domingo, 4 de diciembre de 2011


Luis Britto García
AMÉRICA LATINA YA NO ES PATIO TRASERO DE NADIE
¡Una Comunidad de 33 países latinoamericanos y del Caribe! ¡Una alianza de 540 millones de personas sobre 20 millones de kilómetros cuadrados! ¡Una unión regional que posee los mayores recursos naturales del mundo! ¡Una hermandad de pueblos con una sola religión sincretizada mayoritaria y dos lenguas predominantes, sin insalvables diferencias culturales! ¡Una fraternidad sin la tutela de Estados Unidos! ¡Un millar de tareas en el camino de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños hacia la culminación de nuestra Independencia!

EN LO ECOLÓGICO Y TERRITORIAL
Concluir un censo integral de la biodiversidad y recursos de la región y fijar los límites para su explotación. Declarar reservas forestales y aguas bienes del dominio público no susceptible de privatización Ni explotación. Anular las concesiones extranjeras, expulsar industrias predatorias y contaminantes y promover el control nacional de las empresas que extraigan y transformen recursos naturales y desarrollen fuentes alternativas de energía renovable. Limitar o erradicar agrocombustibles. Excavar un segundo canal interoceánico bajo control regional, integrar en una sola arteria fluvial los grandes ríos suramericanos, aprovechar a plenitud el potencial hidroeléctrico, concluir la red ferrocarrilera que comunique todos nuestros países. Adoptar políticas comunes para contrarrestar el cambio climático y enfrentar los desastres causados por él.

EN LO SOCIAL
Aunar esfuerzos para acabar con la pobreza y disminuir la desigualdad. Reforma Agraria integral y control social sobre la tierra dirigidos a obtener la soberanía alimentaria y combatir la crisis mundial de alimentos. Desarrollar políticas poblacionales y abrir oportunidades que eviten a los pueblos la migración forzosa a las urbes y al exterior. Proteger formas de producción tradicionales. Promover la desconcentración urbana mediante centros de desarrollo alternativos y técnicas de gerencia a distancia. Humanización de las ciudades. Reconocimiento e institucionalización de los Movimientos Sociales.

EN LO ECONÓMICO
Reformulación de los parámetros del Desarrollo en función de la sustentabilidad y renovabilidad. Apertura e intensificación de las relaciones e intercambios comerciales hacia Asia, África y el Pacífico. Revisión y cesación colectiva de pagos de la Deuda Externa.Fortalecimiento y extensión de alianzas comerciales internas, con exclusión de los países que tengan Tratados de Libre Comercio con potencias foráneas, y denuncia de estos acuerdos. Nulidad de los Infames Tratados contra la Doble Tributación, que inmunizan a las transnacionales contra los impuestos. Sometimiento de las maquilas a las leyes y derechos laborales locales. Iniciativas para el progresivo control social de industrias básicas y estratégicas. Lanzamiento del SUCRE y del Banco del Sur. 

EN LO POLÍTICO
Recuperación plena de la soberanía territorial, legislativa, judicial y administrativa disminuida por tratados y acuerdos internacionales. Democracia social y económica participativa. Armonización entre movimientos sociales, partidos y Estados. Prohibición de subsidios foráneos a organizaciones políticas y de entes financiados por ellas. Informatización del Estado para garantizar que la información esté disponible para administradores y ciudadanos y que la mayoría de los trámites puedan ser cumplidos a distancia. Reconocimiento del derecho del Estado a intervenir en cuestiones económicas y sociales, proteger las industrias y regular y controlar al capital financiero. 

EN LO ESTRATÉGICO
Declaración de América Latina y el Caribe como Zona de Paz. Presión colectiva para el retiro de las bases militares de Estados Unidos. Exigencia del cese de los sobrevuelos por naves militares foráneas. Exclusión de flotas militares extrañas a la región en nuestros mares territoriales. Refuerzo de la seguridad informática y creación de redes regionales independientes fundadas en el software libre. Denuncia del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca y sustitución por pactos mutuos de no agresión, solución pacífica de los conflictos, y respuesta colectiva a las agresiones de potencias externas. Acceso para todas las clases a la carrera militar. Milicias populares. Formulación de doctrinas y planes de guerra popular de resistencia, guerra asimétrica y conflicto de baja intensidad. Creación de industrias propias de implementos defensivos. Desmantelamiento del narcotráfico clausurando las vías de transferencia a Estados Unidos y Europa, los principales financistas y consumidores del planeta.

