martes, 23 de septiembre de 2014

La triste historia del rescate de la flor de Venezuela

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No es tan simple la cosa. Se la quitamos a Falcón por tenerla abandonada y en condiciones paupérrimas y la recupera la revolución para mantenerla de la misma manera. No voy a cometer la irresponsabilidad de acusar a nadie sin pruebas pero, las condiciones actuales de la Flor de Venezuela es un canto a la desidia y al abandono. Nadie me lo contó, yo lo vi y lo sigo viendo a lo largo del transcurrir del tiempo desde su re-inauguración hasta la actualidad.

Hay dos vertientes en el fracaso de este espacio recreativo y cultural que debería ser orgullo de los larenses, uno de funcionamiento y otro –desde mi punto de vista- político y cultural.
El primer punto, el que afecta a toda la ciudadanía, a tirios y troyanos, opositores o revolucionarios es: el funcionamiento. El ejemplo más simple y el quizás más emblemático que el visitante sufre más, es el cierre de los baños, estos quedan inoperativos a partir de las cinco de la tarde, desde ese instante todo aquel o aquella que tenga necesidad de un desahogo fisiológico se jodió.

A eso le sumamos el cierre de los dos últimos pisos de la edificación (no sé porque causa o criterio), ignoramos también, porque hay un pequeñito e incómodo espacio que regenta una empresa de lácteos para vender helados (de excelente calidad), donde las colas interminables y una manera de cobrarlos y despacharlos tan intrincadamente burocrática que cuando los vas a saborear, la arrechera que has pasado hace que se te atraganten. También funciona un cafetín en esos espacios que, además de una mala atención, se ve que les hace falta la visita de las autoridades que tengan que ver con precios justos. En ninguno de estos locales existe punto de venta, esto para rubricar la tortura a los visitantes, así que todo el que vaya a la Flor de Venezuela no olvide llevar solo efectivo, de lo contrario no podrá recrear su paladar.

Para terminar con el funcionamiento debo decir que no sé a quién dirigirme. ¿Será al Presidente? ¿Al Ministro Izarra? ¿Al protector de Lara? ¿Al arquitecto Fruto Vivas? Quizás a este último por su conocida sensibilidad, bonhomía y padre de la criatura interceda en el asunto.
Se me quedaba en el tintero sobre este punto de funcionamiento, la mala receptividad de las ondas hertzianas de la radio “Flor 90.7 F.M.”. Otrora orgullo por su potencia y muy escuchada a lo largo y ancho de todo el estado Lara y más allá de sus fronteras, en el tiempo que funcionaba en las instalaciones de la alcaldía de Iribarren, ahora su cobertura es tan deficiente que parece más bien una emisora clandestina. A CONATEL le advertimos como decía el Comandante Chávez: “…el diablo esta en los detalles…”.
Vamos ahora a la vertiente política y cultural:
En el estado Lara lo cultural es una forma de vida, es una manera de respirar, es algo que tienes pegado en el alma, es algo que lo sientes allí, que está presente, no lo palpas pero está ahí. Mira que yo he viajado por todo el país y me crié en otros lares, pero esas sensaciones sólo un “barquisimetido” como yo es capaz de sentirlas. Que lo diga Carlos Ricardo Cisterna, expresión genuina de la cultura popular, mentor y activista de la canción necesaria, quien le ha dado su apoyo a noveles músicos y cantantes, a consagrados como Ali Primera, Araucara, Agua Salá, Lilia Vera, De Khalafarys, Gloria Martín, Mestizo, Gino González, Cantaguaro, Radio Candela, Carota Ñema y Tajá y muchos otros en su programa “Latinoamérica”.

Fue precisamente en el marco del Tercer Festival Víctor Jara, realizado los días 12 y 13 de septiembre, donde actuaron algunos de los Cultores y Cultoras nombrados en el párrafo anterior, además de la actuación del poeta Carlos Angulo con su prosa impecable, que se desataron casi de una manera imperceptible, los demonios fascistas de no sé qué autoridad, a quien la canción necesaria parece producirle roncha. Ojalá me equivoque, pero sinceramente creo que ese espacio cultural y recreativo, por la manera como se ha venido actuando, tiene un futuro similar a TVES, que sufrió una transmutación y cada día se parece más a RCTV. O sea.
Por la canción necesaria mataron y le cercenaron las manos a Víctor Jara, por ella sufrieron Jorge Cafrune, Alfredo Zitarrosa y el mismísimo Ali Primera fue tantas veces perseguido. Por ella todavía hoy Julián Conrado sufrió cárcel y expulsión de Venezuela para eterna mácula de nuestra revolución bolivariana.

Dejémonos de pendejadas, llamemos las cosas por su nombre, eso de actos culturales para el pueblo y más si su tendencia es chavista, no arroja dividendos, esa chusma no es digna de un espacio como La Flor de Venezuela, por eso hay que inventar un expediente para expulsarlos definitivamente de esos escenarios. Digamos por ejemplo que, en el festival pasado, junto a Carlos Ricardo Cisterna esos pelúos, marihuaneros, y consumidores de cocuy, rompieron cuarenta sillas y además se cagaron en los alrededores de la Flor, espectáculo digno de la chusma, colectivos, malandros y todo tipo de adjetivo que podamos agregar para que la sensiblería ramplona de algunos burócratas enquistados en el aparato del Estado proceda a vetar a los cultores populares.

Llegó la hora de la privatización, llegó la hora del reggaetón, llego la hora de “una noche tan linda como esta”. Allí pronto veremos espectáculos dignos de la imaginación de un Osmel Sousa, Don Francisco o Gilberto Correa. Quizás regrese el actual gobernador al frente de una cabalgata y su caballo rucio moro vaya largando mojones que una cuadrilla de adulantes recogerá veloz y eficazmente.

Concluyo preguntándome si los que dirigen la Flor de Venezuela todavía hoy no se dan cuenta que hay una revolución en este país, que los espacios culturales son del pueblo, que no son los burócratas que vetan a los cultores. Al contrario: ¡¡¡son los cultores populares que vetan a los burócratas!!!.

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