Letra
Veguera/
DICIEMBRE
Federico Ruiz Tirado
Es probable que pasada la fiesta de
Noche Buena, ese paréntesis cosmogónico que encierra nuestra cordura bajo el
signo de muchas profecías y por eso
mismo unos se animan sin saberlo y otros
se vuelven parcos, llorosos, alentados en el fondo por el insondable porvenir,
por una pizca casi neurótica de optimismo, muchos nos entregamos a preparar el desayuno, ese animoso y certero bocado que enciende la locomotora del día
para así mirar a la Nada, hablar con ella. Esa noche jodimos, reímos de chistes
banales, comimos carbohidratos hiperglicémicos, unos más, otros menos, y en esa
medida, después, el 25, y quizás hasta hoy, sigue el jaleo. Unos estarán en el rio,
en la playa, en los patios de sus casas mientras los parientes pican los aliños
para el sancocho, mientras los perros realengos que pasaron la noche agonizando
por el impacto de choques y cohetazos amanecieron muertos en la calle y nadie
se acordó de la Misión Nevado.
Este año ha sido vertiginoso y rudo, antes y
después de la muerte de nuestro querido Hugo Chávez: elecciones, experiencias
humanas y políticas sin precedentes. Soy de los que creen en eso de que los
chavistas nos cuidamos a veces sin saberlo colectivamente, nos protegemos hasta
escondernos de nosotros mismos. Tal vez esa sea una de las más íntimas
vivencias después del 5 de marzo de este año.
Miremos atrás: veremos la Venezuela
después de Chávez, a Maduro ejerciendo un liderazgo no vacilante, a la gente en
la calle, a las inspecciones enfrentando la guerra económica, a muchos sin
poder verbalizar la ausencia del Comandante pero echándole leña a la ardentía.
Yo sentí su ausencia como un hueso filoso. Pensé en el 2014. Sospecho será un año sin tregua ni disminución de la conflictividad. El Presidente Maduro se reunió con unos alcalduchos pedigüeños e inmorales, no significa que la conflictividad cesará, es real. El 2014 servirá para la discusión. Eso es el chavismo, el que salió victorioso y el que salió con el corazón esmoñingao, sobre todo en las ciudades donde perdimos, geopolíticamente claves. Barinas, San Cristóbal, Barquisimeto, Maracaibo, quiere discutir. El chavismo habita en el corazón de la gente y ese corazón también está ajado, maltratado por esas derrotas.
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