domingo, 21 de abril de 2013


A grandes males, grandes remedios
                                                                                          Rafael Pompilio Santeliz
Como un ejercicio de balance y autocrítica, hemos recogido algunas posibles causales de la pérdida de base social en el proceso que vive Venezuela en el abril del 2013. No están discriminadas jerárquicamente. Es un intento de síntesis de análisis diversos.
1.    Una clase media que teme perder sus privilegios. Sigue atada a los viejos discursos de la cuarta república y se mueve en una cuerda floja de acuerdo a las circunstancias que la favorezcan y con sus imaginarios de ser como los ricos.
2.    La existencia de una tecno burocracia matavotos y un funcionariato ineficaz, que actúa pragmáticamente y sin afectos. No creen en el socialismo y obstaculiza la efectividad de la cosa pública. Aún se mantienen algunas instituciones con una pésima atención, mal trato o negligencia del servidor que allí labora.
3.    Los humildes no votaron masivamente. Más del 20% de abstención. Posiblemente se identificaron, en un principio, con lo participativo y protagónico del discurso, pero al resultar un modelo tutoreado por intermediarios hubo un cierto desencanto.
4.    Pervivencia de una dirigencia chavista dedicada a mantener su cuota de poder de manera acrítica y disciplinada. Este tipo de dirigente no contrarrestó, ni creativa ni ideológicamente, la campaña de la oposición.
5.    Influencia de factores de la vida diaria del capitalismo per se: ineficacia, especulación, inflación, devaluación, inseguridad, desabastecimiento, acaparamiento de empresarios apátridas, sabotaje a los servicios. Un capitalismo de Estado incapaz de resolver y ocupar el 7,6 % de desempleo y un 40,9 de economía informal. La insatisfacción de las necesidades de los ciudadanos genera desconfianza.
6.    Nicolás Maduro no convenció a todos los chavistas:
Mucho chavista que sólo seguía al Comandante sintió que Maduro no era el relevo. Sintió que el candidato del chavismo pasaba del luto a la fiesta electoral, creando una sensación de inconsistencia para el futuro. No mantuvo la emoción en torno a la figura de Chávez. Se sintió la improvisación en la puesta: arrancó como Chávez y terminó como Maduro. La ambigüedad estaba que al utilizar la figura de Chávez en exceso, la gente lo veía como despersonalizado. De repente, se realizó un viraje resaltando demasiado la personalidad de Maduro, que tocaba música folclórica, que bailaba salsa, y sin enfatizar en el Programa de gobierno, como lo hacía Chávez. La gente comparaba, quería obras y saber de proyectos. No simplemente rituales. Fue una campaña muy complicada para el candidato, que aparecía con diferentes disfraces y posturas, a veces con un estilo muy piti yanqui, imitando la farandulera Guerra  de los sexos. Calcaba los mega discursos de Chávez, sin tener la gracia narrativa ni la contundencia expositiva de él. No hubo una estructura en su discurso que permaneciera en la campaña.                       
Otra apreciación, para algunos, fue que Maduro mordió el peine y montó a Capriles en el ring dedicándole mucha atención.                                                        
7.    El agotamiento y desgaste de un modelo de desarrollo afianzado en el desarrollismo, el populismo, el asistencialismo y el rentismo petrolero centralizado. Una izquierda que no logra superar la concepción tradicional del progreso visto como crecimiento y “consumismo de línea blanca” sin tocar la construcción de otro modelo de racionalidad diferente a la lógica del mercado, creando y afianzando elementos de la subjetividad socialista.
8.    Confiados en los continuos triunfos pensaron que ya tenían un coroto imperdible. Implicó una dirección basada en el reformismo y una actitud conservadora y acrítica de su actuación. Tenían una excesiva confianza en la maquinaria partidista del PSUV.
9.    La ausencia física de Chávez hizo que muchos cruzaran la acera. Nicolás Maduro era un clon sin carisma y lo desdibujaron mucho por sus errores de “principiante”. La emotividad por la muerte del Comandante fue decayendo. La popularidad de Maduro  bajó a un record Guinness (Hay quienes hablan de inoculación cibernética, con análisis matemáticos muy respetables) El hiperpresidencialismo del régimen político construido desde 1998 pesó mucho en este fenómeno. En todo caso, el desconcierto que emanaba de la forzada inactividad de Chávez impactó fuertemente en la gestión de la cosa pública, con el consecuente agravamiento de problemas ya existentes, tales como la inflación impune de empresarios especuladores, la estampida del dólar, una inoportuna devaluación del 47%, la paralizante burocratización y la inseguridad ciudadana, para no mencionar sino algunos.
10. Un porcentaje de la base social chavista es clientelar y voluble. Apuesta al ganador o a quien le ofrezca más. Con características de saltimbanqui, no creen en el proceso y su actuar es de oportunismo y sobrevivencia.
11. Las vivezas del equipo de Capriles:

