REFLEXIONES INGENUAS:
DEL "CON MIS HIJOS NO TE METAS" AL
"CON MIS REALES NO TE METAS”
Por
Carlos M. Rodríguez C.
“La libertad es siempre la libertad de
aquellos que piensan de otra manera”
Rosa Luxermburgo
La dinámica social que vive la
humanidad nos está presentando un dramático escenario que reafirma la quiebra del modelo neoliberal que
impusieron las clases dominantes a través de la ideología burguesa y la pertinencia de los postulados humanistas de
los sectores revolucionarios
En el año 2000 los sectores
tradicionales que ejercían el control del aparato educativo nacional
organizaron un movimiento en contra del Decreto Presidencial 111 que autorizaba
la figura de Supervisores Itinerantes autorizados para la supervisión, seguimiento
y control de las actividades en las instituciones educativas a fin de
garantizar, por una parte, la gratuidad de la enseñanza y por otra la calidad
de la misma, principios que venían siendo conculcados por la práctica viciosa
del aumento de la matrícula y la imposición de materiales educativos,
incluyendo bibliografía, útiles escolares que por sus costos impedían a los
representantes adquirirlos impidiendo a
muchos niños y jóvenes el acceso así como
la prosecución en el sistema escolar, lo que se concretó en la
conformación de niños y niñas con escasa o ninguna formación academia pero también en
la violación de uno de los derechos fundamentales del hombre como lo es el
derecho al estudio, consagrados en la CRBV.
Este movimiento fue auspiciado por los
sectores eclesiásticos que se habían abrogado el derecho a impartir la
educación privada y confesional desde el mismo momento de la colonia (al que se
opuso Bolívar al afirmar que “La Educación debe ser gratuita y obligatoria”. Y
le toca al Estado su garantía y preservación) surgiendo el inicio de la histórica
confrontación entre la educación privada confesional y la educación pública a
manos del Estado.
Pero también el sector privado laico actualmente
ha convertido el sistema educativo en un “lucrativo negocio” conformado por el
cobro compulsivo y excesivo de la matrícula escolar, uniformes costosos, útiles
escolares, cantinas, y una falsa concepción según la cual la calidad de la
educación se mide por el número de horas impartidas o de permanencia dentro del
edificio escolar, premisa que se extrapola de la educación primaria y
secundaria hasta las universidades e institutos universitarios privados no
confesionales. Lo que generó la falsa creencia que la educación privada es
mejor que la pública y que los docentes de los institutos de educación privada
son mejores que los de las públicas
Empresarios, burócratas, comerciantes,
cultos extranjerizantes, y todo “bicho de uña”, invirtieron” en la creación de
instituciones educativas, unas con una visión de opulencia como el espejo de una sociedad clasista, otras muchas
funcionando en instalaciones que carecen de las mínimas condiciones para
garantizar una educación de “calidad” siendo más bien “cuchitriles” que ponen
en riesgo la seguridad de tanto los estudiantes, como docentes, personal
administrativo, de servicio.
Una de las características de las
instituciones educativas privadas consiste en la violación fragante de los
derechos de los trabajadores, a los cuales les cancelaban salarios menores que
los de las instituciones educativas de Estado, sin estabilidad laboral, ni
derecho a la actualización ni mejoramiento profesional. Es decir, personal
contratado a destajo, sin pago de vacaciones (pero en el cálculo de los gastos
incluye pago de vacaciones de fin de año escolar pero que parte del personal es despedido en esta época) ni seguro vida y accidentes personales
Pero el cobro por concepto de
matrícula excede sustancialmente de los gastos ocasionados por las actividades
docentes lo cual es indicativo de la concepción y práctica meramente lucrativa
con las cuales fueron concebidas y creadas, muy lejos de la finalidad educativa
a las que dicen pertenecer.
Para la defensa de este “modus
operandi” organizaron movimientos de representantes, docentes, personal
administrativo y obreros (muchos obligados a participar “voluntariamente” so
pena de ser despedidos) para defender este modelo educativo de los atropellos
del “régimen”
Con el lema “Con nuestros hijos no te
metas” se le dio un matiz “ideológico” al movimiento que iba dirigido, primero
a descalificar a la educación pública, tratando de convencer a la opinión que
la “educación privada” es mejor que la educación pública, ya que no se pierde clase y los docentes están mejor
preparados, y que el Estado lo que
pretende es ideologizar, convertir en “revolucionarios” a los hijos de los
ricos, políticos, opositores. Segundo, impedir
la corrección de las desviaciones que venían arrastrándose, para seguir
disfrutando de las “bondades” que genera la anarquía así como la falta de
supervisión y vigilancia por parte de los entes estatales que garantizan el
logro de los principios y funcionamiento adecuado de las instituciones
educativas tanto públicas como privadas.
Y los representes, docentes,
directivos salieron a las calles a manifestar, a protestar, a obstaculizar el
libre tránsito, las actividades educativas, etc., defendiendo a sus verdugos,
muchos de ellos obligados con amenazas de ser despedidos de sus cargos.
