"Mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria".
Presidente Salvador Allende
El 11 de Septiembre de 1973 en Chile se quebrantó el orden natural de la historia, dando inicio al momento más siniestro, más macabro, más oscuro, que tenga conocimiento, la memoria colectiva de mi pueblo. Para mí y para miles de compatriotas, el tiempo se paralizó en ese instante. Ese día se desato la bestia fascista y en una estampida de horror y espanto recorrió la patria a lo largo y ancho de nuestra larga y estrecha geografía
y convirtió mi país, en muerte y horror, llenó los ríos de sangre,
cimentó de carne y huesos las montañas, en el desierto coronó el olvido y sembró el mar de espeluznante martirio. Y en esta patria mía, que es el último rincón del mundo, en ella el sangriento imperio yanqui, instalo sus banderas de odio y de muerte dando rienda suelta a su ignominia, y a su perverso poder de exterminio y destrucción.
El 11 de septiembre del año 1973 en Chile la bestia fascista parió el espanto y la maldad, que vistió de verdes uniformes
y calzó de enormes bototos negros y entonces en un tronar metálico de bombas y fusiles abrieron paso a una macabra noche oscura, empapada de traición y genocidio.
¡¡HONOR Y GLORIA A LAS COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS EJECUTADOS POR LA DICTADURA DE PINOCHET!!.
¡¡NI PERDÓN, NI OLVIDO!!, ¡¡BASTA DE IMPUNIDAD!!, ¡¡CASTIGO A LOS CULPABLES!!.
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