sábado, 3 de octubre de 2015

Néstor Francia/Análisis de Entorno: 

Sindicalistas neoliberales 

– Peligros que acechan

– El cuero endurecido

– Prender la luz roja y prepararnos para lo peor

– Apuesta a todo o nada

– Desguañingados pero no muertos

– Un proyecto mundial

– Fregarán la paciencia por largo tiempo aun

– Cuba: 57 años en ese “macán” y todavía patalean

– El espejo de Cataluña

– Barrunto de berrinches y alborotos

– Calentando el ambiente electoral

– Sindicalistas neoliberales

– Los vecinos de Lester Toledo

– Apagones en Amuay y Cardón

– El culebrero anda por ahí

Anteayer, en transmisión en cadena desde el Consejo de Ministros en Miraflores, el presidente Maduro se refirió a los peligros que acechan al proceso revolucionario vinculados a las conspiraciones, y catalogó los recientes ataques con granadas como acciones terroristas. Terminamos nuestro Análisis de ayer con un conocido refrán criollo: el picado de culebra cuando ve el bejuco tiembla. Los revolucionarios bolivarianos ya tenemos el cuero endurecido de tanto resistir el látigo de la contrarrevolución, los azotes alevosos de los enemigos históricos de la Patria y del pueblo. Eso nos ha enseñado a preferir la exageración de la suspicacia al exceso de ingenuidad. No podemos confiarnos, y ante todo movimiento extraño que surja en el  ambiente, en cualquier lugar y en cualquier sentido, debemos ponernos alertas, prender la luz roja y prepararnos para lo peor. Pecar de confiados puede ser nuestra perdición, como por poco nos ocurre en aquellos días de abril de 2002, cuando los golpistas nos encontraron desprevenidos, por más que el Comandante Chávez había advertido el peligro.
El evento electoral de diciembre es uno de los más importantes entre todos los procesos comiciales que hemos vivido desde que se iniciaron los gobiernos chavistas. La derecha nacional e internacional parece estar apostando a todo o nada. Saben que una derrota, para usar el expresivo término que acuñó Luís Vicente León, los dejaría “desguañingados”. Y piensan que una victoria suya sería el verdadero comienzo del fin para la Revolución Bolivariana. Nosotros somos cautos en cuanto a las consecuencias de esa circunstancia. La derrota los dejaría desguañingados, es verdad, pero para nada quedarían muertos. Ellos son parte de un proyecto mundial que tiene al frente al Imperio más poderoso de la Historia. Un Imperio en serios problemas económicos y políticos, es cierto, pero aun con mucha fuerza y recursos, que están y estarán a la orden de sus adláteres en todo el mundo.
Habría cambios de tácticas, adaptaciones, divisiones y quizá más, pero nos seguirán fregando la paciencia por largo tiempo aun. Para muestra están los contrarrevolucionarios cubanos, que llevan 57 años “en ese macán”, como decía nuestra santa madre. La derecha venezolana no quedará después de las elecciones tan desguañingada como están los gusanos cubanos hoy por hoy, que aun así todavía patalean, escriben blogs financiados con generosos dólares, hacen marchas, despotrican del Papa, tienen medios activísimos como por ejemplo El Nuevo Herald, cuentan con representación en el Congreso de Estados Unidos, y pare usted de contar.
Fijémonos en lo que acaba de pasar en Cataluña, donde las fuerzas independentistas sacaron más diputados pero menos votos que los conservadores. A pesar de su derrota, los conservadores estaban envalentonados y estaban en la noche pidiendo la renuncia de Artur Mas, el independentista presidente de la Generalitat catalana ¿Y si aquí pasa algo parecido? ¿Pedirían también los derechistas la renuncia de Maduro aduciendo que la elección habría sido un plebiscito?
En cuanto a la Revolución, ya hemos dicho y argumentado más de una vez que seguirá siendo la más grande y poderosa fuerza política de Venezuela en la actual etapa histórica, sin importar lo que pase el 6D.
A despecho de lo que pueda ocurrir en diciembre, lo cierto es que los opositores están conspirando, pensando en la “transición”, barruntando berrinches y alborotos diversos. Si ganan, vienen por Maduro. Si pierden, a la larga también, aunque esa “larga” dependería de cómo queden los números.
En medio de todo esto, la derecha parece iniciar un proceso de calentamiento del ambiente electoral por varias vías. Hay señales que, sin dejar de ser aun aisladas, podrían dejar ver la cola de un plan ascendente que podría apuntar a un clímax en la medida en que se acerque la fecha electoral. Son noticias aparentemente desconectadas que se cuelan en los intersticios mediáticos, al lado de los significativos ataques con granadas, que incluyen el denunciado por Maduro contra una instalación eléctrica.
Ayer “trabajadores de Johnson & Johnson” pidieron al Gobierno Nacional que se active un proceso de industrialización que sustituya la importación de productos terminados de la firma que según ellos ronda el 82% de su presencia en el mercado nacional. Pedro González, “sindicalista” de la empresa, considera que el modelo económico perjudica la producción y especialmente a sus trabajadores. Esta opinión refleja no solo complicidad con la transnacional, sino además la adopción de una posición política a favor del modelo capitalista neoliberal, que es la contraparte del modelo revolucionario que ese sirviente estigmatiza. Y el hombre añade esta insólita solicitud: que sea el Ejecutivo el importador de la materia prima y que le sea vendida en bolívares a la compañía. Esto parece tener un piquete hacia los intereses de la empresa pero también de carácter electoral y hasta vinculado a la guerra económica.
El mismo día, unos “vecinos” de la parroquia Cristo de Aranza se manifestaron frente a las oficinas de reclamos de Corpoelec ubicada en el sector Los Haticos, en Maracaibo. Con supuestos artefactos eléctricos dañados por cortes eléctricos, los manifestantes vociferaban que tenían derecho a un servicio continuo si mantenían sus facturas al día. Ahora bien, fíjese el lector lo que decía uno de ellos: “Este es el Gobierno de los racionamientos. Nos racionan las medicinas, nos racionan el agua, nos racionan la justicia, nos racionan la seguridad y ahora también nos racionan la electricidad” ¿Y quién era este prócer? Nada menos que Lester Toledo, diputado por el Consejo Legislativo del Estado Zulia y capo guarimbero de Voluntad Popular.
Pero hay noticias aun peores. Ayer jueves un apagón afectó la mayor refinería de Venezuela, la de Amuay y también la refinería Cardón en Paraguaná. Por supuesto, sobre esto último habrá que esperar las investigaciones, que ya están en marcha.
Lo cierto es que el culebrero anda por ahí, picando todos los días. Y aunque no estamos temblando, sí muy pendientes de lo que se mueve en el bejuco.

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