DE LA TORRE DE BABEL AL INTERNET.
Mundo Iribarren.
“En un principio el verbo se hizo carne” Así comienza afirmando el primer libro que se imprimió en el Mundo. Es decir la palabra que ya era, que ya existía se convirtió en pies, en manos, ojos, boca, deseo, hambre, amor, arte, lucha….gente.
Con la aparición del hombre sobre la tierra, la vida se convierte en concepto. Todo se llama, todo tiene su nombre y creamos a Dios a nuestra imagen y semejanza. O sea: hablador, dicharachero, luchador, generoso, mezquino y gozón al mismo tiempo.
Para “El Guatu” en “la Fe”, una de las tres esquinas teologales donde colindan las Parroquias de San José y Altagracia, en la querida ciudad de las tres ases, para que existiera Dios tenía que ser ante todo, alto pana.
La Biblia es, junto con El Capital y Don Quijote de La Mancha una de las grandes obras en el mundo de las que muchos hablamos y casi nadie ha leído verdadera y completamente.
Es de suponerse que sería sencillo para Gutenberg decidir cuál sería el primer libro que se imprimiría en la tierra. Siendo el cristianismo al que el esforzado inventor alemán le diera todo el reconocimiento, convirtiéndolo sin saberlo en paradigma, en corpus moral y ético del naciente capitalismo. De hecho el pobre herrero fue dejado en la ruina por el prestamista que le financiaba el invento en vísperas de verse coronado con el éxito y las primeras decenas de Biblias impresas, fueron vendidas como pan caliente entre los grandes personeros de la jerarquía católica. El nobel producto ostentaba así, el sello de la civilización occidental cristiana.
El cristianismo se había ganado ese lugar a sangre y fuego. Bien atrás habían quedado los tiempos de romántica clandestinidad, de los correajes, las conchas y las caletas entre las catacumbas, de los mártires en el circo romano, cuando eran devorados por los tigres ante el orgiástico alborozo de multitudes de paganos borrachos. Para luego, una vez depurados y enseriados por las turbias y truculentas mieles del poder medieval aplicar ellos ahora las más feroces torturas, persecución y muerte a quienes no se plegaran a sus absurdos y frecuentemente equivocados designios. Que de paso eran Divinos. Por eso se lo ganó; porque demostró abundantemente ser la ideología espiritual más acorde con la nueva sofisticada, perfeccionada y tecnificada forma de explotación de las mayorías populares. No en balde ostenta el indiscutido honor de ser la ideología espiritual del más grande genocidio de la historia como lo fue la conquista de América y con ello los servicios prestados a la acumulación originaria de capital.
La Biblia adquiere así el indiscutible sello de identificación con la civilización occidental y paradigma del capitalismo naciente, nada menos que mediante el revolucionario invento de la imprenta, punto de partida para la más radical transformación de lo que ha sido la comunicación social sobre el planeta tierra.
II
Una de las muchas historias de la Biblia se refiere al llamado Diluvio Universal. Hecho ocurrido hace mucho tiempo en la tierra, cuya veracidad podría deducirse de que es reseñado por indistintas cosmogonías y libros sagrados de diferentes religiones y latitudes geográficas. De hecho se encuentra entre otros en el Popol Vuh o Libro de la Comunidad de los Mayas, redactado desde tiempos de la Abya Yala precolombina.
El posible fenómeno cosmológico es atribuido en la Biblia a la ira de Dios. Ejemplar castigo a una humanidad pecadora la cual, en consecuencia es arrasada bajo las aguas. Sería de dudar que para aquellos tiempos hubiese desarrollado el hombre tan formidables métodos de destrucción del medio ambiente como los que ostenta hoy en día, como para parangonar los desastres naturales que ocurren hoy con aquellos ocurridos en el pasado lejano.
Y aquí aparece nuevamente la palabra, ya no como instrumento, sino como protagonista de la historia. Los hombres mosqueados por el recuerdo reciente del terrible suceso que cual barbarazo acabó con todo, emprendieron la titánica tarea, como todos sus proyectos importantes, de construir una torre tan alta que ningún diluvio de volver a ocurrir pudiera alcanzarlos. Según la Biblia semejante pretensión indignó profundamente a Dios quien consideró que los hombrecitos estaban pretendiendo llegar al cielo con piedras y ladrillos y no después de muertos y de haber sido muy bien comportados y obedientes. Y decidió sabotearles la obra ahora no con rayos, centellas ni cataclismos, sino sembrándoles la confusión, generándoles la incomunicación. En un determinado punto los hombres fueron dejando de entenderse, las palabras que se decían eran incomprensibles entre unos y otros, produciéndose tan grande caos que hasta allí llegó el trabajo. Quedando por un buen tiempo allá en Babel o Babilonia, los restos del intento de fabricar una torre para llegar al cielo. Y a partir de ese momento comienza la inmensa variedad de idiomas, léxicos y dialectos que existen y dan variedad, sabor y versatilidad a la civilización humana.
III
El hombre no se amilanó para nada con los desastrosos resultados del proyecto Babel y seguimos intentando de una forma u otra llegar al cielo. Cuando no nos estábamos matando unos a otros, hacíamos los más gigantescos esfuerzos por comunicarnos, buscando las mil formas de continuar construyendo nuestra torre.
“Lo importante es ante todo aprender a estar de acuerdo” dijo un día el camarada, poeta y dramaturgo alemán Bertolt Brecht. La imprenta le dio cohesión ideológica a la urbe, convirtiéndose el periódico según Jean Marie Domenach en la plegaria cotidiana del hombre moderno. Desde entonces la espiral ha sido vertiginosa hacia los confines del universo, muy, pero muy lejos todavía, pero hacia allá vamos en una carrera que como el universo mismo es infinita.
