¿LAS MIGAJAS DE LA TORTA O LA TORTA COMPLETA? LA CLASE DOMINANTE NO ES TONTA
AUTOR: AMERICA REBELDE (CHILE) Nº 19
Desde el levantamiento popular / revuelta (octubre, 2019), todas las lumbreras y centros de pensamientos reaccionarios sacaron lápiz y papel y se dieron cuenta que el modelo estaba haciendo agua por todos lados y que el chorreo ya no les serviría. La diferentes corrientes y facciones de la clase dominante tomaron partido entre aquellos que están por más mercado y aquellos que están por un poco más de intervención del Estado, pero ambos en defensa a sus intereses de clase. La revuelta social les dejó en claro el profundo descontento ante un modelo económico excluyente y discriminatorio como también el hastío a un poder político corrupto y ajeno.
Las diferentes facciones burguesas tanto de Chile Vamos como del Frente Amplio, ex Nueva Mayoría y alianzas menores desde dentro del parlamento sintieron el terror de un pueblo ampliamente movilizado y sin temor a la represión. Terror ante un pueblo que se defendió con lo que tuvo en la mano a costa de su propia vida y huérfano de conducción política. Fue el pueblo genuinamente pueblo el que se levantó y explotó. El pueblo unido fue avanzando sin partido. Pero todas las facciones burguesas, con distintos grados de reformismo y conservadurismo (ambos reaccionarios) se hicieron parte ya sea en del salvataje del gobierno de Piñera durante el estallido (Acuerdo Nacional, Plebiscito, 2019), aprobaron todas las leyes de represión laboral en las primeras semanas y meses de la pandemia beneficiando a las grandes empresas en desmedro de los trabajadores y arribando a otro “gran” Acuerdo Nacional Político-Económico destinado a salvar a las empresas y dar migajas a los trabajadores. Ahora es el turno del oportunismo. Ahora es la hora del 10%.
En todo este cuadro de crisis del capitalismo neocolonial / dependiente chilensis, la clase dominante ha sido hábil en generar discursos de dudosa rebeldía con el modelo económico desde el interior mismo de los capitalistas con la finalidad de confundir al pueblo, dividirlo, vestirse con ropaje ajeno y de paso desactivar el movimiento social dándole una sensación de triunfo y reivindicación. Quienes desde la Concertación y la Nueva Mayoría trabajaron por el perfeccionamiento y fortalecimiento de los Pilares del Neoliberalismo desde 1990 hasta hoy pretenden erigirse hoy como los defensores de los trabajadores, promotores de la vida digna e impulsores de la justicia social. Oportunismo puro y duro. Estos secuaces no han dado respuesta a sus crímenes y represiones contra los trabajadores y los pueblos. Creer en sus buenas intenciones es pecar de ingenuos. Hoy este progresismo, humanizador del capitalismo, levanta el retiro del 10% de las AFPs. Si para el movimiento social le otorgaron el plebiscito sin asamblea constituyente, migaja política-constitucional, ahora le otorgan el 10% otra migaja esta vez económica.
El periodista uruguayo Raúl Zibechi ha señalado que los gobiernos progresistas son gobiernos que cambian el lugar y el discurso de la política respecto de los gobiernos de los ‘90. Los gobiernos progresistas revalorizan la política, le dan un lugar central y buscan diferenciarse de los ‘90 en el terreno discursivo y en el tipo de temas que enarbolan, con temas como los derechos humanos, la dependencia, la justicia social, etc. Y en ese terreno son bastante “rupturistas”, pero profundiza el modelo extractivo. En ese sentido son profundamente continuadores. Mientras en los gobiernos de la década de los ‘90 el conflicto social ocupaba un lugar central, en el período actual buscan quitar el conflicto del escenario central. Eso tiene un profundo efecto despolitizador en la sociedad: la sociedad solo se politiza a raíz del conflicto. El conflicto es parte constituyente de la sociedad y es necesario porque, si no, los diversos intereses permanecen ocultos. En ese sentido los gobiernos progresistas han conseguido hacer que triunfe una idea de la peligrosidad del conflicto. Entonces, en forma permanente están reaccionando para aplazarlo o para darle un perfil que no es el que tiene. (Zibechi, Raúl. Progres-ismo: la domesticación de los conflictos sociales, Santiago de Chile: Quimantú, 2010. Impreso. p 15)
De la derecha fascista esta también se expresa en ambos eventos, no pone todos los huevos en una sola canasta, sino que en ambas. Si durante la revuelta y en el contexto del primer acuerdo nacional, algunos de Chile Vamos estuvieron por el Plebiscito y por la opción Apruebo junto a los padrinos de los poderes económicos, ahora un sector de ellos también apoya el retiro del 10% de las AFP con un discurso “empático” hacia los trabajadores a lo cual llaman “clase media”. Al igual que los hiciera con genialidad Muhamed Alí, las distintas facciones sistémicas-burguesas hacen un juego de piernas para confundir al contrincante: los pueblos y los trabajadores.