EN LO CULTURAL
Revisión y divulgación de nuestra Historia mancomunada. Libertad y fomento de la circulación de bienes culturales entre nuestras repúblicas. Rescate, preservación y enaltecimiento de nuestro patrimonio cultural. Desarrollo de políticas para eliminación definitiva del analfabetismo, gratuidad de la enseñanza en todos sus niveles, sistemas masivos de educación a distancia y normas integrales de validación y reválida de estudios. Rescisión de todos los acuerdos y tratados mediante los cuales Estados Unidos y Europa ejercen influencia o control sobre los contenidos y métodos de nuestros sistemas educativos y de investigación. Orientación de la investigación académica y científica hacia nuestros problemas regionales. Protección para la música, la cinematografía, la televisión producidas en la región. Red de agencias informativas regionales. Rigurosas normas de responsabilidad social para los medios de comunicación. Multiplicación de emisoras libres, alternativas y de servicio público con alcance continental. Creación de redes de Institutos de Estudios Latinoamericanos y del Caribe. 

EN LO INTERNACIONAL
Un mecanismo de unión no opera por sí mismo los milagros que requiere un mundo. No repitamos las experiencias de la Liga Árabe o de la Unión Africana, que más de una vez abandonaron a sus miembros ante la agresión imperial. Latinoamericanos y caribeños son sometidos en otros países a discriminatorios y draconianos regímenes de visado e inmigración: deberíamos aplicar siempre y en todo caso a los nacionales de ellos la estricta reciprocidad. Concurren en la CELAC países con orientaciones distintas, algunos abiertos hacia el futuro, otros todavía uncidos a pactos, compromisos y dependencias con los poderes hegemónicos que hoy entran en decadencia. Algunos de sus miembros tienen Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos o con la Unión Europea. A través de tales acuerdos podrían entrar en nuestras economías como caballos de Troya. Otros tienen gobiernos surgidos directa o indirectamente de la fuerza contrarrevolucionaria. Delicada será la tarea de concertar entre tan distintas perspectivas. Seguramente la CELAC subsumirá la incipiente organización de UNASUR, añadiéndole a México y Centroamérica. Entre otros cometidos, queda planteado el de la progresiva desvinculación hacia la OEA, que durante toda su existencia sirvió para legitimar las injerencias de Estados Unidos y agredir, aislar o deslegitimar las experiencias progresistas. La potencial unidad de la CELAC le asignaría un peso determinante en la Organización de Naciones Unidas. Esta nutrida coalición de países podría aspirar a ejercer posiciones decisivas en el Consejo de Seguridad, en el Consejo de los Derechos Humanos, en la Organización Mundial del Comercio y en otras secciones claves del organismo mundial. El nuevo ente tendrá sin duda una actitud menos obsecuente hacia la Alianza Atlántica, que se hunde en el desastre de la crisis económica, y más abierta hacia China, Rusia, India, Japón y en general el Asia, África y las potencias emergentes. Bien podría asumir el liderazgo de un revitalizado Movimientos de los Países no Alineados. América Nuestra es el camino hacia Nuestro Porvenir. América Latina y el Caribe ya no es patio trasero de nadie.

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AMÉRICA LATINA ES UNA GRAN NACIÓN DIVIDIDA



Entrevista con Hernán Cano
1)¿Hay en la historia esfuerzos y proyectos de integración continental como el que propone la CELAC? ¿Se trata como aseguran algunos analistas de la concreción del sueño de Simón Bolívar? ¿Unidad e integración son sinónimos?

