Néstor Francia /Análisis de Entorno:
Lo importante ahorita es ganar la mayoría (28-10-2015)
– 40 días
– Cualquier cosa puede ocurrir
– Tiempo favorable
– Nuevas medidas positivas
– No son medidas estructurales, pero sí convenientes
– Lo importante ahorita es ganar la mayoría
– La oposición no la tiene fácil
– El espejo de Argentina
– La derecha criolla: error tras error
– Socios indeseables
– Franklin Nieves, la injerencia gringa y la CIDH
– Emergencia Revolucionaria
Faltan solo 40 días para las elecciones y cada quien sigue en lo suyo. Ayer comentábamos a unos compatriotas que en ese lapso cualquier cosa puede ocurrir, por lo que no se puede asegurar ningún pronóstico, aunque en realidad el tiempo que queda hasta las parlamentarias debería favorecer, en condiciones normales, a la Revolución, ya que la época y las hábiles políticas que viene adelantando el Gobierno así lo indican. Y cuando decimos “condiciones normales” nos referimos a que nunca se puede descartar la aparición de algún “cisne negro”, porque esta gente está conspirando y si el plan gubernamental de lanzar una ola de medidas que beneficien al pueblo, el cual ya está en marcha, comienza a mostrar resultados y a recabar apoyo popular, como es dado esperarse, la desesperación podría cundir en la derecha y empujarla a medidas extremas preelectorales.
En lo que toca al Gobierno, ayer anunció nuevas medidas positivas, como el pago de tres meses de aguinaldos (anteriormente eran dos) a los jubilados y pensionados en la primera quincena de noviembre y el aumento del 30% a todos los trabajadores petroleros, que son más de 90.000 personas con sus familias. Si promediamos conservadoramente 5 personas por familia (las familias pobres a menudo son más numerosas, el proletariado) y sumamos a esos 90.000 petroleros todos los pensionados (incluidos los 110.000 nuevos que se anunciarán en noviembre) y todos los trabajadores activos que devengan sueldo mínimo, tenemos que habrá en noviembre beneficios inmediatos para varios millones de venezolanos. Sin contar el pago de aguinaldos y los planes de distribución masiva de alimentos, que ya están en marcha. Y también la promesa de otros beneficios en el futuro cercano, como la que contiene el anuncio del establecimiento general del Precio de Venta Máximo al Público.
Hay quienes opinan que estas medidas no apuntan a la superación de los desequilibrios económicos que afectan al país y en mucho llevan razón. No son medidas que tengan mayor impacto, por ejemplo, en la transformación de nuestra economía de rentista en productiva, que es uno de los principales problemas estructurales que padecemos. Pero sí son medidas compensatorias, dentro de la vocación chavista de proteger el bienestar de los trabajadores contra viento y marea. Los problemas estructurales necesitarán tiempo y sobre todo planes que al menos para nosotros no aparecen del todo claros. Pero si las medidas no solo compensan al pueblo ante las dificultades económicas sino que además nos ayudan a ganar las elecciones, bienvenidas sean. Porque en este preciso momento lo importante es ganar la mayoría parlamentaria para dar más sólidas garantías al camino de la Revolución, que es el camino estratégico hacia la felicidad del pueblo. El otro es el camino hacia el retroceso y el abismo.
En esta circunstancia la oposición no la tiene fácil, con lo cual no estamos diciendo que ya la tenga perdida. Debemos vernos en el espejo de Argentina, donde la izquierda pensaba que la cosa estaba más fácil y resulta que la derecha podría terminar metiéndose por los palos, aunque esperamos que al final Scioli y la conciencia del pueblo argentino se impongan. Pero la derecha en Venezuela comete error tras error, como es el criticar radicalmente todas las medidas que favorecen al pueblo, como el aumento del salario mínimo, el anuncio del PMVP y la importación masiva de alimentos. No hacen ni ofrecen nada concreto y viven de escándalo en escándalo, creyendo que el pueblo anda preocupado por lo que le pase a Leopoldo López o a Miguel Henrique Otero, o por las aventuras de un fiscal vendido y huido… ¡a Miami!
Inclusive, le hace mucho mal a la oposición su evidente vinculación con socios que andan más bien de capa caída, como Estados Unidos. Simultáneamente con el nuevo golpe que ha dado el mundo al imperialismo, con la votación casi unánime contra el embargo a Cuba (191 a 2, EEUU e Israel), este antipático poder que es el Imperio gringo aparece sumándose al sainete que tienen armado en torno al fiscal-mercancía Franklin Nieves. Lamentablemente se ha sumado a la opereta de Nieves Pablo Iglesias, con lo cual se consagra como lo que es: un oportunista de izquierda, una de las razones evidentes que han llevado a Juan Carlos Monederos a alejarse de él.
Volviendo a la nueva injerencia gringa, el vocero del Departamento de Estado John Kirby se pronunció ayer sobre el caso del fiscal-mercancía: “Si esto es verdad, sus declaraciones destacan la falta de independencia judicial y respeto al debido proceso que hay en Venezuela”. Entretanto, la inefable CIDH dictó nuevas medidas cautelares a favor de Lilian Tintori, Daniela Ceballos y sus familias, aduciendo que sus vidas “están en riesgo”.
Sin embargo, no creamos que el imperialismo y sus instrumentos actúan de esta manera solo para respaldar a sus pupilos en la actual batalla electoral venezolana. Lo que subyace en el fondo es la creación mediática del escenario para una proyectada intervención en Venezuela, en cualquier momento y en cualquier modalidad, si las circunstancias llegan a parecerles propicias. Están al acecho como aves depredadoras que son.
Es por eso tan relevante la declaración de emergencia revolucionaria que ha hecho el presidente Maduro: “La revolución bolivariana se declara en emergencia con un plan anti golpe para garantizar la victoria electoral del 6 de diciembre de este año”. El Presidente ha dicho también que “Nosotros sabemos de antemano que ellos no van a reconocer las elecciones, que no están haciendo campaña electoral, que están buscando apoyo internacional para tratar de hacerle daño a Venezuela… el plan de ellos es prender la candelita por aquí, la candelita por allá”. Todo el mundo mosca.
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