La humanidad ha sido protagonista, con mayor intensidad en el pasado siglo XX, del colosal desarrollo y evolución de las fuerzas productivas y con ellas de los grandes sistemas de comunicación. Los cuales pasaron rápidamente de ser meros medios informativos a implacables herramientas para la dominación de las grandes mayorías. La prensa, el cine, la radio y finalmente la televisión, en especial esta última, se convirtieron en omnipotentes medios para el sometimiento de los pueblos y en consecuencia instrumentos fundamentales del sistema capitalista, ahora en su fase superior ¿y última? imperialista.
Pero las conciencias de los hombres vuelan más alto que las ondas hertzianas y cuando despegan no existen formas de controlarlas. La revolución Bolivariana en Venezuela sorprendió a la historia y al mundo como el primer pueblo que masiva y mayoritariamente se zafa del inmenso poder de la dominación mediática. Ya hoy en día se trata de un fenómeno protagonizado por multitudes a nivel mundial. En la tan corrupta institucionalidad gubernamental italiana, la justicia tiene en la picota a “il cavaliere Berlusconi” por sadicón y depravado. Lo cual viene a cuento por ser propietario del más grande poder comunicacional de Italia, manteniéndose en base a esto desde hace mucho tiempo como gobernante de ese país de la Unión Europea.
IV
Pero realmente cuando “se vuelan los tapones” es con la aparición del Internet, la gran red de redes. En unos pocos años, desde las dos últimas décadas del siglo XX comienzan a interconectarse entre si a varias computadoras. De pronto perplejos abrimos los ojos y todo el orbe estaba cubierto completamente por estas redes de intercomunicaciones. El planeta entero y quién sabe hasta dónde más.
La computadora pasa a convertirse en artículo de primera necesidad, indispensable al igual que la nevera y la cocina en cada casa. El internet potencia al infinito las manifestaciones del ser humano, las buenas y las malas, convirtiéndose en prodigioso instrumento para la comunicación humana, la instrucción, el arte, la cultura, el humor, la revolución. El internet abre la posibilidad de recuperación de la comunicación epistolar ya casi perdida en los últimos tiempos, producto de los avatares de la vida moderna y de las deficiencias del sistema postal en muchos de nuestros países.
En los albores del siglo XXI aparecen el Twitter y el Face book acertadamente definidas como “Redes sociales” Varios millones de usuarios participan en Twitter por el mundo en una dinámica comunicacional sorprendente, número que crece día a día, creándose infinitud de corrientes, tendencias y adherencias a gran velocidad.
Según el periodista español Pascual Serrano en su artículo: “La verdad de Face book” esta es una red social con sorprendentes niveles de participación, especialmente entre los jóvenes. Ocho de cada diez estudiantes universitarios en Norteamérica tiene su cuenta en Face book, siendo el más popular entre los jóvenes de ese país entre los 17 y 25 años. Su participación mundial se ha cuadruplicado en el último año, lo que habla de la impresionante rapidez de su crecimiento.
Sin embargo esta Red Social ha sido calificada por investigadores como el escenario para el espionaje más grande de la historia de la humanidad. Según Serrano al hacer “clic” en el cuadro “acepto” del contrato, los usuarios otorgan a Face book la propiedad exclusiva y perpetua de absolutamente toda la información e imágenes que publican, aún después de retirarse o de la muerte del usuario. Siendo la comercialización y venta de esta inmensa data, la fabulosa fuente de ingresos económicos para un servicio que se presenta como gratuito para los millones de usuarios.
Sin embargo en base a observaciones absolutamente empíricas me atrevería a aseverar que es significativa la forma como han dejado de ver la televisión los niños y adolescentes por estar absorbidos en el chateo entre los panas. Llegan a ser varias horas sencillamente comunicándose. ¿Qué se comunican? ¿En qué consisten estos intercambios? Vaya usted a saber, lo que sí es cierto es que con estas dinámicas dejan de ser receptores meramente pasivos de un centro que dimana y que domina para convertirse en elementos activos creadores de su propia realidad. Y de allí pueden salir muchas cosas.
V
La red de redes del Internet guarda en sus entrañas un profundo contenido revolucionario. De todos los mecanismos creados por el capitalismo que finalmente se han de revertir contra su dominación y existencia, el Internet estoy seguro ya es uno de ellos. Es un sistema de interconexiones imposible de controlar por completo, en el que pese a los diferentes mecanismos intentados para su control, son cada vez más los recovecos y senderos para el libre tránsito del mensaje liberador y movilizador, para la unidad y coordinación, para la convergencia insurgente y subversiva. Aunque hay que reconocer también el vigoroso uso que se le da para grandes campañas mundiales contra le revolución y la liberación de los pueblos.
El Gobierno Bolivariano de Venezuela está colocando una computadora en las manos de cada escolar, así como un fusil en cada hombro del pueblo y una estrella en cada frente, para hacernos un pueblo armado, un pueblo preparado.
Le estamos tendiendo la mano a Cuba socialista para comunicarla con el mundo a través de un cable interoceánico que entre otras cosas incorporará a los hermanos cubanos definitivamente a la era de la internautica. Lo cual es uno de los más duros golpes que la solidaridad de los pueblos de nuestra Patria Americana le damos al imperialismo El cielo que idílicamente intentábamos alcanzar en el relato bíblico de Babel, lo construiremos acá en la tierra los humanos, con torres como Internet y muchas otras y siempre con la palabra hecha carne, idea, libertad, revolución.
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