Hoy día, por causa de la situación
especial que vive el país, se presenta una situación digna de ser analizada,
estudiada, ya que forma parte de las contradicciones de un sistema con grandes
desequilibrios, tanto de punto de vista político, social, administrativos, cultural.
En primer lugar, muchos padres y
representantes han manifestado su descontento con el hecho de tener que ayudar
en la realización de las asignaciones escolares de sus hijos o representados
aduciendo que esta es función de los maestros, educadores, que para eso, tanto
el Estado pagan al personal docente, o lo hacen los representantes que tienen
sus hijos en escuelas privadas a través
de la mensualidad para cubrir los gastos de funcionamiento académico, de
servicios y funcionamiento de la
institución educativa en las que están inscritos.
Este hecho nos indica que, primero,
los representantes desconocen que dentro de la LOE se establece que los
representantes forman parte del hecho escolar y están obligados a participar
activamente en las actividades escolares (Comunidad Educativa, Asambleas) pero
también en la atención de su hijos, y el
apoyo en las actividades académicas tanto en el plantel como en el hogar.
Segundo,
que los padres y representantes siguen viendo a los docentes y a la
escuela como albergues, hospedajes, refugios, y al personal de las
instituciones educativas como sirvientes, cuidadores, cancerberos, lacayos,
cuya función es vigilar a sus hijos o representados mientras están asistiendo a
clases dentro de las instituciones educativas.
Tercero, evidencia que muchos
representantes desconocen los contenidos programáticos y necesitan estudiar,
leer para dale el apoyo que requieren
sus hijos, lo que afecta su tranquilidad en los ratos que pasan en el hogar, y
en el peor de los casos, prefieren pagar por la realización de dichas
asignaciones a otras personas, muchas de ellas no preparadas para tal actividad
Cuarto, que muchos padres han
protestado el sistema especial a distancia aduciendo que para eso se le paga a
los docentes, por lo cual es injusto cancelar por una actividad que le corresponde al docente y no a los representantes.
Quinto, que los padres y representantes
desconocen el carácter jurídico de las instituciones educativas privadas y con
ello su función lucrativa, así que el
cobro de las mensualidades está establecido como un deber y una obligación
contractual en el documento que firman
cuando van a inscribir a sus hijos o representados, el cual tiene carácter
vinculante y obligatorio.
Sexto, las instituciones educativas
privadas calculan el cobro de la matrícula y cuotas de padres y representantes
a partir de un estudio contable sin que haya obligación de la participación de la
comunidad educativa en su cálculo y pueden
establecer mecanismos para garantizar el pago ocasionados por el servicio por
ellas prestado, teniendo, algunos de
esos mecanismos carácter compulsivo y
discriminatorio.
Debido a la aplicación de la cuarentena
como una de las medidas para preservar la salud de la población diseñadas y
ejecutadas por el Estado, lo que implicó que muchos representantes se vieron
imposibilitados a cancelar las mensualidades debido a que no generaron ingresos
económicos lo cual generó la acumulación de una deuda que en estos momentos resulta
impagable debido al alto precio de las mismas. Y motivado a que dichas
instituciones presentan un proyecto de cobro de matrícula y mensualidades
imposibles de cancelar, ya que las mismas están calculadas en dólares o su
equivalente, muchos de estos representantes desean retirar sus hijos y
representantes para inscribirlos, o en instituciones públicas o en otras
privadas en las que la matrícula y las mensualidades resulten menos onerosas, para
lo cual necesitan los documentos de los hijos y representados a fin de
comprobar tanto su identidad como el de haber aprobado el año culminado.
Entonces, los “generosos” y
“filantrópicos” dueños de dichas instituciones se niegan a devolver tales
documentos si el representante no cancela la totalidad de la deuda, aduciendo
que hay compromisos contraídos que deben ser cumplidos con dilación.
Esta situación afecta tanto a los
padres y representantes como a los estudiantes que se ven impedidos a continuar
sus estudios debido a la falta de documentación para cumplir el proceso de
inscripción correspondiente al inicio de las actividades docentes, lo que
constituye una flagrante violación,
tanto a la CRBV, como a las Leyes y Reglamentos elaboradas para tal fin, en
especial la violación de los Derechos de los Ciudadanas y Ciudadanos, el
Derecho al Estudio y la seguridad de las
niñas, niñas y adolescentes.
En estos momentos los representantes acuden
a las instituciones del Estado solicitando la intervención de los organismos
correspondientes para que se defienda el derecho de los niños al estudio
quejándose a viva voz que el Estado no está cumpliendo con sus obligaciones
jurídicas ya que no tienen a dónde acudir para que les resuelva sus problemas,
olvidan que en el año 2000 muchos maestros, estudiantes y representantes
objetaban y vociferaban contra la intervención del Estado en los asuntos
concernientes a la educación de sus niños aduciendo el carácter dictatorial, ideologizante,
comunistoide de la misma.
El aquel momento, mientras docentes,
padres y representantes, estudiantes fueron instados y obligados a gritar “Con
mis hijos no te metas” lo que hacían era poner a repetir, como un eco
distorsionado, el grito de los mercaderes de la educación: “Con mis reales no te metas”
O sea
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