domingo, 13 de agosto de 2017

Fernando Pérez
Cortesía del autor para la Revista Caracola
Cuando las bombas teledirigidas hacia Petare para neutralizar la resistencia a la invasión fallen unos centímetros y caigan en La Urbina. 





Cuando las bombas que deberían caer en fuerte Tiuna y las Mayas por un margen de error caigan en Cumbres de Curumo, Santa Mónica, San Antonio de los Altos. Cuando las bombas que deberían caer en la Pastora, en Sarria por el factor viento y por la ley de masa y aceleración caigan en San Bernardino, en la Av. Panteón. Cuando el fuego amigo impacte a Montalbán por que las montañas no dejaron caer todas las bombas en Antímano y Caricuao. Cuando la estrategia militar de EEUU decida destruir los embalses como la Mariposa, la Pereza y las plantas de bombeo del sistema Tuy para someter a los rebeldes. Cuando los US Marines decidan romper las líneas de abastecimiento para neutralizar la capacidad de respuesta de su enemigo destruyendo aquella autopista que gracias a Dios pudo culminar Pérez Jiménez llamada Francisco Fajardo, aislando a Petare, Prados del este, Las Minas, la Trinidad, Caricuao, Montalbán, Antímano, Vista Alegre, etc. Cuando la flota de la libertad le dé en la madre al complejo generador de Tacoa, para dejar a oscuras a la resistencia del réeeeegimen. Cuando las bombas dirigidas a Palo Negro se pasen por unos centímetros de su objetivo y caigan en las Delicias y San Jacinto. Cuando los US Marine a paso redoblado entren a su casa preguntándole en perfecto castellano ¿usted ser chavista? y usted con su aspecto mestizo le diga en perfecto inglés: “ay lov iu es ei”, ¿usted cree que el US Marine va creerle, cuando pudiera estar rumbeando en Miami, en vez de estar en SUD-América esquivando las balas del régimen comunista?

Cuando nos quedemos sin alimentos, sin agua, sin electricidad, sin carreteras, no por negligencia de los políticos sino porque desaparecieron las infraestructuras que sustentaban nuestra calidad de vida. Cuando nos quedemos sin aire para respirar por el gas mostaza y otros venenos. Cuando buscando a nuestros familiares desaparecidos, sin derecho a protestar, encontremos consuelo en el paisano chavista u opositor. Cuando tengamos a un US Marine armado hasta los dientes patrullando en su Hummer blindada nuestras calles imponiendo un toque de queda, cuando chavistas, opositores y ni ni convivamos en una carpa o en una vivienda abandonada que sobrevivió al bombardeo, teniendo que recurrir a la invasión de esa casa ¿que pena con los dueños, verdad? (sarcasmo), teniendo que ser refugiados en nuestro propio país, sobreviviendo como lo harían los delincuentes que tanto detestábamos robando y jodiendo a otros, tal vez cuando ese día llegue, ya que por lo visto muchos desean que llegue ese día, cuando eso ocurra tendremos conciencia de lo que vivieron nuestros indígenas hace 500 años atrás, tendremos conciencia del espíritu de libertad de Miranda, de Bolívar, de Páez, de Ribas, tendremos conciencia del concepto de PATRIOTISMO que por 14 años nos vendió Chávez, tal vez si eso ocurriera descubriríamos lo privilegiados que somos de poder denominarnos VENEZOLANOS. Muchos dirán que escribo pura paja, bueno mi referencia más cercana a Venezuela es el 20 de Diciembre de 1989, cuando el cielo panameño resplandecía en la mitad de la noche y aun hoy casi 30 años después se pueden ver las cicatrices en poblaciones como Colon, en las poblaciones aledañas a Ciudad de Panamá, sitios que parecieran congelados en el tiempo y que seguramente muchos RASPA CUPOS tuvieron la oportunidad de ver, ¿si los dejaron salir a pasear? (sarcasmo), los alrededores de la zona libre de Colon muestran cicatrices elocuentes de lo que se vivió esa noche del 20 de Diciembre de 1989, en realidad lo venezolanos podemos ser tan imbéciles y endorracistas, que necesitamos que un tercero nos resuelva los problemas que nosotros mismos generamos.

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