Tuitervisión y el minimalismo mediático
Por: Carola
Chávez
No soy experta en comunicaciones, no
creo conocer la fórmula mágica para ganar la guerra comunicacional pero sí
estoy convencida de que, a veces, dedicamos demasiado tiempo a luchar contra
sombras. Siento que persiste una tendencia a mermar la información a su punto
máximo de banalidad, a un toma y dame mediático que dispara a blancos que no lo
son tanto, tantas veces gastando pólvora en zamuros, tantas veces perdiendo el
tiempo en la nada. Tantas veces perdiendo.
Hooooras de una televisión reducida a cañón para responder al enemigo, a quien
otorgamos poder dedicando nuestro tiempo y espacio para rebatir cuanta concha
de mango nos ponga enfrente, sin importar su tamaño o importancia. Construimos
y no lo decimos por desdecir al destructor que ocupa nuestros espacios
comunicacionales cedidos mansamente por nosotros.
Cedemos espacios creyendo defender espacios, buscando lo que no se nos ha
perdido en canales que solo se ven por cable, en emisoras regionales, en
periódicos que nadie lee y, desde nuestros medios, chacumbélicamente, les damos
cobertura nacional en bandeja de plata. Y ahora, por si fuera poco, nos
sumergimos también en el universito limitado de Twitter a jurungar lo que nadie
leyó, a expandir el alcance de lo que languidecía sin pena ni gloria y, otra
vez enarbolando una chucuta bandera comunicacional, nos lanzamos en una batalla
estéril para que no se quede nadie sin saber que @FulanoDeTal es el miserable
que todos sabíamos que es.
Se ha creado una especie de prensa rosa política que otorga significancia a
insignificantes personajes que se reciclan con sus miserias para mantenerse
vivos… Y los mantenemos vivos. No hay sorpresas, no hay quien no conozca sus
inmundicias, pero cada vez que se embarran les damos un carácter de actores
políticos que no tienen, nos confundimos, nos desgastamos, y embarramos nuestra
pantalla, desplazando a la noticia, la verdadera noticia, siempre arrebatada en
ese constante y fallido contra-ataque que no nos permite atacar.
Siento que la prensa rosa política es el de camino corto, que no sorprende, no
innova, no soluciona, no transforma, no avanza, porque insiste en repasarle mil
veces el silabario a un pueblo que hace tiempo aprendió a leer. En camino corto
y lento que nos mantiene inútilmente a recogiendo pedazos que el enemigo riega,
calculada y cuidadosamente, para mantenernos siempre unos pasos más atrás,
mirando donde apunta su dedo, bailando al son que nos tocan, perdiendo enfoque
y puntería; dando torpes traspiés en una batalla que a estas alturas no admite
torpezas.
Estamos escribiendo una gran historia. Tenemos tanto que decirnos. Dejemos el
minimalismo y tomemos el camino largo, el camino nuestro, marquemos nosotros el
paso.
tongorocho@gmail.com
carolachavez.wordpress.com
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