martes, 7 de julio de 2020


REFLEXIONES INGENUAS: 

DEL "CON MIS HIJOS NO TE METAS" AL 

"CON MIS REALES NO TE METAS”

            Por Carlos M. Rodríguez C.

“La libertad es siempre la libertad de
aquellos que piensan de otra manera”
                         Rosa Luxermburgo

La dinámica social que vive la humanidad nos está presentando un dramático escenario que reafirma  la quiebra del modelo neoliberal que impusieron las clases dominantes a través de la ideología burguesa y  la pertinencia de los postulados humanistas de los sectores revolucionarios
En el año 2000 los sectores tradicionales que ejercían el control del aparato educativo nacional organizaron un movimiento en contra del Decreto Presidencial 111 que autorizaba la figura de Supervisores Itinerantes autorizados para la supervisión, seguimiento y control de las actividades en las instituciones educativas a fin de garantizar, por una parte, la gratuidad de la enseñanza y por otra la calidad de la misma, principios que venían siendo conculcados por la práctica viciosa del aumento de la matrícula y la imposición de materiales educativos, incluyendo bibliografía, útiles escolares que por sus costos impedían a los representantes adquirirlos  impidiendo a muchos niños y jóvenes el acceso así como  la prosecución en el sistema escolar, lo que se concretó en la conformación de niños y niñas con escasa  o ninguna formación academia pero también en la violación de uno de los derechos fundamentales del hombre como lo es el derecho al estudio, consagrados en la CRBV.
Este movimiento fue auspiciado por los sectores eclesiásticos que se habían abrogado el derecho a impartir la educación privada y confesional desde el mismo momento de la colonia (al que se opuso Bolívar al afirmar que “La Educación debe ser gratuita y obligatoria”. Y le toca al Estado su garantía y preservación) surgiendo el inicio de la histórica confrontación entre la educación privada confesional y la educación pública a manos del Estado.
Pero también el sector privado laico actualmente ha convertido el sistema educativo en un “lucrativo negocio” conformado por el cobro compulsivo y excesivo de la matrícula escolar, uniformes costosos, útiles escolares, cantinas, y una falsa concepción según la cual la calidad de la educación se mide por el número de horas impartidas o de permanencia dentro del edificio escolar, premisa que se extrapola de la educación primaria y secundaria hasta las universidades e institutos universitarios privados no confesionales. Lo que generó la falsa creencia que la educación privada es mejor que la pública y que los docentes de los institutos de educación privada son mejores que los de las públicas
Empresarios, burócratas, comerciantes, cultos extranjerizantes, y todo “bicho de uña”, invirtieron” en la creación de instituciones educativas, unas con una visión de opulencia como  el espejo de una sociedad clasista, otras muchas funcionando en instalaciones que carecen de las mínimas condiciones para garantizar una educación de “calidad” siendo más bien “cuchitriles” que ponen en riesgo la seguridad de tanto los estudiantes, como docentes, personal administrativo, de servicio.
Una de las características de las instituciones educativas privadas consiste en la violación fragante de los derechos de los trabajadores, a los cuales les cancelaban salarios menores que los de las instituciones educativas de Estado, sin estabilidad laboral, ni derecho a la actualización ni mejoramiento profesional. Es decir, personal contratado a destajo, sin pago de vacaciones (pero en el cálculo de los gastos incluye pago de vacaciones de fin de año escolar  pero que parte del personal  es despedido en esta época)  ni seguro vida y accidentes personales
Pero el cobro por concepto de matrícula excede sustancialmente de los gastos ocasionados por las actividades docentes lo cual es indicativo de la concepción y práctica meramente lucrativa con las cuales fueron concebidas y creadas, muy lejos de la finalidad educativa a las que dicen pertenecer.
Para la defensa de este “modus operandi” organizaron movimientos de representantes, docentes, personal administrativo y obreros (muchos obligados a participar “voluntariamente” so pena de ser despedidos) para defender este modelo educativo de los atropellos del “régimen”
Con el lema “Con nuestros hijos no te metas” se le dio un matiz “ideológico” al movimiento que iba dirigido, primero a descalificar a la educación pública, tratando de convencer a la opinión que la “educación privada” es mejor que la educación pública, ya que  no se pierde clase y los docentes están mejor preparados,  y que el Estado lo que pretende es ideologizar, convertir en “revolucionarios” a los hijos de los ricos, políticos, opositores.  Segundo, impedir la corrección de las desviaciones que venían arrastrándose, para seguir disfrutando de las “bondades” que genera la anarquía así como la falta de supervisión y vigilancia por parte de los entes estatales que garantizan el logro de los principios y funcionamiento adecuado de las instituciones educativas tanto públicas como privadas.
Y los representes, docentes, directivos salieron a las calles a manifestar, a protestar, a obstaculizar el libre tránsito, las actividades educativas, etc., defendiendo a sus verdugos, muchos de ellos obligados con amenazas de ser despedidos de sus cargos.