¿UNA CLASE DOMINANTE SENSIBLE CON LOS TRABAJADORES?
Nada de eso. De sensibilidades nada. Solo lágrimas de cocodrilo. Pero, ¿a qué se debe este “viraje” de facciones de los partidos burgueses en beneficio del pueblo?
Muy simple. Ellos saben que la revuelta social no ha terminado y que la pandemia / cuarentena sólo ha profundizado la desigualdad, aumentado la pobreza, precarizado la vida de millones y desnudado a esta sociedad oligarquizada. Saben que debido a lo anterior que la revuelta que viene, 2.0, es mayor que la primera y mucho más profunda. Saben a la perfección quede no aflojar en algo ese nuevo estallido o revuelta no sólo traerá protestas agudas y masivas, sino que también puede poner en serio riesgo el conjunto del modelo económico, político y jurídico pactado desde 1990. Saben que ese riesgo esta latente pronto a estallar y saben también que es mejor dar algunas migajas, dar la sensación de triunfo, algún triunfo moral, antes que no quede mono con cabeza. Prefieren dar algo para salvar el todo. El Plebiscito y el 10% son parte de la misma estrategia, domesticar al movimiento social, desactivar la revuelta y salvaguardar los intereses de la clase dominante y su modelo de dominación-explotación.
Saben perfectamente que se vienen eventos electorales (Plebiscito / Elecciones Municipales) para las cuales requieren reconvencer al pueblo en las bondades de la participación electoral y en lo eficaz del parlamento. Requieren que las masas vuelvan a confiar en el Estado y que se olviden de su sentido opresor, clasista, patriarcal, racista y explotador.
En los mismos momentos en que se discute la aprobación del retiro del 10%, el ejército ha comprado armamento anti disturbios, la policía militarizada de carabineros ha hecho lo propio comprando nuevos carros lanza aguas, el intendente de la región Metropolitana se ha reunido con el Ministro de Defensa y con el Ministerio del Interior para analizar la protesta del 14 de Julio, previo a la votación en el parlamento. (¿Qué tiene que ver el Ministerio de Defensa en el orden interno del país?). Mientras los tambores de guerra comienzan a sonar por parte del Estado y el gobierno, los prisioneros políticos mapuches continúan con su huelga de hambre que ya ha llegado a un limite de casi no retorno. La política de las facciones burguesas parlamentarias va entre la zanahoria y el garrote o una relación sádica hacia nosotros, los esclavos modernos.
VAMOS POR LA TORTA
Si al final de la dictadura militar-burguesa se vendió la ilusión que la Alegría Ya Viene con el Plebiscito Si/NO, 1988, si después se impuso la Democracia de los Acuerdos, la Justicia en la Medida de lo Posible, la Economía Social de Mercado, Crecer con Igualdad y si ayer nos impusieron un Plebiscito Sin Asamblea Constituyente y ahora el retiro en forma excepcional del 10% de las AFP han sido todas aspirinas, distracciones para que nos contentemos con migajas y se nos pase el hambre de comernos la torta completa. Todas estas medidas tuvieron siempre el mismo objetivo dar continuidad al modelo, apaciguar al pueblo y convertirlo en un león sin dientes.
Ya estamos curtidos de tanto engaño. Ya sabemos cuales son los chistes de estos payasos y conocemos sus circos. Sabemos que nada genuinamente bueno puede emanar de un parlamento y Estado Burgués. Es la historia misma la que nos muestra esa realidad. Ya que hemos despertado, ya que nos hemos movilizado y ya que sabemos cómo viene la mano represiva, o la mano militar debemos ir todos por la torta y no preocuparnos de migajas. Debemos avanzar por el fin del capitalismo / neoliberalismo, por cambiar el conjunto de las leyes que amarran a los trabajadores a la esclavitud, a la mujer al patriarcado y los pueblos originarios al colonialismo.
Para ello es esencial no creer en los cantos de sirena del progresismo que se ha mostrado oportunista y traidor. No creer en sus intenciones de validar instituciones que sólo sirven para la represión y opresión de la mayoría postergada y miserable
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