COLOMBIA:
La simulación del fiscal
Todos en este país sabemos que Francisco Barbosa es una simulación de fiscal, pues no investigará
ninguna red criminal de las que están acabando el país sencillamente porque en medio está su partido político, el Centro Democrático.
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De ahí el escándalo. La ñeñepolítica es el más grave caso de corrupción electoral de la historia reciente de Colombia y el encargado de investigar y presentar cargos formalmente ante el poder judicial es el fiscal general, Francisco Barbosa, un activo militante del uribismo. Además, Barbosa es un íntimo amigo de Iván Duque, con quien fueron compañeros de universidad y desde entonces han estrechado sus vínculos personales. Este impedimento moral no fue suficiente para que Barbosa se hiciera a un lado y designara un fiscal ad hoc. Muy mal presagio para la Justicia si tomamos en cuenta la forma en que el fiscal cambia de opinión en función de los intereses de gobierno.
Baste con recordar que Barbosa fue un férreo defensor del Acuerdo Final de Paz con las FARC-EP, hasta que el 13 de agosto de 2018 y hasta el 30 de enero de 2020 Duque lo puso como consejero presidencial para los Derechos Humanos y Asuntos Internacionales, periodo en el que Barbosa se transformó en el más visible enemigo de la implementación de lo acordado y particularmente de la Jurisdicción Especial para la Paz. De golpe, contradijo toda su defensa a la paz e incluso su trabajo doctoral. De tajo botó a la basura sus libros, sus artículos y sus clases en distinguidas universidades en las que defendió la justicia transicional y la solución política con la insurgencia. Como se dice, por plata baila el perro.
Por todo lo anterior el anuncio de que la Fiscalía allanará la sede del Centro Democrático es al menos un mal chiste. De una parte, Barbosa es un personaje manipulable y no duda en ponerse del lado de su entrañable amigo Iván Duque. Y por otra parte, en este caso de corrupción electoral están implicados sus jefes políticos, por lo que no existe la menor duda que su labor consistirá en encubrirlos y llevar a la impunidad la red criminal que le robó a Colombia la posibilidad de tener un gobierno progresista. Toda una calamidad.
Basta ya. Que se acabe la simulación del fiscal Barbosa y que se investigue a fondo la ñeñepolítica. Colombia necesita acabar con las redes de corrupción en todas las escalas y fortalecer la democracia electoral. Urge la designación de un fiscal ad hoc y que el uribismo, en cabeza de Duque y Uribe, responda por el posible fraude electoral y los supuestos nexos con mafiosos y paramilitares de la costa caribe y los Santanderes. No más simulación, Barbosa, no más.
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