Hoy día, por causa de la situación especial que vive el país, se presenta una situación digna de ser analizada, estudiada, ya que forma parte de las contradicciones de un sistema con grandes desequilibrios, tanto de punto de vista político, social, administrativos, cultural.
En primer lugar, muchos padres y representantes han manifestado su descontento con el hecho de tener que ayudar en la realización de las asignaciones escolares de sus hijos o representados aduciendo que esta es función de los maestros, educadores, que para eso, tanto el Estado pagan al personal docente, o lo hacen los representantes que tienen sus hijos en escuelas privadas  a través de la mensualidad para cubrir los gastos de funcionamiento académico, de servicios y funcionamiento  de la institución educativa en las que están inscritos.
Este hecho nos indica que, primero, los representantes desconocen que dentro de la LOE se establece que los representantes forman parte del hecho escolar y están obligados a participar activamente en las actividades escolares (Comunidad Educativa, Asambleas) pero también en la  atención de su hijos, y el apoyo en las actividades académicas tanto en el plantel como en el hogar.
 Segundo,  que los padres y representantes siguen viendo a los docentes y a la escuela como albergues, hospedajes, refugios, y al personal de las instituciones educativas como sirvientes, cuidadores, cancerberos, lacayos, cuya función es vigilar a sus hijos o representados mientras están asistiendo a clases dentro de las instituciones educativas.
Tercero, evidencia que muchos representantes desconocen los contenidos programáticos y necesitan estudiar, leer para  dale el apoyo que requieren sus hijos, lo que afecta su tranquilidad en los ratos que pasan en el hogar, y en el peor de los casos, prefieren pagar por la realización de dichas asignaciones a otras personas, muchas de ellas no preparadas para tal actividad
Cuarto, que muchos padres han protestado el sistema especial a distancia aduciendo que para eso se le paga a los docentes, por lo cual es injusto cancelar por una actividad  que le corresponde al docente y no a los representantes.
Quinto, que los padres y representantes desconocen el carácter jurídico de las instituciones educativas privadas y con ello su función lucrativa, así que  el cobro de las mensualidades está establecido como un deber y una obligación contractual en el  documento que firman cuando van a inscribir a sus hijos o representados, el cual tiene carácter vinculante y obligatorio.
Sexto, las instituciones educativas privadas calculan el cobro de la matrícula y cuotas de padres y representantes a partir de un estudio contable sin que haya obligación de la participación de la comunidad educativa en su cálculo y  pueden establecer mecanismos para garantizar el pago ocasionados por el servicio por ellas prestado, teniendo,  algunos de esos mecanismos  carácter compulsivo y discriminatorio.
Debido a la aplicación de la cuarentena como una de las medidas para preservar la salud de la población diseñadas y ejecutadas por el Estado, lo que implicó que muchos representantes se vieron imposibilitados a cancelar las mensualidades debido a que no generaron ingresos económicos lo cual generó la acumulación de  una deuda que en estos momentos resulta impagable debido al alto precio de las mismas. Y motivado a que dichas instituciones presentan un proyecto de cobro de matrícula y mensualidades imposibles de cancelar, ya que las mismas están calculadas en dólares o su equivalente, muchos de estos representantes desean retirar sus hijos y representantes para inscribirlos, o en instituciones públicas o en otras privadas en las que la matrícula y las mensualidades resulten menos onerosas, para lo cual necesitan los documentos de los hijos y representados a fin de comprobar tanto su identidad como el de haber aprobado el año culminado.
Entonces, los “generosos” y “filantrópicos” dueños de dichas instituciones se niegan a devolver tales documentos si el representante no cancela la totalidad de la deuda, aduciendo que hay compromisos contraídos que deben ser cumplidos con dilación.
Esta situación afecta tanto a los padres y representantes como a los estudiantes que se ven impedidos a continuar sus estudios debido a la falta de documentación para cumplir el proceso de inscripción correspondiente al inicio de las actividades docentes, lo que constituye una  flagrante violación, tanto a la CRBV, como a las Leyes y Reglamentos elaboradas para tal fin, en especial la violación de los Derechos de los Ciudadanas y Ciudadanos, el Derecho al Estudio  y la seguridad de las niñas, niñas y adolescentes.
En estos momentos los representantes acuden a las instituciones del Estado solicitando la intervención de los organismos correspondientes para que se defienda el derecho de los niños al estudio quejándose a viva voz que el Estado no está cumpliendo con sus obligaciones jurídicas ya que no tienen a dónde acudir para que les resuelva sus problemas, olvidan que en el año 2000 muchos maestros, estudiantes y representantes objetaban y vociferaban contra la intervención del Estado en los asuntos concernientes a la educación de sus niños aduciendo  el carácter dictatorial, ideologizante, comunistoide de la misma.
El aquel momento, mientras docentes, padres y representantes, estudiantes fueron instados y obligados a gritar “Con mis hijos no te metas” lo que hacían era poner a repetir, como un eco distorsionado, el grito de los mercaderes de la educación: “Con mis reales no te metas”
O sea

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