Desconocer un resultado electoral alegando fraude es abrirle la puerta a la violencia
El comunicador señala que la actitud de los líderes opositores refuerza la sospecha que se extiende por el país de que detrás de la participación en las elecciones se agazapa la decisión -ya tomada- de cuestionar su resultado
El periodista José Vicente Rangel, en su columna “El Espejo”, señaló que la oposición política en el país se niega a suscribir el acuerdo para respetar el resultado de las elecciones del próximo 6D.
Asimismo, aseguró que desconocer sin pruebas un resultado electoral alegando fraude y descalificando los canales previstos en la ley para impugnar, es abrirle la puerta a la violencia.
A continuación puede leer la columna completa de José Vicente Rangel:
Parece un simple detalle, pero no lo es.
Suscribir un acuerdo para respetar el resultado de las elecciones del 6 de diciembre se ha convertido en un problema debido a la posición adoptada por los dirigentes opositores que se niegan a suscribirlo. La negativa está en la línea de otros episodios en los cuales este sector político incurrió en el error de actuar en dirección opuesta a lo que el país quiere: reglas de juego claras, respeto a los compromisos adquiridos.
Es una constante, desde que Hugo Chávez triunfó en las elecciones de diciembre de 1998 que la oposición asuma esa actitud en momentos difíciles. Sus líderes creen que ser oposición consiste decir no a cualquier iniciativa proveniente del sector oficial. Así ocurrió en los turbulentos años que siguieron al acceso de Chávez a la presidencia. Por ejemplo, dijeron un no contundente a la nueva Constitución, la Bolivariana -a la cual se acogieron años después. A los reiterados llamados a dialogar del Jefe de Estado días después del golpe del 11-A, pese a que su liderazgo apoyó la violación del Estado de derecho.
Son incontables los momentos en que el gobierno bolivariano formuló a la oposición propuestas beneficiosas para el país destinadas, además, a establecer una relación civilizada con el adversario, despreciadas al atribuirles grotescas motivaciones como el miedo ante el inminente derrumbe del régimen. Igual pasó con el llamado de Maduro a dialogar al asumir la presidencia, interpretado como señal de debilidad de un gobierno cuyos días estaban contados.
Cada vez que hay un proceso electoral -hasta ahora 19-, el chavismo y sus gobiernos han propuesto compromisos que consagren el respeto a los resultados. La oposición se ha negado sistemáticamente a hacerlo, con argumentos inconsistentes que no es del caso repetir. Tales argumentos confirman que la oposición actúa así porque siempre tiene un trompo enrollado, como se dice coloquialmente. ¿A partir de qué? De la íntima convicción que tiene de la derrota. Por ejemplo, que firmar un documento de esa naturaleza, de respeto al veredicto popular procesado por el CNE, le limita la posibilidad de plantear denuncias, sin prueba alguna, como ya ha ocurrido.
Firmar un compromiso que es obvio -resulta ridículo argumentar sobre sus bondades- es algo implícito para quien participa en cualquier competencia. Porque no tiene sentido hacerlo si se tiene la secreta intención de desconocer el resultado. Por encima de cualquier otra consideración, lo que está claro es el compromiso ético, que en lo político tiene más significado. Porque aceptar que se gana o se pierde, más que legal es algo ético que implica graves responsabilidades. Porque la política está cargada de pasión y, a través de ella, se dilucidan poderosos intereses.
Desconocer sin pruebas un resultado electoral alegando fraude y descalificando los canales previstos en la ley para impugnar, es abrirle la puerta a la violencia. Si surge otra propuesta, como ahora hace la oposición, lo recomendable es consensuar. Pero con los argumentos que ésta da, y la maniobra que a simple vista se observa, es imposible. Por el contrario, luce como un truco para ocultar veladas intenciones.
El contraste con la iniciativa chavista, transparente y planteada desde el primer momento, de respeto al resultado electoral -cuando incluso no lo favoreciera-, es evidente. En cambio, la actitud de los líderes opositores refuerza la sospecha que se extiende por el país de que detrás de la participación en las elecciones se agazapa la decisión -ya tomada- de cuestionar su resultado. ¿Cuál es la explicación? Que a partir de esa actitud toma impulso la verdadera política de la oposición. Que no es otra que rematar, como siempre, el proceso desestabilizador con la violencia.
