Luis Prieto y Martín Guédez: lo de Libia y Siria es un ensayo con miras a invadir Venezuela
Las luchas que se verifican en el Catatumbo colombiano, siempre han tenido incidencia en nuestro territorio. Luis Prieto, historiador y estudioso del fenómeno de frontera habla sobre lo que deviene en esa lìnea trazada imaginariamente por los cartólogos y que divide a Venezuela de Colombia.
La denuncia parte como idea central en la exposición del investigador. En efecto, expresa sin tapujos que lo que sucede con el campesino neogranadino, es parte del plan imperial de socavar las nacionalidades, las historicidades de quienes vivimos en el eje Zulia y Táchira; y en los departamentos del Norte de Santander y de la Guajira colombianos.
“La población venezolana debe connocer, debe saber, que la secesión que se quiere y se desa hacer con el estado Zuilia, no es cosa nueva”. Prieto afirma que esa aspiración es decimonónica y desde aquellos dìas hasta la actualidad ha habido fechas puntuales en donde esa ambición ha mostrado sus garras.
“1812 –dice el historiador-, 1825 y hasta 1999, pudimos ver como con desparpajo, los enemigos de la patria han quertido incidir directamente para ver el estado Zulia separado definitivamente de Venezuela”.
América está preñada de situaciones similares que llaman a la reflexión: Panamá; arrebatada a Colombia para construir el canal; Bélice diseccionada de Guatemala por las pretensiones de explotación de los ingleses en el Mar Caribe, y màs recientemente lo ocurrido en Bolivia con el intento de golpe de Estado de los gobiernos de la provincia petrolera de Santa Cruz, dan fe de ello.
“¿Por qué el estado Zulia? –se pregunta Luis Prieto, para responder seguidamente- Porque aquí en el subsuelo lacustre, en la Sierra de Perijá y en los espacios abiertos de esta gran región hay una cantidad incuantificable de recursos minerales apetecibles para paliar la voracidad de los grandes consorcios internacionales”.
Somos un país rico: tenemos uranio, bauxitra, oro, hierro, petróleo, gas y agua, sòlo para dar algunos elementos que han movido y mueven las guerras imperiales. Libia y Siria son el más crudo ejemplo que podemos esbozar para corroborar la tenebrosa presunción de la invasión imperial al norte de suramèrica.
Luis Prieto es más práctico: “Si el Pentágono ha montado guerras sobre la mentira por un petróleo cuyos yacimientos están a más de 12 horas de vuelo en un avión de American Airlines, ¿Qué podemos esperar para nostros que estamos en lo que consideran “su patio trasero”?
Al historiador no le queda duda, lo de Libia y Siria es un ensayo con miras a invadir Venezuela, más aun cuando con estupor ve como “el farsante de Santos solicita su ingreso a la OTAN”.
“Fidel Castro nos decía en el año 2000, que la primera obligación de un revolucionario era hacer la revolución pero con conciencia del momento histórico”; con esta afirmación, Martín Guédez, investigador e historiador, refleja esa especie de anguistia que lo embarga al saberse un convencido del asesinato del cual fue objeto el presidente Chávez.
“A Chávez lo mataron –subraya-, y por ello estamos en una especie de hora menguada que no va a ser despediciada por las grandes potencias, depredadoras de todo lo bueno del planeta”.
Guédez describe la situación de Latinoamérica como una especie de obra en su etapa cumbre pues desaparecido el presidente Chávez –según la cuenta del Capital imperial-, caerían los gobiernos “subversivos” del continente; es decir Ecuador, Bolivia, Argentina, Uruguay, Brasil, Nicaragua y por supuesto Cuba.
“La alianza del Pacífico –recuerda Martín Guédez-, conformada por gobiernos reaccionarios y vecinos busca impulsar la caída de los revolucionarios”. Y sentencia: Si los venezolanos en particular, y los latinoamericanos en general, no tenemos conciencia de ello, les será más fácil a nuestros enemigos derrotarnos, y eso –puntualiza-, es inadmisible”
Juan Carlos Guillén
Fotos: Ricardo Camejo Ramos
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