sábado, 31 de octubre de 2015

Reflexiones ingenuas: 

"De las autoguarimbas 

o disociación psicotica 

roja rojita "

La crítica es el principio fundamental de la revolución. Sin críticas, sin oposición constructiva no hay avances. La dialéctica se mueve justamente por la oposición de las tesis y avanza en medio de críticas. La crítica es el arma de los pueblos y con ello el camino de las revoluciones. La teoría revolucionaria se construye con el avance crítico de la praxis revolucionaria, la cual le da el carácter científico.
Pero toda teoría revolucionaria debe ser científica, debe hacer el análisis en el contexto total de los hechos, y además ser holística es decir, interrelacionar las categorías a fin de evitar caer en análisis superfluos o descontextualizados. De ahí la unidad del método.
No obstante estos principios básicos de la concepción materialista de la historia, conseguimos algunos "leguleyos" de la izquierda, quienes, en un alarde de grandilocuencia o de "sapiencia ideológica", hacen críticas que más bien parecen escritas por un rancio oligarca, o un ideólogo del fascismo más recalcitrante, pasando por una gama de "analfabetas funcionales" que ignoran inclusive el abc del pensamiento socialista y la historia de las revoluciones, hasta "izquierdistas infantiles" cuyo signo es el individualismo, el foquismo, el aventurerismo, entre otras desviaciones.
Las revoluciones presentan un proceso no lineal, con altos y bajos, progresos y retrocesos, depende de las circunstancias históricas, por eso no todas las revoluciones son iguales, pues las características de las sociedades determinan su inicio, evolución y futuro.
El proceso revolucionario venezolano, al igual que otros, presenta sus rasgos propios, con sus particularidades que la hacen peculiar. En primer lugar el carácter democrático y pacífico, lo hacen inédito, en segundo lugar, el proceso se inició de arriba hacia abajo, es decir, inducido por el Comandante Eterno, quien motorizó los cambios, las trasformaciones, dictando las líneas políticas de la misma.
En tercer lugar, el imperio está en una fase decadente, que lo hace más peligroso, ya que se resiste a su desaparición, por lo cual no le importa que junto con él desaparezca la humanidad.
En consecuencia, las críticas deben partir de esa realidad y no convertirse en "autoguarimbas" que desde la misma izquierda le hacen un flaco favor al proceso revolucionario bolivariano. Pareciera que la disociación psicótica se presentara dentro de la izquierda, desubicando a quienes pretenden imponer sus ideas como superiores, que sólo su punto de vista es el acertado, desacreditando, difamando, acusando a quienes piensan de otra manera, con lo cual parecen desconocer el pensamiento revolucionario de Rosa Luxemburgo quien afirma que: "La libertad es siempre la libertad de quienes piensan de otra manera" y haciendo denuncia sin pruebas, sólo para "saciar su afán de "protagonismo" o asumirse de "revolucionarios".
Es necesario asumir que tenemos debilidades, se han cometido errores, que no se ha podido erradicar la corrupción, que la inseguridad campea, que la inflación está impactando negativamente a la sociedad venezolana, que hay sabotaje desde las mismas instancias gubernamentales, desidia, desatención a la población, falta de decisiones acertadas y otras fallas. Nadie pude ocultar la realidad, pero la crítica debe acompañarse de un accionar. ¿Qué hemos hecho para evitarlas, cuántas veces hemos articulado con las comunidades, cuántas veces hemos hecho denuncias bien formuladas, cuántas veces hemos hecho trabajo voluntario?, etc.
Pareciera que a los "ilustres críticos" de la izquierda se le olvidó la historia antes de Chávez, se les olvidó que en el "chavismo" yacen muchos cadáveres insepultos de la IV República, hoy vestidos con las gorras y camisas rojas rojitas, pero con el accionar íntegro de la democracia representativa, de la burocracia, del puntofijismo.
Y se les olvidó también que de lo que se trata es de mantener el espíritu y el coraje para enfrentarnos al imperio, a los secuaces de la oligarquía a fin de imponer una sociedad justa, basada en bienestar y la igualdad de la sociedad en contra del capitalismo, de la desigualdad, de la exclusión. No sólo se trata de que "Maduro" lo está haciendo mal, que es un inepto, o que es un "chofer de autobús. Se trata del futuro de nuestro país, de nuestra juventud, nuestros hijos, nuestra nación, nuestra independencia, ideario de nuestros próceres y luchadores revolucionarios, concretados en el pensamiento y obra de nuestro comandante eterno Hugo Chávez.
Pero el remolino de la historia cobrará, pasará factura, como las ha pasado a los traidores, a los desertores, a "aquellos roedores que abandonan el barco cuando ven que se está hundiendo…" (Como diría el adagio popular), hoy fósiles destartalados en el basurero del olvido como Miquelena y compañía, Rosendo, Lucas Rincón y una larga lista de tránsfugas.
Que se olviden que la revolución venezolana tiene marcha atrás, que los traidores volverán, que la derecha volverá a apropiarse de las riquezas de la patria, que los pobres volverán a sus ranchos, que los pensionados volverán a ser excluidos. El pueblo venezolano ha tomado su determinación y nunca más volverán a ser esclavizados.
Nunca más habrá un 11 de abril, nunca más habrá un paro petrolero. Nunca más volverá la IV República, aunque el imperio los apoye, aunque haya guerra económica, aunque nos bombardeen, aunque nos invadan.
El 6 de diciembre del 2015 el pueblo venezolano ratificará su compromiso con la historia y con su futuro. Lo demás es cuento de camino.
Hasta la victoria siempre. Venceremos.

carrodcas@gmail.com

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