PUBLICADO EL 17 septiembre, 2020 por COLAREBO
Por: Angel Guerra Cabrera El 6 de diciembre hay elecciones en Venezuela para
elegir la totalidad de diputados a la Asamblea Nacional (AN), hecho de
extraordinaria trascendencia política. Pero antes de entrar en ese tema
mencionaré las elecciones que se desarrollarán en varios países latinoamericanos
en los próximos meses, todas ellas muy importantes en la disputa por nuestra
América entre la derecha y las fuerzas populares. El 18 de octubre, elecciones
generales en Bolivia, donde el MAS de Evo Morales es favorito para ganar en
primera vuelta pero queda la gran pregunta de si el mismo grupo oligárquico y
racista que, apoyado por Washington derribó a Morales e instauró una dictadura,
está dispuesto a reconocer la victoria electoral de los “salvajes”, como llaman
a los indígenas. El 25 de octubre, plebiscito nacional en Chile para decidir si
se redacta una nueva constitución que sustituya a la pinochetista, una sentida
demanda de la rebelión popular de octubre de 2019, viva, aunque momentáneamente
congelada por la pandemia. El 15 de noviembre, elecciones municipales en Brasil,
donde la izquierda va dividida pero acaso podría conseguir algunos triunfos
importantes, uniéndose en segunda vuelta. El 7 de febrero de 2021, elecciones
generales en Ecuador, donde el correísmo está bien posicionado y podría ganar en
primera vuelta pero igual cabe interrogarse si la dictadura del traidor Moreno
continuará la guerra judicial sin límites para impedir la victoria de los
candidatos de la Revolución Ciudadana. Los comicios del 6 de diciembre en la
patria de Bolívar son estratégicos, porque se decide quién controla el
Legislativo con todo su contenido simbólico adicional, en el país con las
mayores reservas mundiales de petróleo. Y es que la pérdida de esa herramienta
en 2015 fue muy costosa en el plano nacional, como internacional, para un
chavismo acostumbrado a radiantes victorias electorales. El enemigo imperialista
y la oligarquía pasaron a la ofensiva y aprovecharon la coyuntura para arreciar
su guerra total contra la Revolución Bolivariana. No fue más lesivo el golpe por
que la oposición quiso convertir su victoria electoral en golpe de Estado
contrarrevolucionario y siguió insistiendo en esa senda, subordinada a Estados
Unidos. Mientras, el chavismo demoró un corto periodo en encajar el golpe, pero
cuando reaccionó recuperó la iniciativa política y así se ha mantenido hasta
hoy. La prueba es la derrota aplastante por el pueblo del terrorismo guarimbero
de 2017 y la capacidad demostrada por el presidente Nicolás Maduro y la
dirección político militar de la revolución de derrotar una por una las acciones
del autoproclamado Guaidó desde el intento de invadir el país con el pretexto
del paso de la “ayuda humanitaria”, el atentado con drones contra el presidente
Maduro, pasando por el frustrado golpe de Estado del 30 de abril de 2019, la
derrota de la Operación Gedeón y desde antes, el vacío vergonzoso de
concurrencia a los mítines de Guaidó. Si esto fuera poco, el autoproclamado y su
gobierno de opereta se han revelado como unos vulgares ladrones y entreguistas,
hechos millonarios con los fondos y empresas públicas venezolanas, como Citgo en
Estados Unidos y Monómeros en Colombia, lo que les ha granjeado la inquina de la
mayoría de diputados opositores dejados fuera del saqueo y la sublevación de un
grupo de diputados, que depuso a Guaidó como presidente de la AN. La pertinaz
obediencia a Trump del “presidente encargado”, el incumplimiento de sus promesas
y fracaso de sus planes, unido a la negativa ordenada por Washington a
participar en las venideras elecciones han terminado por aislarlo de un
importante sector opositor, que nucleado por el dos veces candidato a presidente
Henrique Capriles sí va a concurrir a las elecciones y ya tiene inscriptos a sus
candidatos. Guaidó podrá tener el apoyo de Trump y actuar a las órdenes de un
energúmeno y criminal de guerra como Elliot Abrams, pero ya en Venezuela es un
don nadie. Capriles ha calificado a su interinatura como “gobierno de Internet”
que “no ha dado resultado” y ha dicho que “hay que abrir camino” y concurrir a
las elecciones. Previamente, en agosto, la muy conservadora Conferencia
Episcopal se pronunció contra el abstencionismo guaidocista al que calificó de
error. Este escenario sería inconcebible sin la voluntad de diálogo de Maduro,
que ha invertido cientos de horas tratando de encontrar entendimientos con la
oposición; de su vocación democrática y de paz, que lo llevó a indultar a
principios de septiembre a 110 opositores, muchos de ellos presos por participar
en acciones terroristas y golpistas. Maduro ha invitado a la ONU y a la Unión
Europea a acompañar con su veeduría las elecciones de diciembre pero ya la
segunda dijo que no, alegando Estados Unidos. El chavismo ha promovido la
competencia electoral tecnicismos, que encubren su carácter de semicolonia de en
medio del bloqueo y ya se emplea a fondo en la movilización del voto para ganar
en diciembre a una oposición que podría enfrentarlo unida.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
EL MUNDO CAMBIARÁ, EL CORONAVIRUS LO LOGRARÁ. Desde que el mundo es mundo, los imperios con sus monarquías y con apoyo de las religiones, ...
-
LAS FIESTAS SON EL 16 DE JULIO: La Negra Isidora huele a calipso, sabe a Callao... Indira Carpio Olivo/ ENcontrARTE Ante la cercanía de ...
-
DR. LIVINSTON GUZMÁN ¡UN PÁJARO DE CUENTAS!... CONOCIDO EN LOS BAJOS FONDOS COMO SEVERINO GUZMAN, EL PASTOR GOZON... POR JOSÉ SANCHEZ ...
-
El Colectivo Cultural Jesús Gordo Páez y El Movimiento Sucre les invita al FORO CANCIÓN este viernes 31 de Octubre #Llegate COMP...
No hay comentarios:
Publicar un comentario