-Pues los dos imperios que conquistaron lo que es ahora América Latina y el Caribe fueron integradores. España y Portugal fundaron grandes cuerpos políticos, además culturalmente integrados por la religión cristiana, y por dos lenguas romances. Todos los próceres independentistas proyectaron grandes entes unificadores. Francisco de Miranda propuso un Incanato republicano extendido desde el Río Grande hasta la Patagonia. Bolívar creó la Gran Colombia con lo que ahora es Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador, y en 1826 convocó el Congreso Anfictiónico de Panamá para crear una confederación americana. José de San Martín no dudó en cruzar los Andes, independizar Chile e iniciar el proceso emancipador en Perú. Augusto César Sandino formuló otro proyecto de unión latinoamericana. Estados Unidos intentó cooptar estos proyectos con organizaciones bajo su tutela, como la Unión Panamericana y la OEA, y con pactos en su exclusivo interés, como el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca. Por otra parte, hay que especificar que integración supone acercamiento entre entes que se consideran diferentes y mantienen en gran parte su autonomía. Unión significa fusión. La integración es un buen camino hacia la unión. 

2) ¿Cuáles son hoy las condiciones favorables que no tuvieron nuestros Libertadores hace 200 años y cuáles las amenazas que se presentan en una integración de las características de la que está por ponerse en marcha en la CELAC?

-Las condiciones favorables consisten en que tenemos la emancipación política, que costó tanta sangre. Además, como consecuencia de movilizaciones sociales masivas e irresistibles, buena parte de los gobiernos latinoamericanos y caribeños han ido tomando una orientación progresista, contraria a las hegemonías imperiales. Gracias a ello derrotamos al ALCA, que pretendía convertir al hemisferio en una zona exclusiva de libre comercio para Estados Unidos. Nuestros gobiernos han iniciado políticas de apertura comercial hacia Rusia, China, India y el Sureste Asiático, que han roto el cuasi monopolio mercantil estadounidense y europeo en la región. Las amenazas contra la Celac estriban fundamentalmente en la oposición de Estados Unidos y de algunos gobiernos regionales que están ligados a ellos por tratados de libre comercio, toleran bases militares estadounidenses en sus territorios y en líneas generales se subordinan al Consenso de Washington. Por ejemplo, se hablaba mucho de un “Eje del Pacífico” que integra a México, Colombia y Chile, y que se quebró con la victoria de Ollanta Humala en Perú.

3)La mayoría de los proyectos de integración, salvo pocas excepciones, terminaron siendo la integración de los proyectos de nuestras burguesías, cuando no un proyecto directamente imperialista destinado a quebrar el equilibrio de fuerzas regional existente. En ese marco, la integración cultural ha quedado relegada o ha estado ausente en las agendas de la mayoría de los foros. ¿La CELAC podrá romper esa tendencia? ¿Se lo propone? ¿Cuán importante es que el tema cultural forme parte de sus principios y políticas?

-Pues sí, la Unión Panamericana desde 1889 o la OEA desde 1948 o fantochadas como la Alianza para el Progreso de Kennedy o la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio o el Mercado Común Centroamericano a la larga favorecieron a burguesías proestadounidenses. Incluso algunos grandes proyectos de integración económica, como la Comunidad Andina o el Mercosur, han operado como alianzas aduaneras entre empresarios, a veces generosamente abiertos a capitales foráneos. Entre el sesenta y el setenta por ciento de las inversiones en el Mercosur en unos quince rubros industriales, son de la Unión Europea. El ALBA intenta una integración económica, social, política y cultural basada en los intercambios compensatorios y no meramente en el comercio. La CELAC podría seguir ese rumbo, y funcionar en interés de la región en muchos ámbitos. Por ejemplo, seguramente heredará el Consejo de Defensa de Unasur, para tratar nuestros problemas estratégicos específicos. También podría avanzar proyectos tales como el Banco del Sur o el Sucre. Es trascendente en todo caso que se forme una unión continental con exclusión de Canadá y de Estados Unidos. Por otra parte, en efecto se ha prestado mucha atención a la libre circulación de bienes económicos, y bastante menos a la integración cultural, que es el verdadero fundamento de todos nuestros proyectos unitarios. Los productos de las industrias culturales estadounidenses cubren el mundo, y nosotros a veces no tenemos acceso a la literatura, el teatro, el cine o la plástica de los países vecinos, a pesar de nuestras afinidades. No es muy usual que convivan en un mismo territorio continental de unos veinte millones de kilómetros cuadrados unos 540 millones de habitantes unidos o por lo menos comunicados por dos lenguas preponderantes, una religión absolutamente mayoritaria y sincrética y por valores compartidos. La convicción de que América Latina es una gran nación dividida por fronteras políticas terminará por borrarlas.

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