Néstor Francia /Análisis de Entorno: El caso del fiscal Nieves (26-10-2015)
– 42 días
– El caso del fiscal Nieves
– Podredumbre, sordidez, estupidez
– No hay “tu tía”: corrupto o vendido
– Una clase social decadente
– La derecha toma el asunto en sus manos
– La intención electorera
– Los cuentos de la familia López
– Barrabasada jurídica de la MUD
– La cola de sus intenciones
– López como herramienta subversiva
– Todo se resume en una frase
– ¿Pacíficos?
– Capriles y el Caracazo
Sigue corriendo el tiempo hacia la gran cita del 6D. Eso hace que todos los acontecimientos noticiosos se vinculen necesariamente al tema electoral, aun cuando tengan también otras motivaciones o derivaciones. Veamos.
El caso del fiscal Franklin Nieves es harto interesante por todo lo que revela de podredumbre y sordidez que reina en la alta burguesía representada por Leopoldo López y su familia, y por la estupidez que caracteriza a la base social del fascismo. Ayer se lo comentábamos a un camarada: ¿puede ser alguien tan idiota que no discierna lo que realmente ha ocurrido con ese fiscal? El compatriota nos respondió con acierto que si algo caracteriza a la base fascista es la estupidez. Es Verdad ¿Un fiscal del ministerio público, con lo que devenga en salario, tiene esa capacidad para irse repentinamente al exterior con su familia, sin trabajo y sin quien lo mantenga legalmente? Aquí no hay “tu tía”: este señor Nieves o es un tremendo corrupto o se vendió desvergonzadamente, que fue lo que realmente ocurrió.
Este tipo de intrigas es típica de una clase social decadente, acostumbrada a comprar todo con su dinero o con el que le proveen sus financistas en el caso, como el de López, de incursionar en la politiquería. Desprecian a los demás seres humanos, no son amigos de nadie, carecen de cualquier límite moral. Por eso se valen de personas como Franklin Nieves, carentes de toda dignidad y ética, que se venden sin pensarlo dos veces al mejor postor. Es algo penoso, ciertamente lamentable.
Por supuesto, la derecha y la canalla mediática han tomado de inmediato el asunto en sus manos para difundirlo, interpretarlo, manipularlo y utilizarlo para sus fines electorales. Así se juntan dos intenciones: esa, abiertamente electorera, y la del mismo Leopoldo López y su familia. Esta última intención tiene que ver con el hecho de la nula respuesta popular a los llamados de López, su familia y sus correligionarios a protestar por la condena que le ha sido impuesta. Hasta los mismos factores de la MUD, enfrascados en una carrera electoral que cada día les luce más perdida, y por consiguiente en la preparación del escenario de “fraude”, tienden a olvidarse del reo y a dejarlo básicamente aislado en su mazmorra. Por eso, los López se inventaron el cuento de la persecución de la hermana del Monstruo de Ramo Verde y de las torturas a uno de empleados, y ahora se bajan de la mula para comprar a un inmoral, a un corrupto, a un tipejo, aplicando una de las máximas de esa clase social: “todo el mundo tiene un precio”.
Además de las consecuentes declaraciones de voceros de la derecha tratando de convertir esta jugarreta inmoral en un hecho trascendente, como es el caso del rábula que defiende a López, la MUD ha lanzado un comunicado que oficializa la posición de la derecha ante este oscuro caso. En ese documento, la entente contrarrevolucionaria afirma que “La admisión por parte del fiscal acusador del carácter fraudulento de la pruebas presentadas vicia de total nulidad el proceso llevado adelante por el Gobierno contra Leopoldo López”. Esto es, por supuesto, una barrabasada jurídica, ya que las decisiones judiciales no las toman los fiscales sino los jueces. Claro, eso lo saben ellos, solo que quieren usar esta ignominia como arma contra el Gobierno en medio de la batalla electoral, poniendo en tela de juicio la idoneidad del Poder Judicial y tratando de respaldar todas las tergiversaciones e infundios que han ensayado en torno a sonados casos criminales y políticos acaecidos en el país: “Llamamos a todo el pueblo venezolano a no perder de vista lo fundamental: La verdad sobre el caso de Leopoldo López (y también sobre el caso del 11 de Abril, y sobre el caso de Franklin Brito, sobre la Tragedia de Amuay, sobre los asesinatos de Danilo Anderson y Robert Serra, sobre las víctimas de la represión ilegal de las protestas de 2014, entre muchísimos caso) sólo se sabrá cuando tengamos una Fiscalía y un sistema de administración de justicia autónomos e independientes”.
En el mismo comunicado, se le ve la cola de sus intenciones a esta alianza antipatriótica de los opositores, cuando se afirma allí, sobre la necesidad de un supuesto cambio en el Poder Judicial, que “Para lograr eso es necesario un cambio de régimen, para ello es imprescindible a su vez un cambio de gobierno y ese proceso se inicia precisamente el próximo 6 de diciembre, con el logro de una amplia mayoría democrática en la Asamblea Nacional”. La MUD resume en una frase su real propósito al ocuparse de la negociación diabólica de la ultraderecha con Franklin Nieves: “¡Por esto y por mucho más, el cambio del 6D es indetenible!”. En realidad, a la mayoría de los papanatas de la MUD les importa un bledo la suerte de Leopoldo López. Para ellos más bien es conveniente que este siga encerrado, solo lo perciben como una herramienta eventualmente útil a sus fines subversivos contra el presidente Maduro y la Revolución Bolivariana.
Por otra parte, el comunicado no deja de apuntar al plan desestabilizador que prepara la derecha, el cual pasa por el desconocimiento del resultado electoral, si no le es favorable: “Salir de esta dura situación pero no de cualquier manera, sino salir en paz, utilizando el arma del hombre libre que es el voto y defendiendo ese voto con el derecho que la Constitución Nacional nos da a la movilización pacífica y contundente”.
¿Es “pacífica” la perspectiva de esta gente? Veamos lo que dice Henrique Capriles: “Estamos en una situación explosiva. Las condiciones que hoy hay en Venezuela son muy similares, algunos dicen que hasta peores, desde el punto de vista social y económico, a las que hubo en el año 1989… Esto es como un vaso de agua: si le sigues echando agua llega el momento en que se sale… La gente no quiere una explosión social… Yo no quiero una explosión social y, por eso, veo el 6 de diciembre como una válvula de escape que tenemos los venezolanos para evitar que en el país haya una explosión social”. El Caracazo fue contra ellos y contra ellos sería, si acaso el pueblo lo considera necesario, como en 1989, año en que muchos ubican el detonante de la rebelión militar patriótica de 1992.
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