EEUU concibió y ejecutó planes de distintas índoles para llevar a cabo sus planes expansionistas de dominación y sojuzgamiento de las naciones, además de Golpes de Estados, en el menú aparecen magnicidios brutales pero también los hay menos brutales pero el propósito es el mismo: asesinar o inducir a la muerte de líderes y lideresas de cualquier latitud.
Los países imperiales son así en su naturaleza: brutales y sedientos de poder imperial.
La aseveración de Henry Kissinger –secretario de Estado para la época- ante la alta conflictividad de Latinoamérica en los años 60 – 70, sentenció que “es preferible matar al guerrillero en el vientre que tener que irlo a buscar en las montañas”, de allí que para el caso de Venezuela a través de las ONG de carácter “religiosa” infiltradas en las fronteras nacionales “facilitaron” el consumo de productos alimenticios traídos del norte para experimentar en esterilizar -sin consentimiento algunos de las personas y a espalda del conocimiento de los gobiernos- a nuestras indígenas y es posible que en zona urbanas también, hay evidencias que también lo hicieron en otros países de la región con población indígena y negra.
Recientemente sale a la luz pública los experimentos en Guatemala para inducir, de forma colectiva, sífilis y gonorrea en la población.
En Cuba diseñaron guerra bacteriológica y más de 600 intentos de asesinatos contra el líder de la revolución, hasta una pelota de béisbol para Fidel con una micro puntilla para contaminarlo, lapiceros, tabacos, hasta un aerosol fueron capaces crear en sus laboratorios universitarios y empresas del ramo para que el líder cubano perdiera la barba, el cabello y todo vestigio de vellos de su cuerpo.
Recientemente circuló una información que tienen en experimentación –hasta donde se sepa- alterar los gustos sexuales de soldados de ejércitos adversarios y / o enemigos y compulsarlos por efectos contaminantes hacia el atractivo y tener intimidad con personas del mismo sexo en pleno escenario de combate.
Toda esta utilización de la ciencia con propósitos perversos da a pensar en reconsiderar el consumo de productos alimenticios, farmacéuticos, de higiene personal y cosméticos que proviene “del norte revuelto y brutal”.
La obesidad inducida de niños y adolescentes por las cadenas de comida rápida, altos índices de colesterol, diabetes juvenil, entre otras consecuencias. Los juguetes de aparente desarrollo intelectual en niños y adolescentes están individualizados que los conducen a aislarse del resto, minimizando el desarrollo del habla resultado del contexto social y la inhabilitación de la capacidad psicomotriz de un niño o de un adolescente que están en pleno desarrollo.
Ya las damas latinoamericanas están viviendo crisis depresivas por la mala calidad de implantes franceses que originan cáncer en sus glándulas mamarias.
Se comenta en pasillos, en gimnasios y en consultorios de urología que productos que vienen en inglés para aumentar masa muscular y diseñar cuerpos atléticos están dejando impotentes a más de uno. En el caso de las mujeres, tienen como consecuencia, desgano por la relación intima.
Las redes sociales mal utilizadas están dando sus frutos: secuestros, muertes, frivolidad, superficialidad espiritual, densidad de información sin selección de las mismas que es equivalente a no estar informado, entre otras afectaciones.
E inclusive, hay “películas del gran cine” que generan graves crisis depresivas en la audiencia que les inducen al suicidio y generan también altas dosis de agresividad, puesto que inoculan la desesperanza y altos grados de ansiedad y vacío espiritual e insondables niveles de incertidumbres, formando a la postre, desvaríos emocionales y adicciones a esas expresiones psicóticas o sociópatas investidas de arte.
Viene la pregunta: ¿cómo y de qué manera exterminaron a los y a las indígenas del oeste “americano”?
Hay que tomar las previsiones.
Facebook / Gaspar Velásquez Morillo
@gasparvelasquez
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