Supieron utilizar el término “enchufados” logrando crear la sensación de exclusión en quienes no se sienten beneficiados por la gestión gubernamental.  Se afianzaron en HCR con una épica de sacrificios y lograron conectar y responsabilizar a Maduro de los problemas del país. Consiguieron crear una paranoia sobre la inseguridad apoyados en medias verdades afianzadas con la guerra sucia. Lograron sembrar desconfianza a nuestras instituciones en especial al CNE. Pesaron varios años en campaña frente a 15 días de construcción de un liderazgo nacional en Maduro. Capriles subió su tono hacia la confrontación y su proposición incluía el debate público de los proyectos de país.
12. El degaste de ver casi lo mismo. Una juventud que sólo ha visto como Presidente a Chávez en 14 años. Es alienada y muy permeada por los medios de comunicación y el consumismo.
13. Hay vacíos. Un partido que realmente cumpla las funciones de guía de una Revolución Popular. El PUSV, partido policlasista, es una maquinaria electorera que ha sabido copiar muy eficientemente el nauseabundo comportamiento de sus pares adecos y copeyanos.
14. En estos años nunca se permitió que madurara otra contrafigura diferente a Chávez.  Ha sido un modelo caudillista basado en el verticalismo cubano. La formación de cuadros es otra tarea urgente. Hay que hacer entender que la construcción del socialismo va más allá del caudillismo, el mesianismo y que toda construcción revolucionaria debe afianzarse en la autonomía de clase y la autogestión.
15. Necesidad de la superación del sectarismo: la Revolución debe ser construida por todos y con la opinión de todos.  Existe la necesidad de una dirección más inclusiva y diversa, basada en una acertada política de aliados y en programas regionales y nacionales que creen identificación real del pueblo y los militantes que activan en el proyecto. Esto implica toda una rearticulación de fuerzas democráticas y revolucionarias.
16. Se siguió manteniendo la estructura del Estado burgués y su juego leguleyo formal donde el poder popular es solo representativo y no protagónico.
17. Se continuó con la retórica de un socialismo ficticio, inofensivo, inexistente. De ahí la fuerte exhortación de Chávez a fortalecer los consejos comunales, la socialización de la economía, la cultura y el poder. Comuna o nada, fue lo último que inventó. Sin embargo, ha habido un gran retardo en implementar el poder popular, con autonomía, desarrollo comunal, producción y defensa, bajo el ideal patrio y la soberanía alimenticia, resuelta por el mismo pueblo.
18. Como ocurrió en Chile, la derecha y el imperialismo sabotearon el funcionamiento de la economía, exasperando el ánimo de la población mediante el metódico desabastecimiento de productos esenciales, los cortes de energía eléctrica, la sospechosa actividad de grupos de paramilitares sembrando el terror en los barrios populares y la persistente campaña de denuncias y agravios en contra de Maduro, exagerada por medios de comunicación de masas, todo lo cual facilitó la deserción de un contingente importante de votantes hacia el candidato opositor.
Hay quienes llegan a más y hablan de un guión macabro, que no pueden probar: Magnicidio-Inoculación cibernética-Desconocimiento-Golpe gota a gota-Invasión. Si así fuese, entonces pasaríamos a la etapa de los grandes remedios: una revolución de verdad-verdad.

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