, llamada La cruz de un Ángel.

Rodríguez dijo que “se trataba de una especie de película de vaqueros con bandidos a caballo, hijos pródigos, padres intolerantes y un final feliz”.

Agregó que en 1931, ingresando ya al campo del periodismo audiovisual, filmó la primera tragedia aérea en Barquisimeto. Dos años más tarde, en 1933, hizo la película La Tragedia de la Escuela Wohnsiedler.

Se trataba de un caserón de Barquisimeto hecho de viejos adobes que se derrumbó y causó la muerte de siete niñas, quienes no pudieron salir de las aulas siniestradas.

Rodríguez explicó que en la película se reconstruye el suceso entre los escombros y el polvo al tomar escenas que prosiguen al majestuoso entierro de las víctimas. También hizo noticieros y comerciales.
Amábilis Cordero: Pionero de la docu-ficción

Isabel Caroto resaltó que Amábilis Cordero “es uno de los iniciadores del género audiovisual docuficción, en el que se combinan los hechos reales que muestra el documental y los hechos recreados de la ficción”.

Este género es utilizado en la actualidad, con mucha frecuencia en las televisoras por cables, dedicadas a áreas específicas del género audiovisual como Discovery, History e Infinito, entre otros.

Recordó que, cuando la tragedia aérea que filmó en 1931, Amábilis captó imágenes del avión, luego de estrellarse, pero en la película también recreó el dramático suceso.

Algo similar sucedió con el incendio en la Escuela Wohnsiedler de Barquisimeto, donde murieron quemadas siete niñas. Amábilis “recreó en la ficción y también mostró imágenes reales de la escuela quemada”.

Amábilis Cordero no solamente es un pionero del cine nacional, tanto del documental como de la ficción. También es un precursor de periodismo audiovisual en Venezuela. Su pasión por la imagen lo llevó a convertirse en uno de los precursores del cine nacional.