LABERINTO
Saltó la liebre: el Cardenal Urosa está entre los 13 firmantes de un documento crítico al Papa con motivo de su posición en el Sínodo de Obispos en El Vaticano sobre el tema de la familia. ¿Explica esta posición del cardenal la actitud reticente de la Iglesia venezolana en torno al mensaje y las innovaciones que impulsa Francisco? No procede adelantar juicios, pero algo se mueve en la jerarquía criolla, en especial en el seno de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV)…
Felipe González, expresidente del gobierno español y líder de la campaña de descrédito contra Venezuela, fue repudiado por jóvenes y estudiantes de la Universidad de Alicante (España) con motivo de un acto en el marco de la XXII reunión del Círculo de Montevideo, donde era ponente y planteó la conveniencia de la fórmula neoliberal y de libre mercado para Latinoamérica.
A las exclamaciones de ¡fascista! fue repudiado y su respuesta fue atribuir los hechos al gobierno venezolano. Una consideración aparte: personajes de esta calaña, todos involucrados en graves hechos cuando fueron gobernantes, repudiados en sus respectivos países, integran el grupo tarifado de “notables” que participa en las acciones desestabilizadoras contra el gobierno electo por el pueblo, constitucional y democrático, de Maduro, calificado por ellos de dictadura…
A este equipo se incorporó otra “joyita”: el expresidente chileno Eduardo Frei, quien como presidente fue un verdadero desastre. Ahora plantea “que no ve posibilidades de que las elecciones en Venezuela sean libres”; es decir, que sin conocer la realidad del país y el carácter aventurero de la oposición venezolana, se suma a la campaña que está en marcha para desconocer el resultado de los comicios del 6-D…
Otro personaje que se suma, irresponsablemente, a la ofensiva desestabilizadora contra Venezuela, es la señora Clinton, candidata presidencial del Partido Demócrata. Su gestión como Secretaria de Estado de Obama fue deplorable, incluso de dudosa moral por la manera como manejó recursos de la nación para su beneficio personal, hechos que son investigados en EE.UU.
Por cierto, recuerdo una escena patética, cuando un comando abatió a Bin Laden una noche -la “más oscura”, según un periodista- y ella, junto a Obama y otros miembros del gobierno, se solazaba con el ajusticiamiento del personaje. Creo que se trata de alguien implacable, con una tremenda ambición de poder -que ya compartió con su marido-, y que carece de escrúpulos a la hora de actuar. La ligereza con que declara en esta oportunidad sobre el tema venezolano, y la ignorancia que la acompaña, ratifica que de ella se puede esperar cualquier cosa…
Conversé con unos dirigentes de oposición y los percibí con dudas sobre los resultados electorales. Consideran que la manipulación de las encuestas siembra falsas expectativas de triunfo. Que la batalla es complicada porque el chavismo es un hueso duro de roer. Admiten que su maquinaria es poderosa y que, en cambio, la MUD carece de ella…
La Universidad Nacional de Australia, de las más prestigiosas del mundo, publica un trabajo titulado “Regionalismo Post Liberal en Latinoamérica y la influencia de Hugo Chávez”, autores Tom Chodor y Anthea McCarty-Jones, donde se señala que “Chávez fue capaz de redefinir un proyecto con ideas renovadoras para la integración y llevarlas al plano político antes que al económico y comercial. Chávez fue crucial en este aspecto”. Excelente trabajo para difundirlo en Venezuela…
La operación contra Venezuela se arma: Guyana anuncia el fortalecimiento de su Fuerza Armada para encarar la “amenaza venezolana” y Colombia adquiere sofisticados equipos bélicos cuando hace la paz con las Farc…
Adivina adivinador: ¿Qué presagia la ausencia de la oposición en el simulacro? ¿Simular o encubrir? Más de lo mismo.
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